Es una compra original y apropiada para quien le guste el diseño, la practicidad y la movilidad eléctrica sin renunciar a unas buenas prestaciones dinámicas. Sin embargo, no es un coche barato para su tamaño. De hecho, no existe en el mercado otro turismo con menos de 3,7 metros de longitud que cueste más dinero. Hablamos del Abarth 500e, un automóvil urbano que bien puede considerarse la versión deportiva o de alto rendimiento del FIAT 500e. Se diferencian tanto en su aspecto como en su dinámica.
Gracias al empresario Luca de Meo, actual CEO del Grupo Renault, Abarth resurgió en 2007 como una marca de vehículos pequeños, pero potentes y divertidos. El objetivo que se logró con el relanzamiento de esta firma histórica fue mejorar sensiblemente el posicionamiento de FIAT dentro de una industria europea dominada por fabricantes alemanes y franceses. El 500 “para puristas”, lanzado un año más tarde, suponía una herramienta de recreo polivalente para sus clientes y un producto rentable para su compañía, ávida por incrementar los beneficios.
Vender algo completamente distinto por mucho más dinero: una dura tarea comercial
Quince años y dos generaciones más tarde, Abarth ha puesto a la venta el 500e, su primer coche eléctrico. Se trata de un automóvil del segmento A con tres puertas, cuatro plazas, 3,63 metros de largo y un maletero con 185 litros que toma de base el FIAT 500e. Su apariencia es más agresiva que la de este y, además, incorpora un motor más potente, con 155 CV, que se combina con mejoras en el chasis a fin de incrementar sus prestaciones. En este sentido, acelera de 0 a 100 km/h en 7 segundos, aunque su velocidad máxima sigue limitada a 155 km/h.
La batería que alimenta su único propulsor, sito en el eje delantero, es la misma que se instala en la versión más capaz del FIAT equivalente. Con 42 kWh brutos, permite recorrer 264 km por carga completa (según ciclo de homologación WLTP), operación que puede realizarse en 35 minutos con el cargador adecuado, pues el sistema admite hasta 85 kW en corriente continua (11 en alterna). Si consideramos que este turismo, además, equipa de serie llantas de 17 pulgadas, discos de freno en las cuatro ruedas, asientos de tipo “bucket”, varios asistentes de conducción y lo último en confort y multimedia para su categoría, nos queda un producto completo, moderno y atractivo.
Sin embargo, esa sensación se desvanece cuando uno conoce su precio: a partir de 37.460 euros o, en combinación del acabado superior Turismo, desde 41.340. Es un coste de adquisición sin parangón en su clase, de modo que compite prácticamente en solitario. Sólo el MINI Cooper SE o el Honda e se le acercan, aunque con conceptos diferentes. Como referencia, el Abarth 500 original costaba 18.500 euros y sus cifras de rendimiento eran similares, si bien pesaba 400 kg menos al no llevar una gran pila.
Con el 500e (BEV), la estrategia comercial de Abarth llama la atención y parece difícil de ejecutar, al menos en términos de volumen de ventas. Una empresa que se caracterizaba por haber democratizado la deportividad y por crear coches rápidos de bolsillo para consumidores “petrolhead” ha pasado a tratar con un modelo 100% eléctricos que emite un sonido de impulsión artificial y que vale lo que un compacto de alta gama. ¿Hacia dónde se dirige la marca italiana? Sólo el tiempo resolverá esta duda y pondrá fin a nuestra curiosidad.