Cuando pienso en la potencia de los más sofisticados deportivos actuales pienso inmediatamente en que si los coches no tienen límites y en que si en no mucho tiempo alcanzar los 1.000 CV será requisito indispensable para ser considerado un superdeportivo de gran talante. Por fortuna no es así, o al menos lo demuestran coches como el Porsche 911 GT3 RS, modelo de armas tomar al que tan solo 1 segundo lo separan del actual coche de producción más rápido sobre Nürburgring, el Mercedes-AMG GT Black Series y sus 200 CV de más respecto al de Stuttgart.
Así, el GT3 RS ha parado el cronómetro en 6:49.328 minutos en la configuración más larga del infierno verde y en 6,44.848 minutos en la configuración «corta». Dichas cifras no son de récord, pero lo cierto es que está a algo más de un segundo del ya mencionado AMG GT Black Series, que ostenta el tiempo más rápido con vueltas de 6:48.047 y 6:43.616 respectivamente.
Sin ser de récord pero con mucho mérito: así ha sido la radical vuelta rápida del 911 GT3 RS en el infierno verde
Porsche 911
No sería una apreciación a realizar la escasa diferencia de tiempo entre ambos coches si no fuese por la abismal diferencia de potencia que encontramos entre estos. El GT3 RS, por su parte, hace gala de un seis cilindros bóxer atmosférico de 4.0 litros que eroga 525 CV y 425 Nm de par para firmar un 0 a 100 en 3,2 segundos y alcanzar una punta de 296 km/h.
El Mercedes-AMG GT Black Series, además de ser más caro y exclusivo, recurre a un incombustible V8 biturbo de 4.0 litros que desarrolla 730 CV y 800 Nm de par, cifras que lo catapultan hasta los 100 km/h también en 3,2 segundos y que le permiten alcanzar una velocidad máxima de 325 km/h.
Pero el 911 GT3 RS no solo se ha quedado muy cerca de arrebatarle el puesto al superdeportivo de la estrella, sino que también ha desbancado a otros grandes rivales. Sin ir más lejos ha sido más rápido que el Lamborghini Aventador SVJ, que recordemos que, antes de la puesta en escena del Black Series -no cuento al GT2 RS MR por sus piezas aftermarket-, fue indiscutible poseedor del récord en Nürburgring con un tiempo de 6:44.97 minutos.
Pero, ¿dónde reside el secreto del Porsche 911 GT3 RS? En una aerodinámica muy trabajada y en un peso muy reducido que provoca que la relación peso-potencia sea idónea. A ello debemos sumarle el sistema DRS para ajustar el ángulo del alerón en marcha y la presencia de mandos en el volante para ajustar a placer rebote y compresión de la suspensión, la incidencia del diferencial y la permisividad del control de tracción.
Con todo ello ha ido jugando Jorg Bergmeister, piloto que se ha puesto a los mandos del GT3 RS y que lo ha ido ajustando para afrontar las diferentes condiciones y tipo de curvas que conforman el trazado de Nürburgring. Sea como fuere, el que hasta ahora se corona como el 911 más radical consigue no solo ser 10,6 segundos más rápido que el GT3, sino también 12 segundos más rápido que todo un Porsche 918 Spyder. ¿Realmente es necesario romper límites a base de potencia?