Producir acero sin emitir CO2, ni otros gases de efecto invernadero, directa, o indirectamente, puede parecer poco menos que una utopía. Pero el primer coche fabricado con acero «verde», derivado de procesos que no emiten CO2, está cada vez más cerca.
Ha sido Volvo el fabricante que ha tomado la delantera para tratar de encontrar una solución a una de las grandes problemáticas que encontrará la industria para asegurar la producción de automóviles con una huella de carbono realmente nula. Volvo espera utilizar el acero «verde» en un prototipo próximamente y disponer de este acero, a una escala industrial, y para su aplicación en sus nuevos coches eléctricos, en 2026.
La industria del automóvil está avanzando para asegurar una huella de carbono nula en toda la cadena de suministro y eso implica, entre otras cosas, asegurar que los metales empleados en la producción de automóviles son derivados de procesos que no emiten CO2. Como os decíamos, conseguir una metalurgia libre de CO2 es poco menos que una utopía. De hecho, recientemente definíamos el proyecto de aceros «verdes» del Departamento de la Energía de los Estados Unidos como su empresa más radical.
Los procesos que durante milenios ha seguido la humanidad para trabajar los metales implican, necesariamente, la emisión de gases de efecto invernadero. El acero es una aleación de hierro y carbono, emplear energía renovable en la metalurgia no es suficiente para reducir a cero sus emisiones de CO2. La metalurgia emplea un 4% de toda la energía mundial y supone un 7% de las emisiones de gasees de efecto invernadero.
Pero en los últimos años han surgido proyectos, como el de la metalúrgica sueca SSAB, que están consiguiendo producir acero prescindiendo del carbono del coque, con procesos que consiguen producir aceros de alta calidad empleando hidrógeno y energías renovables.
Volvo ha firmado un acuerdo con SSAB para disponer de aceros obtenidos mediante procesos que emplean hierro, hidrógeno y energías renovables. En 2026 dispondrá de aceros «verdes» a escala comercial, suficientes para producir automóviles con aceros cuya huella de carbono sea nula. Volvo, no obstante, asegura que antes veremos algunos prototipos que ya habrán sido ensamblados empleado estos aceros.
En 2025, Volvo espera haber reducido su huella de carbono en un 40% con respecto a 2018. En 2040, Volvo espera que su huella de carbono sea nula.
En 2030, Volvo será un fabricante de coches única y exclusivamente eléctricos.
