Tirar de hemeroteca es un ejercicio muchas veces doloroso. Y no lo digo refiriéndome a las declaraciones de un político o de sus promesas, si no de los precios en oferta de los coches nuevos. En estos momentos vivimos un escenario inflacionista, de altos precios de las materias primas, de conflictos bélicos en Europa y de escasez de componentes como los semiconductores. Una tormenta perfecta que ha elevado de forma galopante el precio de los coches nuevos. Y para muestra, esta noticia: en 2018, era posible estrenar coche por menos de 6.000 euros.
Hace solo cuatro años se podía estrenar coche por muy poco dinero
Como se suele decir, «éramos felices y no lo sabíamos». En 2018, un servidor escribió una noticia haciendo referencia al coche más barato del mercado. Era un Fiat Panda de equipamiento absolutamente parco y esencial, sin comodidades como aire acondicionado. Como es lógico, su motor era un sencillo propulsor de acceso, un 1.2 atmosférico de solo 69 CV, pero consumos contenidos. Por aquél entonces, el precio en oferta de este Fiat Panda 1.2 Pop era de sólamente 5.990 euros, comprometiéndonos a una financiación de al menos cinco años y una TAE elevada.
Fiat Panda
Hoy en día parece un verdadero chollo. Pero es que en el mismo artículo sobre los cinco coches más baratos del mercado aparecía también un Dacia Sandero por 6.550 euros, un Ford Ka+ por poco más de 7.000 euros e incluso un Kia Picanto por menos de 8.000 euros. Comparar aquél panorama con el actual panorama no es del todo justo. No solo estamos condicionados por las actuales tensiones geopolíticas, económicas y de cadena de suministros, si no que el Impuesto de Matriculación ha pasado a calcularse de forma más exigente.
El uso del consumo WLTP para el cálculo de las emisiones medias de un coche ha elevado el precio de la mayoría de vehículos. Todos estos factores no son suficientes para explicar que el coche más barato actualmente a la venta cueste 10.700 euros – 4.700 euros más que hace solo cuatro años. El equipamiento de los coches ha aumentado y las marcas están repercutiendo a precios las multas que tienen que pagar por sus emisiones medias de flota. Prácticamente todas las marcas incurren en excesos y trasladan al cliente final dicho sobrecoste operativo.
Al mismo tiempo, las marcas están trasladando a precios las enormes inversiones que están llevando a cabo en electrificación, a causa de las normativas europeas anticontaminación, que dificultan tanto la venta de coches de combustión interna que suponen una prohibición tácita de estos. Soy consciente de que este es un análisis somero, y que hemos ahondado en profundidad en muchas de estas razones en estos artículos, pero tampoco quería olvidarme de mencionar que el segmento que más está sufriendo la coyuntura… es el de los coches baratos.
Aunque parezca contradictorio a tenor de los objetivos de la UE – reducir las emisiones del transporte rodado – a las marcas les resulta casi imposible compatibilizar los sistemas anticontaminación, el coste añadido de fabricar los vehículos y el equipamiento que demanda el público en un envoltorio pequeño y barato. El margen, simple y llanamente, no está ahí. Esperamos que este artículo te haya hecho entender por qué los coches baratos, desgraciadamente, están no ya en peligro de extinción… si no en vías de extinción.
Fotos del Kia Picanto, el coche más barato de 2022