Carreteras llenas, maleteros a rebosar y prisas para llegar a ver a tus cuñados y enfadarte por alguna de sus tonterías. Pero no todo son vacaciones: la Dirección General de Tráfico (DGT) está en su última gran ofensiva del año, con más de 20 millones de desplazamientos previstos y controles a diestro y siniestro. Y entre alcoholemias, papeles y radares, hay una pregunta que podría convertir tu trayecto en una amarga lección.
La emboscada verbal de la Guardia Civil: ¿caerás en la trampa?
Imagina esto: conduces tranquilamente —o quizás algo rápido, quién sabe— y te hacen señales para que te detengas. Tu cabeza empieza a dar vueltas: ¿Qué he hecho? ¿Voy bien de velocidad? ¿Está todo en regla? Entonces llega la bomba: «¿Sabe por qué le he parado?».
La pregunta parece inocente, casi casual, pero no te engañes. Es un clásico del manual policial. Su objetivo no es otro que arrancarte a ti el fallo. Puede que te hayas saltado un STOP, cruzado una línea continua o acelerado un poco más de la cuenta. Da igual. Con esta pregunta, quieren que tú mismo te declares culpable. Es brillante, pero también evitable.
¿La clave para responder? Decir menos, ganar más
¿La mejor respuesta? Simple, directa y carente de detalles: «No lo sé». No te excuses, no admitas nada, no ofrezcas explicaciones. Parece frío, incluso brusco, pero funciona. ¿Por qué? Porque muchas veces los agentes solo tienen sospechas. Sin pruebas concretas, tu confesión sería el clavo que cierra tu propio ataúd sancionador. Así que mantén la calma, respira hondo y entrega tu documentación con tranquilidad.
Recuerda: ellos necesitan pruebas, tú no necesitas complicarte.
La paranoia al volante: ¿realmente has hecho algo malo?
La trampa de esta pregunta es que nos pone nerviosos, incluso si no hemos hecho nada malo. Nos hace dudar, analizar cada maniobra y preguntarnos si pisamos esa línea blanca más de la cuenta. Pero la realidad es que no siempre hay una infracción detrás de la parada. A veces es un control rutinario. Otras, una simple inspección de documentación.
Lo importante es no entrar en pánico ni a la defensiva. La pregunta no implica automáticamente que seas culpable de algo.
¿Y si te multan de todas formas? Conoce tus derechos
A pesar de todo, puede que decidan sancionarte. En ese caso, es crucial que sepas qué hacer:
- Exige claridad total: Una multa debe incluir el lugar, la hora, el motivo y la norma que supuestamente infringiste. Sin esa información, la sanción podría ser impugnable.
- No firmar no significa nada: Firmar el boletín no implica aceptar la infracción. Solo garantiza que puedes recurrirla.
- Recurrir es una opción válida: Si consideras que la multa es injusta, tienes un mes para presentar un recurso de reposición. Reúne pruebas, como fotografías o testigos, y defiende tu caso.
¿Prefieres evitar el papeleo? Puedes pagar la multa durante el periodo voluntario y aprovechar un descuento del 50%. A veces, esto resulta ser la solución más rápida y menos estresante.
