William McEachern es el propietario de una empresa de limpieza de moquetas. Aunque tiene más de 70 años, aún conduce a diario el Porsche 930 Turbo que adquirió hace la friolera de 21 años. Para Bill, el deportivo de Zuffenhausen siempre ha sido tanto una herramienta de trabajo, como una máquina de disfrute. Es el coche que aún usa hoy en día para visitar a sus clientes, o para desplazarse a sus reuniones de negocios. Es un Porsche que ha pasado al menos la mitad de su existencia en el frío estado canadiense de Ontario, y actualmente, el coche acumula la friolera de 1.167.099 kilómetros.
Bill y su Porsche 930 Turbo son los protagonistas de una de las historias del videozine 9:11 Magazine, publicado por el equipo de comunicación de Porsche. Cada mes cubren diferentes historias, cuyo denominador común es la pasión por la marca. En su tercer «episodio», hablan sobre calidad, sobre Porsche realmente longevos y duraderos. Citan algunos ejemplos, como el Porsche 944 que en 1986 dio la vuelta al mundo en sólo 31 días, al que hemos dedicado un artículo en Diariomotor. También hablan sobre controles de calidad y Le Mans, siempre de forma cercana y amena, al menos para un entusiasta medio.
Es una pena que no profundicen más en cada uno de sus protagonistas, como es el caso de McEachern. Por lo que hemos podido averiguar, Bill podría ser el conductor de Porsche 930 Turbo con el récord de kilometraje. Me recuerda al caso del Porsche 356 del millón de millas de Guy Newmark, de cuya historia también os hemos hablado. La clave de esta increíble longevidad mecánica no es un secreto insondable: hablamos de un mantenimiento muy pulcro, una conducción cuidadosa y un buen mecánico de confianza. Es el «secreto» del Volvo P1800 de Irv Gordon, que actualmente roza los 5 millones de kilómetros en Estados Unidos.
Volviendo a nuestro protagonista, el Porsche 930 Turbo tenía en sus primeras versiones – como es este caso, aparentemente – un motor bóxer de 3,0 litros y seis cilindros, turboalimentado y por supuesto, refrigerado por aire. Los primeros 930 Turbo desarrollaban 260 CV de potencia, y eran coches un tanto temperamentales, difíciles de conducir al límite por el enorme lag del turbocompresor, la ausencia de ayudas a la conducción y su escaso peso. La preciosa unidad de Bill McEachern – quién la pillara – presume de unas llantas que parecen de competición, y en su habitáculo parece atisbarse una jaula antivuelco.
Bill es ya un anciano, pero su hijo continuará el legado de su padre, con el objetivo de alcanzar el millón de millas. El resto de su historia, y la belleza de cuatro ruedas y pasos ensanchados, la podéis ver en el vídeo que os hemos dejado sobre estas líneas.