Muchas de las averías que se producen en cualquier vehículo se podrían evitar haciendo un correcto mantenimiento de su motor y sus sistemas auxiliares. La falta de cuidados y el uso de componentes inadecuados o de mala calidad tarde o temprano acaban generando problemas, por ello hoy vamos a demostrarte por qué nunca deberías usar agua corriente como refrigerante para el motor de tu coche. En serio, no merece la pena.
Los problemas de refrigerar un motor con agua del grifo
La temperatura de funcionamiento en un motor es un aspecto primordial para garantizar su correcto funcionamiento y alargar su vida todo lo posible. Es por ello por lo que es tan importante cuidar nuestra mecánica cuando no trabaja a temperatura de servicio, los 90º ideales que indica el reloj del cuadro de instrumentos. Tan perjudicial es hacer funcionar el propulsor a temperaturas muy bajas como muy altas, de ahí la importancia de cuidar el sistema de refrigeración del propulsor tanto como el mismo motor.
Cualquier mínimo problema en el sistema de refrigeración de un propulsor puede tener consecuencias fatales para la mecánica. Fugas, obstrucciones, rotura de la bomba, etc. todo se traduce en un mal funcionamiento a la hora de disipar calor, y no hay mejor forma de prevenir estos problemas que utilizando un líquido refrigerante de calidad, pues se trata de un compuesto que, además de ayudar a evitar la congelación del fluido y disipar calor, también protege todos los componentes del circuito.
Tal y podemos ver en este vídeo del canal «I Do Cars», usar agua corriente como líquido refrigerante conlleva una avería de gran envergadura. La prueba la tenemos en este motor Nissan de 2,4 litros y cuatro cilindros que proviene de un Nissan 240SX, un propulsor que tras comenzar a fallar fue abierto para ver qué le sucedía y la respuesta fue clara. En su interior existía una gran presencia de óxido y lodos, un mal que poco a poco fue afectando a la correcta refrigeración del propulsor y a los propios componentes del mismo.
Y es que debemos entender que el líquido refrigerante, si bien emplea una base de agua desmineralizada, en su fórmula contiene glicol (para rebajar el punto de congelación), colorante (para detectar fugas) y otros elementos que previenen la corrosión y degradación de los materiales con los que el líquido estará en contacto.
Así las cosas, si bien en casos de extrema emergencia podríamos usar agua corriente, no es nada recomendable usarla de forma habitual como refrigerante para un motor. Es más, los fabricantes también recomiendan realizar tareas de inspección y mantenimiento del sistema de refrigeración, incluyendo el reemplazo total del líquido cada 2 años o 40.000 Km dada la merma en propiedades que éste sufre con el uso y el paso del tiempo. En caso de emplear refrigerante orgánico, la sustitución podría extenderse hasta los 5 años u 80.000 Km.