Tesla no atraviesa su mejor momento. Los problemas, generalmente, no vienen solos. Y a los retrasos en la producción del Tesla Model 3 se le están uniendo otros problemas que, presumiblemente, están relacionados con la dificultad de sus fábricas para cumplir el calendario que la marca había establecido para el lanzamiento del Tesla Model 3. Estos días trascendía que en Tesla se habían producido cientos de despidos. ¿Qué está sucediendo con Tesla?
San Jose Mercury News hablaba inicialmente de entre 400 y 700 despidos. Más tarde, un antiguo empleado de Tesla declararía a la CNBC que el número de despidos había superado incluso esas cifras. También les habría confirmado que la mayoría de los despidos se han producido en la sección de automóviles eléctricos, y no en proyectos paralelos, como el de Tesla Powerwall, y los sistemas de acumulación de energía, que actualmente se encuentran trabajando para restaurar la normalidad energética en Puerto Rico tras la situación dramática y las consecuencias devastadoras que tuvo el huracán María.
Ya decíamos recientemente que los retrasos que estaba sufriendo la producción del Tesla Model 3 no debían verse como un drama, sino desde la normalidad que impera en la industria, y en la complejidad que entraña producir un automóvil. Los retrasos en la producción de un automóvil son algo relativamente común, como que las listas de espera se alarguen demasiado en el tiempo. Y es por eso que ya mencionábamos anteriormente que el mayor error de Tesla probablemente haya sido pensar que iban a cumplir escrupulosamente con las fechas que habían previsto desde un principio. Estos días se hablaba de un problema en las líneas de estampado y soldadura (ver noticia en Automotive News).
Desde CNBC se apuntaba, por otro lado, que los despidos no se debían al rendimiento de los empleados, tal y como se había apuntado inicialmente, sino a un problema de costes. Pensemos que la producción de un automóvil está sujeta a unos márgenes muy estrictos y que el retraso de unas semanas, o unos meses, tiene como consecuencia que esos márgenes se estrechen aún más.
Para complicar aún más la situación, Tesla tendrá que afrontar la acusación de algunos empleados, hacia otros compañeros, y supervisores, de comportamientos discriminatorios y acoso (ver noticia en Fortune). Lo que definitivamente nos recuerda lo complicado que es mantener la estabilidad en una empresa cada vez más grande y enfrentarse a problemas que, por desgracia, suceden hasta en las mejores familias.
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