Hace unos días preparábamos un artículo en el que hablábamos del Porsche 911 (996), la quinta generación del 911, como un coche odiado por unos cuantos aficionados al motor, ¿el motivo? Su diseño y el cambio de los motores refrigerados por aire a los refrigerados por agua, pero… ¿pueden estos dos motivos convertirse a su vez en su principal reclamo para convertirse en un gran coche clásico? ¿Seguirá el Porsche 911 (996) la estala de la burbuja de los coches clásicos en la que nos encontramos a las generaciones previas?
El Porsche 911 (996) es el nexo perfecto entre los modelos clásicos y lo que se espera de un deportivo moderno
El Porche 911 (996) fue, en 1997, cuando se lanzó, un coche muy polémico, una polémica que bien sigue presente hoy en día, aunque ciertas voces empiezan a ver en este 911 un futuro clásico a tener muy en cuenta, señalando a que ya es una de las últimas ocasiones de hacerse con una unidad a un buen precio.
Tal y como hemos visto en los últimos años cualquier rareza en los Porsche 911 clásicos se premia aumentando su valor de venta, un precio a pagar que no ha hecho más que subir para cualquier Porsche 911 clásico que busquemos, ya sea un 964, un 930, un 993… Y el 996 acumula un buen número de singularidades que lo convierten en una de las generaciones más especiales del Porsche 911.
El Porsche 911 (996) cuenta con una serie de singularidades que lo hacen realmente especial
Porsche 911
Por ahora es el único Porsche 911 con un faro no redondo, también es el primer 911 que contó con una versión GT3 y el primero con refrigeración líquida; su diseño es, ópticas al margen, el menos continuista de todos y su interior goza ya de un nivel de confort y equipamiento bueno visto desde el prisma actual; cuenta con un peso comedido, superando por poco los 1.300 kg y mantiene un equilibrio perfecto, dinámicamente hablando, entre lo que esperas de un deportivo y un gran turismo, convirtiéndose en el eslabón perfecto entre la conducción “old school” y los deportivos actuales y para muestra de ello el tacto de su dirección.
Climatizador, navegador, teléfono, un buen nivel de aislamiento, equipo de sonido Bose… El Porsche 911 996 era ya un coche con un equipamiento semejante al que estamos acostumbrados hoy día, aunque obviamente su sistema multimedia, el PCM, no tenía las opciones de conectividad ni la interfaz (ni cercana a ella), del nuevo Porsche 911.
Con el Porsche 911 997 Porsche tomó un rumbo más conservador en lo que a diseño se refiere
Porsche tomó una senda más conservadora en lo que a diseño se refiere con el Porsche 997, con un aspecto exterior con menos curvas, volviendo a las ópticas redondas, sin esos pasos de rueda tan voluptuosos… Y su interior se llenó de botones, de palancas y pulsadores varios, abandonando las formas redondeadas del 996 por unas formas más rectas, algo, con menos verticalidad, que se ha continuado en las siguientes generaciones, en el 991 y en el nuevo 992, haciendo de nuevo que su diseño, ahora fijándonos únicamente en su interior, sea algo único en la saga del 911.
Además de la refrigeración líquida debemos fijarnos en el motor de 996 por ser un motor atmosférico, salvo los 996 Turbo claro, una condición que el 911 perdió hace unos años, de nuevo quitando de la ecuación la obviedad, el GT3, de la mano del Porsche 911 991.2 y ya sabemos que un motor atmosférico es un básico en la guía del buen petrolhead (por mucho que nos gusten ciertos motores turbo).
El Porsche 911 (996) es el primer 911 refrigerado por agua, lo que en su día fue criticado ahora lo hace más especial
Por lo tanto tenemos al primer Porsche 911 refrigerado por agua, con un motor atmosférico de 300 o más caballos, que es el nexo perfecto entre la conducción de la vieja escuela y los deportivos actuales, con un buen nivel de confort a bordo y un diseño único en los más de 50 años de historia del Porsche 911, no sólo por sus ópticas, también por las formas de su interior y de su carrocería, apostando por la curva, muy sedosa, para crear volúmenes.
Actualmente un Porsche 911 (996) “normal”, dejando a un lado las versiones más prestacionales, supera ya los 20.000 euros para pasar a coquetear, en función del kilometraje, el estado y la configuración con los 25.000 – 27.000 euros, un precio superior al que llegó a alcanzar hace unos pocos años en plena crisis, cuando esta generación del Porsche 911 alcanzó su precio más bajo. En los últimos meses de hecho hemos podido ver como las unidades más normales, sin irnos a los casos más extremos de Turbo o GT3 o unidades para restaurar, han subido unos 1.000 – 1.500 euros y esto parece ser sólo el principio de lo que presumiblemente es el comienzo de un ascenso marcado, quizá no tanto como el del Porsche 911 993.
Actualmente un Porsche 911 (996) normal en buen estado ronda los 25.000 euros
Por supuesto si estás buscando un Porsche 911 o un deportivo de este tipo y estás en disposición de hacerte con un Turbo o un GT3 no lo dudes, es una gran compra (años atrás lo fue aún más), su valor subirá a un ritmo muy superior y cuentas con el aliciente adicional en el caso del GT3 o del GT3 RS de que fue la primera generación en contar con esta versión y además ambos, tanto el Turbo como el GT3, así como el GT2, no tienen el problema del IMS por ser un bloque diferente.