Digo «cunetero» y no digo de rallye, porque el Polestar 2 Arctic Circle es un vehículo muy peculiar. El Polestar 2 de partida ya es un coche diferente, a caballo entre una berlina y un todocamino. A este crossover eléctrico la marca sueca ha decidido aplicarle una temática de rallye de inspiración nórdica, concretamente inspirada en las heladas pistas de pruebas del Circulo Polar Ártico. El resultado es un one-off muy peculiar, cargado de detalles fascinantes, y con una marcada personalidad que queremos ir saboreando en detalle.
El coche de partida es un Polestar 2 Long Range Dual Motor con el Performance Pack, es decir, el Polestar 2 más potente y deportivo que puedes adquirir a día de hoy. Sin embargo, Polestar ha decidido no mantener de serie ni su mecánica ni su tren de rodaje, adaptándolo a un entorno tan desafiante como un lago helado. Este crossover eléctrico ahora desarrolla 350 kW (476 CV) de potencia y 680 Nm de par motor, empleando la mecánica actualizada del Polestar 2 Experimental, presentado el año pasado en el Goodwood Festival of Speed.
Polestar 2
A continuación, Polestar ha elevado en 30 mm su altura libre al suelo, y lo ha equipado con unos nuevos amortiguadores desarrollados por Öhlins. Estos amortiguadores de botella separada son ajustables en dureza, en altura al suelo y en caídas, con nueve posiciones de ajuste, alterables desde las propias copelas. Están especialmente puestos a punto para la conducción sobre terreno irregular. Aunque los frenos Brembo de cuatro pistones se mantienen inalterados, se han instalado nuevas barras de torretas en este eléctrico, tanto delanteras como traseras.
En la barra de torretas trasera se sujeta una pala de fibra de carbono, muy útil para recuperaciones cuando nos salgamos de la vía – algo muy común en una sesión de derrapes sobre un lago helado. La inspiración en el mundo de los rallyes también está en otros elementos del tren de rodaje, como por ejemplo, sus llantas OZ Racing de color blanco, que montan neumáticos de invierno con clavos. En medida 245/35 R19, cada neumático monta la friolera de 490 clavos de cuatro milímetros, necesarios para que exista agarre sobre hielo.
Un cubrecárter de fibra de carbono – aunque el coche eléctrico no tenga cárter – protege los bajos y la mecánica. A nivel estético, pero también funcional, su frontal está adornado por cuatro faros «cuneteros» Stedi Quad Pro LED de alta potencia. El coche está pintado en un elegantísimo gris mate, con detalles en color blanco y el clásico dorado de Polestar, que también podemos encontrar en acentos de color en su interior, y en detalles de sus asientos Recaro. Sí amigos, es una pena que este coche no vaya a producirse en serie.
Pero al mismo tiempo, resulta refrescante y agradable que Polestar se preocupe por cuidar el corazoncito de los aficionados a los rallyes con un eléctrico pasional.
