No hay fabricante de coches que no esté replanteándose ahora mismo sus planes de electrificación. 2030 está cada vez más cerca y los objetivos de ventas de coches eléctricos están lejos, muy lejos, de las previsiones que manejaban multitud de firmas automovilísticas. Es por ello que la última reflexión de Porsche debería ser tenida muy en cuenta, pues el constructor alemán ha lanzado un aviso a navegantes sobre por qué seguir invirtiendo en motores a gasolina es una muy buena idea a futuro.
El mercado quiere más gasolina e híbridos y menos eléctricos
Con motivo de la presentación de resultados del tercer trimestre, Porsche ha dado a conocer una caída del beneficio operativo del 26,7 % en lo que llevamos del ejercicio de 2024. Esta caída, si bien no ha hecho saltar todas las alarmas, sí supone una claro toque de atención sobre la situación en la que está sumida el fabricante donde debe hacer frente a una demanda de coches eléctricos cada vez menor en Europa y Estados Unidos, además de una fuerte caída en las ventas en China, su principal mercado.
Porsche Macan
¿El problema? Que Porsche se había fijado un objetivo para 2030 en donde el 80% de sus ventas corresponderían a coches eléctricos, una meta que en estos momentos parece difícil, por no decir imposible, de conseguir. Este plan de electrificación, ya en marcha como bien demuestra la total electrificación del Porsche Macan y los 718 Boxster/Cayman, habría además de sumar a los modelos Cayenne y el futuro SUV de 7 plazas denominado por ahora como K1, salvando únicamente al Porsche 911 de esta estrategia en pos de convertirlo en el último estandarte de los motores térmicos.
Sin embargo la situación del mercado global es la que es y la caída en ventas del Porsche Taycan pese a su primera gran actualización, certifican que la demanda de eléctricos está en claro retroceso. Es por ello por lo que recientemente Porsche lanzó un nuevo rediseño del Panamera y también revisó los planes para con la próxima generación del Cayenne, confirmando su disponibilidad en versiones V8 gasolina, híbrida enchufable y 100 % eléctrica. De este modo será el mercado el que decida, sacando provecho además de uno de los grandes éxitos de Porsche a nivel de fabricación, que no es otra cosa que la apuesta por una plataforma y línea de producción flexibles, permitiendo así ofrecer diferentes opciones de propulsión para un mismo modelo.
Sin embargo este caso no es a priori replicable para el nuevo Macan y los inminentes 718 Boxster/Cayman, pues estos modelos ya han sido desarrollados a partir de una plataforma dedicada como es la PPE del grupo Volkswagen. Gracias a esta arquitectura específica para vehículos eléctricos, estos modelos disfrutan de un nivel de prestaciones, eficiencia y tecnología superior. Sin embargo si sus ventas no cumplen con las previsiones, la introducción de opciones a gasolina sería sumamente complicada por coste y tiempo, aunque parece cada vez más probable dada la evolución actual del mercado.
En el caso del futuro SUV de mayor tamaño de Porsche, el K1 de hasta 7 plazas, aunque fue anunciado para 2027 como un SUV 100 % eléctrico, damos por hecho que su gama de motorizaciones terminará incluyendo al menos opciones híbridas enchufables. Este modelo habrá de compartir plataforma y componentes con el nuevo Cayenne, motivo por el cual parace lógico pensar en una oferta mecánica muy similar.
Sea como fuere, la situación de Porsche no es un caso aislado, todos los fabricantes están viéndose obligados a revisar sus planes de electrificación y alargar la vida de sus motores gasolina, cuando no invertir en nuevos desarrollos que permitan una transición mucho más extensa en el tiempo gracias a la hibridación. Y es que aunque el objetivo de todos los constructores sigue puesto en una descarbonización total, ésta parece que llegará más tarde de lo inicialmente previsto y además lo hará mirando más allá del eléctrico a baterías, pues cada vez parece más evidente que en este proceso tienen mucho que decir el hidrógeno y los e-fuels.
