El Porsche 918 Spyder vuelve a ser noticia por una nueva llamada a revisión, y con esta ya son 4 las veces que el superdeportivo de Porsche hará que sus pudientes clientes se vean obligados a pasar por el taller para subsanar un defecto. Desde el lanzamiento del Porsche 918 Spyder se han sucedido hasta 4 llamadas a revisión oficiales, estando 3 de ellas relacionadas con los trenes de rodaje y cuyas peores consecuencias pueden ser la total pérdida de control en momentos de alta exigencia.
Tal y como sucedió en las anteriores 3 llamadas a revisión, sólo un puñado de las 918 unidades fabricadas del Porsche 918 Spyder están afectadas por el último problema detectado. Esta cuarta incidencia se trata de un defecto de fabricación en los brazos inferiores de la suspensión, una posible rotura que afecta a 306 unidades del modelo que fueron fabricadas entre el 6 de Noviembre de 2013 y el 27 de julio de 2016. Este fallo puede provocar la pérdida de control del vehículo en escenarios muy exigentes, lo que obliga a Porsche a recomendar el no uso del vehículo hasta su reparación.
Porsche 918 Spyder
Las 2 primeras llamadas a revisión del Porsche 918 Spyder afectaron a muy pocas unidades, 6 en el primer caso de hecho, y tuvieron que ver con el conjunto de suspensión/amortiguación y elementos del chasis. La tercera llamada a revisión se produjo por un defecto encontrado en los soportes de fijación de los cinturones de seguridad para las unidades con destino EE.UU.
Con la confirmación de esta cuarta llamada a revisión para el Porsche 918 Spyder empieza a existir cierto descontento entre los clientes de la marca, y es que no parece del todo normal que un superdeportivo de la talla y coste del Porsche 918 Spyder se está viendo salpicado por tal número de defectos. Pero este tema también podría verse desde otro prisma, y es que teniendo en cuenta el concepto de laboratorio rodante y escaparate tecnológico que es el 918 Spyder, Porsche no está ocultando los posibles defectos que han aparecido con el uso por parte de sus clientes, respondiendo de forma clara y rápida para proceder a subsanar cualquier fallo.
Tal y como ya sucediera con el incendiario motor de los primeros Porsche 911 GT3, abordar este tipo de asuntos de un modo u otro puede conseguir que un problema se convierta en una oportunidad.
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