El último estudio de la asociación de consumidores FACUA (Consumidores en Acción) ha revelado la gran disparidad de precios existente entre las Comunidades Autónomas de España a la hora de pasar la ITV. Una diferencia de precios que puede llegar al 100%: la ITV para un coche diésel de menos de 1,6 litros cuesta en Andalucía sólo 30,79 euros, pero en Madrid su precio llega a los 56,66 euros. ¿Por qué existen estas enormes diferencias de precios? ¿Por qué un servicio que es público en casi todo el país no tiene un precio coherente? ¿Cuánto han subido los precios de las ITV en 2018?
¿Dónde está la ITV más barata? ¿Y la más cara?
Para coches de gasolina, la ITV más barata está en Andalucía, con una tasa de sólo 26,79 euros para coches de menos de 1.600 centímetros cúbicos de cilindrada. La más cara es la de Ceuta, que cuesta 44,66 euros, cara incluso teniendo en cuenta que su impuesto sobre el valor añadido – el IPSI – es del 9%. Si estamos hablando de coches diésel, Extremadura es la comunidad más barata, con una tasa de 28,39 euros. La comunidad más cara es Madrid, con un coste de 56,66 euros. La media nacional para coches de gasolina es de 34,82 euros, para coches diésel estaríamos hablando de 42,05 euros.
El precio medio para turismos es de 38,43 euros en España. En cuanto a las subidas de precios del ejercicio 2018, la mayor se ha dado en Extremadura, con un 7,33% con respecto a 2017 – aún así, sigue siendo una de las comunidades más baratas de todo el territorio nacional. En Madrid los precios han subido un 6,01% para coches diésel y un 7,17% para coches de gasolina. En Melilla también han subido las tasas por encima del 2%, siendo los aumentos de precio mucho más tímidos en el resto de regiones. Los precios sólo han bajado en Murcia (-8,85% para los gasolina y -9,03% en los diésel).
En Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, La Rioja y Navarra los precios se han mantenido estables con respecto a 2017.
¿Por qué existe tanta disparidad de precios?
Dejando a un lado los diferentes regímenes fiscales de la Península y Baleares con respecto a Canarias y las Ciudades Autónomas del norte de África, el problema es que no existe una armonización de precios en el territorio nacional. Esta disparidad de precios está originada por varios factores. Uno de los más importantes es la titularidad de las instalaciones de inspección técnica de vehículos. Por norma general, estas instalaciones operan en régimen de concesión pública a empresas privadas. No obstante, en Madrid el servicio de las ITV está liberalizado (privatizado).
Esta mayor competencia provoca disparidad de precios en la misma región, al ofrecerse trámites telemáticos y descuentos heterogéneos por parte de muchas empresas. Estos descuentos no han sido incluidos en el estudio de FACUA debido a su naturaleza heterogénea. En algunas comunidades conviven empresas públicas y estaciones privadas, caso de Extremadura y Murcia. Finalmente, en Andalucía, Asturias y la Comunidad Valenciana las ITV son explotadas directamente por la administración a través de empresas públicas. En las ITV de carácter público el servicio está exento de IVA, al tratarse de una tasa pública.
Por último, existen sistemas tarifarios diferentes según autonomías, aunque el servicio en sí esté regulado a nivel estatal y sea idéntico – sobre el papel – en todas las ITV. En Andalucía el precio varía en función de la cilindrada del vehículo. Donde conviven sistemas públicos con sistemas privados, estos últimos suelen ser más caros. Aunque en casi todas las comunidades la tarificación de los coches diésel sea superior a la de los gasolina, en Asturias, Extremadura y País Vasco la ITV tiene el mismo precio, con independencia del combustible del coche o su cilindrada.