Cada generación del Porsche 911 tiene una, si no muchos aspectos especiales y detalles únicos, cualidades especiales que los hacen aún más deseables tras sesenta años en el mercado. El actual 992 es sin duda el más avanzado a nivel de tecnología mientras que otros tienen su encanto especial por una u otra razón. Ahora bien, ¿que une a la generación actual, el 992 (992.2 ya que hablamos de la revisión de mitad de vida) con el 996, uno de los que más polémica levantó en su momento?
El gran cambio que caracteriza al 996 (aparte del morro)
El 996 hizo levantar muchas cejas sobre todo en la parte estética, por aquellos faros delanteros en forma de huevo frito en lugar de los faros redondos tradicionales. Toda la parte delantera era compartida con el entonces nuevo Porsche Boxster, en un intento de recortar gastos de producción en un momento bastante delicado para la marca de Stuttgart. Los 996 son también recordados por otros aspectos, como por ser la primera generación con el que ahora es un icono de superdeportivo o arma para tandas en circuitos: el 911 GT3.
Porsche 911
Pero también supuso un cambio importante dado que se trataba del primer 911 refrigerado por agua, dejando atrás la tradición de refrigeración por aire que se había mantenido desde el 911 original. Un aspecto que fue hecho tanto por avance tecnológico como por necesidad (y que, de manera colateral, ha llevado a que la generación anterior, el 993, eleve su cotización para ciertas versiones) y que es precisamente lo que en cierto modo le une con el 992.2 que tenemos en la actualidad.
Como hemos podido conocer hace apenas unas semanas escasas, el nuevo Porsche 911 Carrera GTS incorpora la primera solución híbrida en la historia de los 911 de producción en serie. Una microhibridación que actúa sobre el único turbocompresor (en lugar de ser biturbo como el Carrera GTS anterior) para lograr un incremento de potencia al mismo tiempo que se mantiene el sonido inconfundible del seis cilindros bóxer.
Y el motivo de ello es precisamente el que lo une con el cambio de refrigeración por aire a agua del 996. En el caso del 996 fue por cumplir la legislación vigente en aquel momento tanto de gases contaminantes como de ruido. De igual modo, la hibridación del Carrera GTS (el llamado sistema T-Hybrid) permite cumplir la futura legislación de emisiones y escapes. De paso, se consigue mantener un motor compacto en la parte posterior del 911. Dos cambios radicales, que han supuesto motivo de cierto revuelo, por un motivo similar.
Evolución de un concepto atemporal
Desde el motor Mezger del 911 original, el 911 Turbo de 1974, la introducción del intercooler o la turbina de geometría variable introducida en el 911 Turbo 997, el 911 continúa evolucionando y marcando el ADN de Porsche que enamora a apasionados del motor de todo el mundo. Todo ello, evolucionando una vez tras otra un coche que sigue manteniendo su silueta y el motor bóxer de seis cilindros en posición ‘contraria’.