Cuando pensamos en el Porsche 911, sea cual sea, en un 95% de los casos pensaremos en un 2+2 de motor trasero con zaga en forma de fastback, una silueta deportiva y unos pilotos delanteros redondos, saltones, que de una manera u otra se han mantenido desde el 901 original que en octubre cumple 60 años hasta la generación actual, el 992 post restyling. Todo esto se ha mantenido en mayor o menor medida pero, ¿te imaginas un Porsche 911 sin faros delanteros redondos? Ha ocurrido en la historia en más de una ocasión, de hecho.
Cuando los clientes de Porsche quisieron emular al 935 que corrió en Le Mans
Como ya comentamos en este artículo, allá por los años ochenta el dueño de TAG (socio, junto a Porsche, de McLaren en Fórmula 1 a mediados de los ochenta) Mansour Ojjeh tuvo el capricho de tener un Porsche 911 con el morro del 935 de morro plano (Slant nose o Flachbau. Este concepto de faros retráctiles tenían una ventaja aerodinámica, pues de día con los faros plegados ofrecía menor resistencia al aire, muy importante para las largas rectas de Le Mans (entonces aún no estaban las chicanes de las Hunaudieres además).
Porsche 911
Por otro lado, los años ochenta eran precisamente el momento en el que los faros escamoteables estaban de moda, ya fuera por cuestiones aerodinámicas o por pura estética. Desde coches generalistas como los Honda Civic o Toyota Sprinter Trueno (o el Mazda MX-5, aunque este llegó a finales de los ochenta) hasta los Ferrari Testarossa o Chevrolet Corvette C4, pasando por los propios Porsche 944. Porsche ofreció este kit a todos aquellos interesados en tener un 935 de faros escamoteables, ya fuera por todo esto o como forma de exhibir su amor a la marca y sus éxitos en Le Mans y otras carreras de resistencia.
La generación 996 del Porsche 911 fue rompedora en muchos sentidos: primero, porque se hacía un coche nuevo en lugar del 993 que, en gran parte, partía del ya vetusto 964, además de la necesidad de cambiar a refrigeración por agua, en lugar de refrigeración por aire como se había mantenido hasta el 993. Pero también fue rompedor por cambiar los faros redondos de toda la vida por los llamados faros en forma de huevo frito. En su momento fue vilipendiado por ello, pero precisamente ahora están tomando fama y convirtiéndose en clásicos interesantes.
En un momento complicado económicamente para Porsche, este particular frontal no sólo sirvió para refrescar la imagen del 911, sino también como frontal común para un coche que nació en ese momento y perdura hasta nuestros días: el Boxster. Esta estética también se utilizaría para el nacimiento del primer SUV de la marca, el Cayenne original que en buena medida salvó sus cuentas.
¿Más 911 sin faros redondos en el futuro?
Por Internet uno se puede encontrar miles, quizás millones, de diseños originales aunque no sean reales, desde renders interesantes hasta creaciones que afortunadamente se quedan en diseños. Hay quien se ha atrevido a interpretar el 911 con el morro del Taycan – hoy, con los avances en inteligencia artificial, es más fácil que nunca encontrarnos con estos renders. Por ahora, no parece que Porsche vaya a tomar ese camino, si bien habrá que esperar a la próxima generación del icono.