Que el actual Ford GT decidiera no hacer uso de un motor V8 es algo que no todos han conseguido asimilar, incluso tras su victoria en las 24 Horas de Le Mans y el éxito en ventas, el hecho de hacer uso de un V6 en lugar de uno de los clásicos V8 de la marca sigue sin convencer a todos. Pero Ford tiene una buena explicación para semejante movimiento y es que hacer uso de un 3.5 V6 Twin-Turbo no es tan mala idea como parece.
Lo primero que debemos tener en cuenta es el programa de desarrollo del Ford GT, el conocido como proyecto secreto Phoenix, donde el Ford GT fue desarrollo desde el primer momento como coche de carreras matriculable con destino a las America Le Mans Series y al TUDOR United SportsCar Championship. De ahí se extrae la primera gran razón de Ford para desarrollar el nuevo GT con un motor V6, motor desarrollado para los Daytona Prototype con bastante buenos resultados. En competición Ford ya hacía tiempo que había comenzado a dar carpetazo a los V8, por lo que su nuevo superdeportivo miraba al futuro haciendo uso de un motor V6 nacido por y para competición con garantías de fiabilidad y rendimiento como ya ha demostrado.
De forma paralela al bloque V6 EcoBoost Ford también trabajaba en el nuevo 5.2 V8 de los Ford Mustang GT350 y GT350R, un motor diferente al 5.0 V8 original del Mustang, puesto a punto para su uso en circuito y que perfectamente podría haberse cobijado en el vano motor del Ford GT. Pero Ford ni siquiera contempló esta opción, y es que el 3.5 V6 EcoBoost está un peldaño por encima del propulsor V8 en rendimiento y fiabilidad para competición, lo que era un requisito obligado para que el Ford GT aterrizara en las carreras por todo lo alto.
Y por supuesto el Marketing. Como no podía ser de otra forma Ford quería dar un golpe de efecto a nivel publicitario y de imagen de marca bajo el sello EcoBoost. Hemos de tener en cuenta que modelos como la Ford F-150 con sus miles de ventas han visto en esta generación la llegada de un motor 3.5 V6 EcoBoost como símbolo de eficiencia y rendimiento en clave downsizing. Esta mecánica comparte diseño y elementos con el propulsor del Ford GT, salvando las distancias claro, pero ofreciendo esa idea de que una mecánica ganadora de las 24 Horas de Le Mans es también el corazón del modelo más vendido de EE.UU.
A mayores el Ford GT y su mecánica representan la capacidad tecnológica de Ford en estos momentos, lo que según Ford supuso crear un Ford GT tal y como sería inventado hoy, olvidando su historia y tradiciones en las que destacan el uso de motores V8. El actual Ford GT no es una reinterpretación del Ford GT40 original, mucho menos el sucesor del Ford GT que conocimos en 2003, lo que nos lleva a comprender por qué Ford es tan contundente a la hora de defender el Ford GT y su actual planteamiento frente a los rivales. Aún así, llámenlo nostalgia, pero siempre echaremos de menos aquellos V8.
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