La inflación ha afectado a casi todas las industrias, pero lo que está ocurriendo con los precios de la automovilística está a otro nivel. De hecho, el coste de adquisición medio de los coches nuevos se ha incrementado muy por encima de la subida del IPC. Esto se debe, entre otras cosas, al cambio en el modelo de negocio de las marcas tradicionales, las cuales ya prefieren vender pocas unidades con grandes rentabilidades que muchas con márgenes ridículos, como ocurría hace un tiempo.
Por supuesto, la escasez de algunos componentes y las dificultades para satisfacer la demanda por parte los fabricantes ha contribuido a un escenario en el que comprar un turismo es carísimo y difícilmente justificable. El resultado es una ralentización de las matriculaciones en el canal de clientes particulares, aunque afortunadamente queda compensado, de forma estacional, por los alquiladores y las flotas de empresa.
Mercedes-Benz GLA 2023, desde 46.272 euros con cambio automático y etiqueta ECO
Mercedes-Benz Mercedes GLA
El último ejemplo lo encontramos en el Mercedes GLA, un SUV de tamaño mediano que recientemente ha recibido una actualización estética y tecnológica. La firma de la estrella pide ahora por este modelo un mínimo de 45.718 euros, lo cual es poco menos de lo que valía un GLC, todocamino de una categoría superior en Mercedes-Benz, hace siete años, momento en el que fue lanzado al mercado por primera vez como sustituto del GLK.
En otras palabras, obtener un coche compacto en 2023 cuesta prácticamente lo mismo que adquirir uno más grande en 2016, a pesar de la evidente diferencia de equipamiento físico (que no digital), de espacio, de prestaciones y de calidad constructiva entre sendos segmentos. Como referencia, el renovado GLA mide 4,41 metros de longitud frente a los 4,66 del anterior GLC para la misma cota.
En aquel entonces, el Mercedes GLC tenía un precio de partida de 48.575 euros. Por esa cantidad de dinero se recibía un motor turbodiésel con 170 CV, caja de cambios automática y tracción integral. La aceleración de 0 a 100 km/h era posible en 8,3 segundos y el consumo medio real se situaba por debajo de los 7 l/100 km. Además, el volumen del maletero era de 550 litros, especialmente generoso.
Hoy, el GLA de acceso lleva un propulsor de gasolina turboalimentado y microhíbrido (etiqueta ECO) de origen Renault (desarrollo compartido) que rinde 163 CV y queda asociado a transmisión automática y tracción delantera. Puede llegar a 100 km/h desde parado en 8,9 segundos y su gasto de combustible homologado según ciclo WLTP es de 6,7 l/100 km. Su espacio de carga para el equipaje tiene una capacidad de 425 litros. Su dotación en términos de confort no es mejor, pero supera al GLC en seguridad activa y en elementos multimedia.
En Audi y BMW pasa algo parecido, mientras que Volvo y Lexus se desmarcan
De igual manera, el precio básico del nuevo BMW X1 es similar al del BMW X3 de la presente generación (2018), aunque antes de su “restyling” (2022): 44.000 contra 46.300 euros, respectivamente. Todavía es más escandaloso lo que ocurre con la compañía de los cuatro aros, pues un Audi Q3 vale hoy más que la actual generación del Audi Q5 (2017), la cual ha tuvo otro “facelift” (2021): 43.270 vs. 41.290 euros.
Si estás buscando un SUV “premium” más asequible o que, al menos, no se haya encarecido tanto, en Diariomotor hemos hablado últimamente sobre las ofertas, aún vigentes, del Volvo XC40 y del Lexus UX. El primero es el chollo del año, por 29.900 euros. El segundo, es uno de los híbridos no enchufables “de lujo” más accesibles y sensatos, pues cuesta 38.800 euros.