Una investigación ha revelado que China ofreció a Bruselas un camino diferente para lidiar con todo el asunto de los aranceles de sus coches eléctricos, un camino que finalmente no se ha explorado. Esta historia ha resultado ser la mayor disputa comercial que han tenido ambos bloques en la última década, una en la que aún no se ha dicho la última palabra (Reuters).
China trató de negociar un precio mínimo de 30.000 para sus coches eléctricos importados a Europa
El gobierno chino propuso a la Comisión Europea que todos los vehículos eléctricos procedentes de China se vendieran a partir de un precio mínimo de 30.000 €. Esto hubiera eliminado parte de la amenaza del precio con respecto a los modelos eléctricos europeos. En particular, hubiese afectado a los coches eléctricos asequibles planeados por varias marcas, muchos de ellos aún por llegar a las calles y concesionarios.
Casos como el Renault 5, así como los Renault 4 y Twingo en cuanto estén en el mercado, el Citroën ë-C3 o los eléctricos del Grupo Volkswagen que están por llegar de aquí a 2027 se situarían por debajo de 25.000 € y, en el caso del Twingo o del pequeño eléctrico de Volkswagen, en menos de 20.000 €. Leapmotor importa con ayuda de Stellantis el T03, si bien este coche empezará a producirse pronto en Polonia.
Y es que los coches eléctricos en China, de media, cuestan menos de la mitad que en Europa. Mientras que en el Viejo Continente afrontamos un precio medio de 66.000 € (que debería reducirse de manera drástica cuando los mencionados modelos salgan al mercado), el precio medio en China es de 32.000 €. Un caso llamativo es un superventas de allí, el BYD Seagull (Dolphin Mini en otros países), que parte desde los 8.900 €.
Sin embargo, la Comisión Europea decidió seguir adelante con su plan de los aranceles, el cual se votó a favor el pasado 4 de octubre y entrarán en vigor a partir del próximo mes de noviembre. Como respuesta, China ha impuesto aranceles temporales al brandy europeo, afectando a marcas como Hennessy o Remy Martin, además de avisar con posibles medidas para vehículos europeos de gran cilindrada, lo cual afectaría a los fabricantes alemanes.
El problema según Europa está en la cantidad de subsidios del gobierno para fabricar esos coches
El argumento con el que la Comisión Europea rechazó esta propuesta de China se debe no sólo por el precio de los coches eléctricos importados, sino también a los subsidios del gobierno chino a la hora de fabricarlos y eliminar el impacto de este apoyo. Muchos de los coches eléctricos procedentes de China, como los BYD Seal y Seal U, ya se venden por encima de esos 30.000 €, por no hablar de modelos de lujo como los de Voyah o Mhero.
De momento, se están buscando vías paralelas a contrarreloj antes de que se establezca la normativa, la cual deberá ser publicada como muy tarde el 30 de octubre. Algunas fuentes de Reuters apuntan a que si el precio mínimo fuese de entre 35.000 a 40.000 euros hubiera sido más favorable para negociarlo con la Comisión Europea. Esto hubiera llevado a que los coches eléctricos chinos baratos, como el BYD Dolphin Mini o el Dongfeng Box, tuvieran que fabricarse en Europa.