Desde finales de los noventa el mundo entero ha cambiado mucho y, en consonancia, también la automoción. Las marcas enfocan sus productos de otra manera, su clientela ha cambiado, así como las prioridades, tendencias y tecnologías utilizadas. Pero un concepto atemporal, una receta ‘bien nacida’ desde un principio, apenas necesita cambios, solo actualizarse y refinarse. Y precisamente eso es lo que ha conseguido uno de los coches que todo ‘petrolhead’ querría tener un su garaje.
El Porsche 911 GT3 cumple 25 años
Nada menos que 25 años se han cumplido desde la aparición del primer Porsche 911 GT3, un cuarto de siglo de un deportivo de verdaderas sensaciones de piloto, más bien superdeportivo. Era literalmente un especial de homologación, para poder homologar los 911 GT3 de la copa monomarca. Era un coche especial por varios motivos, pero uno de ellos era su motor, traído de las carreras.
Porsche 911
Y es que el motor no era una simple evolución del 911 Carrera 996, sino que se basaba en el motor Mezger que había sido utilizado en los 962 y 911 GT1 ganadores de las 24 Horas de Le Mans, entregando 355 CV de potencia. Con sus mejoras en frenos, suspensiones y su icónico alerón trasero, el sonido de su 6 cilindros atmosférico se ganaría tanta fama como para ‘acallar’ al 911 GT2, con una versión biturbo de este propulsor entregando 456 CV.
El 911 es ya de por sí un coche anacrónico, con un motor bóxer de 6 cilindros colgando del eje trasero. Pero es que el 911 GT3, tanto el 992.2 actual como el 992.1, consigue unos espectaculares 503 CV de potencia y 450 Nm de par motor sin utilizar turbocompresores, ni ayuda de motores eléctricos. A base de vueltas y un sonido que transmite de todo, que hace vibrar al conductor, al acompañante, a los ocupantes de las plazas traseras (opcional para el Touring) y a todo quien lo escuche.
Y es precisamente eso: sensaciones. Hay coches más potentes, más extremos, que aceleran más rápido, que podrán dar la vuelta al Nordschleife, a Spa-Francorchamps o al circuito que sea más rápido, pero la manera en que lo hace el 911 GT3 es una verdadera oda al placer de conducir. Sin olvidarnos que, por lo general, no deja de ser un coche capaz de utilizarse en situaciones más convencionales, aunque no deja de ser coupé 2+2 (con las plazas traseras).
25 años de sensaciones, tanto en carretera como en circuitos
El nuevo 911 GT3 mantiene muchas de las premisas del original, empezando por el paquete Clubsport: sin coste adicional, Porsche incluye asientos de cuero, arnés de seguridad de 6 puntos, media jaula de seguridad instalada, extintor y un interruptor principal como los coches de competición. Todo esto se ofrece en el nuevo como en el original, si bien hay que pedir los asientos de baquet para poder escoger el paquete Clubsport.
Es por tanto, un coche que no ha perdido para nada su esencia de carreras. En un mundo cada vez más enfocado a la reducción de emisiones de CO2, hablar de un coche con un consumo homologado WLTP de 13,8 l/100 km y unas emisiones de 312 g/km de CO2 es anacrónico también. Pero cuando uno se monta en un 911 GT3 y lo ve rodar, en carretera y circuito, las cifras empiezan a quedar en un segundo plano. Uno entiende, a través de la piel y no tanto del cerebro, por qué miles de personas quieren uno.
Algunos de esos afortunados pilotarán el 911 GT3 para lo que se pensó y homologó originalmente: correr, pues es el coche que se utiliza para distintos campeonatos monomarca de Porsche, incluyendo la Porsche Supercup que acompaña en algunas pruebas a la Fórmula 1 – de hecho, es que el 911 GT3 se basa en la Supercup, que empezó originalmente con los 964 y 993. La Porsche Supercup lleva más de tres décadas como telonera de la categoría reina, tradicionalmente en pruebas europeas.
De manera independiente de Porsche, el 911 GT3 también se ha visto en pruebas de montaña y rallyes. Especialmente en rallyes de asfalto, es imposible olvidarse de la Era Porsche del Campeonato de España de Rallyes de Asfalto, cuando Sergio Vallejo, Miguel Fuster, Iván Ares, Pedro Burgo y otros tantos llevaron los 911 GT3 Cup Rallye (ya fuera el modelo 2008 o 2010, ambos de la generación 997) por tramos de todo el país con el aullido del seis cilindros. Sin duda, un cuarto de siglo de grandezas, en las calles y el motorsport.
