¡Cómo pasa el tiempo!, y es que hace 20 años que Porsche dio a conocer al mundo entero de la mano del bicampeón de rallies Walter Röhrl en la plaza Charles de Gaulle cómo sería su mítico e idolatrado Porsche Carrera GT tipo 980 del que sólo se producirían 1.270 unidades entre 2003 y 2006, y que todos recordamos por su característico pomo del cambio en madera y su motor V10 atmosférico con cambio manual.
El pedigree de su V10 es envidiable, con genes de la Fórmula Uno y de Le Mans
El prototipo presentado bajo la lluvia en septiembre de 2020 adelantaba prácticamente al milímetro las formas del superdiportivo que la marca de Stuttgart produciría 3 años más tarde. Aquella unidad cero contaba con un V10 de 5,5 litros y 557 CV que era el fruto directo del fallido proyecto de motorizar al equipo de Fórmula Uno Footwork en 1992 y de la intención de Porsche de competir en Le Mans, pero que debido a unos cambios normativos y a la necesidad de desarrollar el futuro Porsche Cayenne, se vio de nuevo obligada a cancelar. No obstante, antes de que empieces a odiar a ese SUV, fue precisamente su éxito comercial quien permitió que el Carrera GT viera finalmente la luz.
Así pues, el propulsor montado en las 1.270 unidades que se vendieron vio aumentada su cilindrada hasta los 5,7 litros, estando completamente fabricado en aluminio y contando con lubricación por cárter seco y sistema de distribución variable, dando lugar a una potencia máxima de 612 CV a 8.000 rpm junto a 590 Nm de par motor. Pero eso no es todo , ya que este superdeportivo se convirtió en el primer modelo de producción en equipar un embrague cerámico, de sólo 169 mm de diámetro y de delicado accionamiento, el cual estaba conectado a un cambio manual de seis relaciones accionado por medio de un conocido pomo de madera de abedul y fresno como guiño al 917 que corrió las 24 Horas de Le Mans. Con todo ello, sus 1.380 kg sobre la báscula eran capaces de alcanzar los 330 km/h de velocidad punta y firmar un sprint de 0 a 100 km/h en sólo 3,9 segundos.
El secreto de ese relativamente contenido peso se debe a que contaba con monocasco realizado en plástico reforzado con fibra de carbono, lo cual obligó a Porsche a crear unas instalaciones específicas en la planta de Leipzig para fabricarlo, así como otra serie de elementos realizados en kevlar. Su apartado técnico se completaba con unos frenos carbocerámicos de 380 mm en el eje delantero, suspensión de doble triángulo pushrod (con suspensión y dirección separados), así como por un alerón que se despliega automáticamente al superar los 110 km/h para aportar una mayor carga aerodinámica sobre el eje trasero.
¿Su precio? Por aquellos años Porsche pedía más de 450.000 €, aunque actualmente las unidades más económicas parten por encima de los 550.000 € con más de 70 mil kilómetros, llegando hasta los 750.000 € en caso de unidades muy poco rodadas.