El Porsche Carrera GT no es técnicamente un clásico. Es un coche cuyas unidades más antiguas tienen ahora 16 años. Ni siquiera es un youngtimer. No obstante, todo el mundo tiene muy claro que en un futuro será uno de los Porsche más cotizados de todos los tiempos – representa el canto de cisne de una era purista que nunca volverá. Ya os hemos hablado del curioso pomo de su cambio manual, de su motor derivado del mundo de la competición, así como de su increíble diseño y rendimiento. Lo que no esperábamos es que alguien encargase una restauración completa de este moderno supercoche.
A petición de un coleccionista adinerado – y con cierta influencia en las altas esferas de Porsche – la división de clásicos de la marca alemana aceptó este peculiar trabajo de restauración. Acostumbrados a trabajar con coches entrados en años y en un estado mecánico muchas veces deplorable, este Carrera GT tuvo que ser un verdadero shock para los mecánicos de Porsche Classic. No sabemos cuántos kilómetros tenía el coche o su estado general, pero la restauración encargada fue a verdadero capricho. Todos los componentes del coche y su motor 5.7 V10 de 612 CV fueron sometidos a un concienzudo proceso.
Un proceso de desmontaje y revisión, en el que se ha comprobado cada tolerancia de los componentes del coche. En caso de detectarse el más mínimo desgaste, la pieza era reparada o sustituida por una pieza nueva. Además de este proceso de restauración mecánica, el propietario quiso repintar el coche. Y lo hizo con un color muy especial: el precioso Oak Green Metallic, un verde oscuro cuyos orígenes se remontan a los años setenta – y que nunca estuvo disponible en los Carrera GT. En cuanto a sus llantas de magnesio, también fueron objeto de una serie de modificaciones muy especiales.
Su centro fue repintado en color dorado, inspirándose en unas llantas BBS de competición – al igual que el emblema trasero del Carrera GT – pero el propietario del coche quería cromar el resto de la llanta. Para cromarlas habría hecho falta un proceso de pulido que habría alterado y comprometido la integridad estructural de la llanta de magnesio. Así que decidieron recubrirlas de plata, y protegerla con una capa de laca para evitar su oxidación. Problemas del primer mundo, solucionados. En el interior no hay cambios, más allá de un toque verde y dorado en el aro del volante.
El coche será expuesto en un evento de clientes de Porsche en el Experience Center de Atlanta (EE.UU.), evento en el que también estará el propietario del coche.
Fuente: Porsche