Porsche ha creado con el 991 GT2 RS una bestia. Otra más. Hasta ahí nada especialmente novedoso en una marca cuya historia está llena de coches espectaculares, brutales, tanto en los que ha creado para la calle como en sus modelos de competición. Un historial que podría llenar líneas y líneas con sólo mencionarlo, y que ha encontrado en el nuevo 911 GT2 RS un digno nuevo miembro. No en vano, el 911 más potente de todos los tiempos ha conseguido ser diez segundos más rápido que la joya de la corona del fabricante alemán a nivel tecnológico: el 918 Spyder. ¿Cómo es esto posible? ¿Cuáles son las razones?
Pongamos todas las cartas sobre la mesa: es verdad que el 918 Spyder va ya camino de su quinto cumpleaños -celebración que ya ha hecho el McLaren P1-, pero no es menos cierto que en el momento de su lanzamiento era lo máximo que sabía hacer Porsche en un coche legal para la calle. Era -y sigue siendo- su joya de la corona, una máquina con un tren de potencia híbrido de extraordinaria complejidad (el resto del conjunto no se queda atrás) capaz de hacer sombra en circuito a los más potentes y ligeros McLaren P1 y Ferrari LaFerrari. En estos años Porsche no se ha estado chupando el dedo y ha desarrollado tecnologías para hacer cada vez coches más rápidos. En definitiva, hacer más con menos.
Por otro lado, el 918 es más potente que el 911 GT2 RS (+187 CV), pero también más pesado (unos 200 kg). Ambos tienen dirección en las cuatro ruedas y caja de cambios PDK ultra rápida pero, a diferencia del 911, el 918 Spyder también tiene tracción en ambos ejes con lo que es lógico pensar que tracciona mejor.
Hay por tanto pros y contras en ambos lados, y a priori cabría pensar que el 911 GT2 RS no sería más rápido que el 918 en Nürburgring. Pero la realidad es que, con un tiempo (tiempazo, mejor dicho) de 6:47’3, el GT2 RS ha batido en 10 segundos el récord que en su día logró el 918 Spyder (y, de paso, también ha hecho mejor tiempo que el Huracán Performante de Lamborghini). ¿Cómo es posible? He aquí las cuatro claves para entenderlo.
1. Los neumáticos: Michelin Pilot Sport Cup 2 N2
Los neumáticos se han convertido en elementos de altísima tecnología y los fabricantes de coches trabajan codo con codo con los de neumáticos para adaptar cada compuesto al nuevo supedeportivo de turno con tal de extraer lo mejor de uno y otro y conseguir las mejores prestaciones.
El 911 GT2 RS usa el mismo modelo de neumático que el 918 Spyder, los Pilot Sport Cup 2 de Michelin. Sin embargo, hay una diferencia fundamental: dos simples caracteres del nombre. Mientras que los neumáticos del 918 Spyder son los N0 y para el 911.1 GT3 se desarrollaron los N1, los del GT2 RS son la evolución N2. Aunque tienen las mismas medidas, la evolución en estos años ha permitido que el 911 GT2 RS tenga mucho más agarre mecánico gracias a los neumáticos que en el caso del híbrido.
2. La potencia disponible en cada momento
El 918 Spyder es más potente, bastante más potente que el 991 GT2 RS. Tiene 187 caballos más que este último, pero hay un matiz clave en este aspecto: los momentos en que está disponible la potencia de cada coche. En el GT2 RS, su motor biturbo de seis cilindros bóxer entrega 700 CV en todo momento, siempre disponibles ante la demanda del pedal derecho.
El 918 Spyder, sin embargo, no puede usar toda su potencia en todo momento: en una vuelta a Nürburgring, cuando las baterías se agotan el 918 depende exclusivamente del motor térmico y pasar a disponer de «solamente» 608 CV.
3. La aerodinámica
El 911 GT2 RS no dispone de aerodinámica activa, como sí ocurre en el caso del 918 Spyder, pero eso no significa que su forma de lidiar con el aire sea mala. Más bien todo lo contrario: el GT2 RS hace gala de un trabajo impresionante en este aspecto, y eso repercute de forma directa en los tiempos en circuito.
El 911 GT2 RS tiene un generoso labio inferior en la parte frontal, entradas de aire en el capó y salidas en los pasos de rueda delanteros. Pero el verdadero protagonista está en la parte trasera: un alerón de enormes dimensiones, con posibilidad de ajustarlo manualmente en varios niveles, que en su posición de máxima carga es capaz de generar 450 kg de downforce a máxima velocidad. Fue con este reglaje con el que el 911 más potente de la historia dio la vuelta récord al Nordschleife y, pese al aumento de la resistencia al aire, el Porsche llegó al final de la recta del Infierno Verde a 310 km/h, ocho más que los 302 km/h del Huracán Performante. Impresionante, ¿verdad?
4. Ligereza: sólo 1440 kg con el paquete Weissach
Probablemente uno de los aspectos más criticados sobre el 918 Spyder fue su peso, mucho mayor que el de sus rivales directos (los P1 y LaFerrari). Era el peaje que había que pagar al montar unas baterías suficientes para tener una autonomía eléctrica de 30 kilómetros.
Pero los kilos pasan factura y la masa juega un papel decisivo en las inercias, en cada curva, en cada frenada y cada vez que hay que volver a ganar velocidad. Este es otro aspecto clave en el que el nuevo 911 GT2 RS gana por goleada , con una cifra que en el caso de equipar el paquete Weissach con jaula antivuelco de titanio -como la unidad que estableció el récord- se queda en sólo 1440 kilos gracias al empleo del magnesio, el mencionado titanio y un uso intensivo de la fibra de carbono.
Fuente: Road and Track
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