Hazte a la idea, porque el Porsche 911 híbrido es algo que va a pasar y no dentro de mucho tiempo. Sí, de primeras la idea quizá no te encaje del todo, pero Porsche nos pide un voto de confianza y su última revelación en tanto al desarrollo de este proyecto resulta muy interesante. El Porsche 911 híbrido no será un híbrido enchufable, y esto amigos es una gran noticia dado que significa que el motor gasolina seguirá siendo el gran protagonista, que no habrá sobrepeso por culpa de una gran batería y que no tendremos que estar buscando un enchufe para sacar lo mejor de este inédito nueveonce.
Con motivo de la presentación de resultados de 2021, Porsche no solo ha hablado de números y cuentas, sino que también ha adelantado algunas claves sobre el futuro próximo de la marca. Los grandes titulares han sido sin duda saber que Porsche pretende que para 2030 más del 80% de su gama sea totalmente eléctrica, o que la próxima generación de los Cayman y Boxster llegará en 2025 sin más opción que un motor eléctrico.
Porsche 911
¿Pero y qué pasa con el Porsche 911? Pues más pronto que tarde, el 911 conocerá su primera versión electrificada de producción, un coche que ya está siendo desarrollado desde hace tiempo y que de hecho ya se ha podido ver circulando totalmente camuflado. Este modelo, que aún no tiene fecha oficial de lanzamiento, parece que llegará para la segunda mita de 2023, defendiendo una de las apuestas más arriesgadas y ambiciosas de la marca en décadas.
Sin embargo, Porsche tiene muy claro cómo quiere electrificar al 911 y por ello ha confirmado que esta versión no será híbrida enchufable. Las razones resultan obvias, pues aunque la mejora en eficiencia e incluso en prestaciones es grande al hacer uso de una batería de mayor capacidad que se alimenta de forma externa, el compromiso en cuanto a peso y espacio ocupado puede resultar crítico, más aún en un coche como el 911 cuya configuración técnica brinda muy poco margen para plantear un esquema híbrido asociado a una batería de estas características.
De este modo, todo apunta a una hibridación menos protagonista, sirviendo como apoyo del motor gasolina para asistirlo a baja velocidad y en momentos de máxima aceleración. De hecho bajo esta estrategia encontramos dos posibilidades, o bien hacer uso de un sistema microhíbrido cuyo coste y problemas de integración son bajos, o bien un sistema híbrido completo donde el motor eléctrico sí que sea capaz de mover por sí solo al 911, apoyando en mayor grado al motor térmico y por lo tanto reduciendo notablemente más el consumo y las emisiones.
¿Cuál será la fórmula escogida por Porsche? Estad atentos porque puede que dentro de no mucho descubramos al Porsche 911 híbrido.