Las preparaciones de Gemballa nunca han destacado por ser sensatas o sencillas. Aunque el fundador de la marca falleciera en circunstancias extrañas hace ya nueve años, la marca de Leonberg sigue siendo una de las referentes en preparaciones de Porsche a nivel europeo, junto a especialistas como 9ff o RUF. Su último proyecto, que ha tomado como base un Porsche 911 Turbo de la anterior generación – un 991, para entendernos – se llama 911 GTR 8XX EVO-R Biturbo y su potencia final supera los 800 CV. Es la definición de exceso sobre ruedas: no es un coche apto para gustos sensibles.
Porsche 911
Para empezar, su carrocería ha sido transformada de forma extensa. Los trabajos de Gemballa siempre han tenido una gran presencia y personalidad, aunque en esta ocasión no pueden negar la influencia de preparadores como Rauh-Welt en los pasos de rueda, muy ensanchados – el coche gana nada menos que 5 centímetros de anchura en su parte trasera – y con sus remaches bien visibles. El resto de la carrocería está trufada de apéndices aerodinámicos, que hacen que parezca un coche de las Porsche Cup Series. Fijaos en los labios aerodinámicos de los paragolpes delantero o el splitter frontal.
Pero sin duda la parte más llamativa es el módulo de admisión trasero, en el que se integra el gigantesco spoiler trasero. Dos tomas de admisión que nos recuerdan a las de los Porsche 993 GT2, sin ir más lejos. En el paragolpes traeros encontramos cuatro colas de escape, con un diseño marca de la casa. El conjunto es extremadamente agresivo, y tiene un aire al Gemballa Mirage GT, uno de los productos más icónicos del preparador alemán. Afortunadamente, este Porsche 911 Turbo no es solo artificio y apariencia: según Gemballa, acelera más rápido que todo un Bugatti Veyron.
Su motor 3.8 biturbo de seis cilindros opuestos ha recibido turbocompresores más grandes, y tanto el sistema de alimentación de combustible como su admisión han sido completamente actualizados. El resultado es una potencia final de 818 CV, casi 240 CV más que el Porsche 911 Turbo S de partida. Estos 818 CV están acompañados de un par motor de 1.098 Nm a 3.920 rpm, que se siguen transmitiendo al suelo a través de una caja de cambios de doble embrague y siete relaciones. Sobre el papel, es capaz de acelerar hasta los 100 km/h en sólo 2,38 segundos, y hasta los 200 km/h en sólo 7,5 segundos.
En el interior la preparación nos ofrece una jaula antivuelco, asientos aún más deportivos y un volante forrado en Alcantara, con inserciones en color rojo. ¿Su precio? Gemballa no lo ha facilitado, pero si tienes que preguntar… posiblemente no sea tu coche.
Fuente: Autoblog
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