Acostumbrado a acudir a presentaciones de SUV híbridos o eléctricos, a un servidor ya le sorprende que, en pleno 2024 y con los cambios que tienen lugar en la industria del automóvil, una marca de coches le invite al lanzamiento comercial de un deportivo con motor de gasolina, alta cilindrada y sin ningún aditivo. Hablo de la nueva generación de un modelo mítico y que no renuncia a la esencia y al concepto con el que nació hace 60 años. He aquí mis primeras impresiones sobre el Ford Mustang 2024.
Ford Mustang 2024, perfecto equilibrio entre tradición, tecnología y alto rendimiento
El primer Ford Mustang vio la luz un 17 de abril de 1964 como un deportivo americano de bajo coste. Seis décadas más tarde, su séptima generación sigue un planteamiento similar, por no decir el mismo, aunque adaptado a nuestros tiempos. Continúa siendo un vehículo relativamente asequible para lo que ofrece y difícilmente eclipsable por otros modelos equivalentes en lo que a sensaciones (que no prestaciones) se refiere. Por supuesto que hay coches más rápidos, precisos y eficientes, pero sin tanta alma.
En 2024, este producto legendario permanece a la venta en Europa con un propulsor V8 Coyote evolucionado sobre el existente, que no sólo es el más barato de nuestro mercado con diferencia, sino que también es, salvo sorpresa de algún fabricante, el último con aspiración natural que uno puede adquirir nuevo a este lado del Atlántico. Su pureza contrasta con una dotación de equipamiento de primer nivel que incluye lo último en seguridad, conectividad y confort, uniendo costumbre y vanguardia.
Un diseño moderno, pero que mira al pasado
A grandes rasgos, el aspecto del Mustang 2024 es fresco, actual, pero aún mantiene las proporciones y los volúmenes clásicos de un «pony car». Apuesta mucho más que antes por las formas geométricas, sin abandonar por completo las líneas orgánicas. Resulta muy imponente verlo en persona y aparenta ser incluso más grande que antes, si bien apenas sufre variaciones en sus dimensiones exteriores: 4,82 m de largo por 1,92 de ancho y 1,40 de alto, con una distancia entre ejes de 2,72 m.
Al estar construido sobre la misma plataforma que el modelo al que sustituye, tampoco se modifican, al menos de forma notable, las cotas de su cabina, que sigue contando con 4 plazas. Las delanteras son especialmente cómodas y amplias, mientras que las traseras sólo recomendables para niños o personas de baja estatura. El salpicadero, eso sí, se ha rediseñado totalmente para alojar dos pantallas de infoentretenimiento, con 12,4″ y 13,2″ cada una, unidas bajo el mismo cristal. Son de gran calidad.
Motor de la vieja escuela y chasis a la altura de los mejores, una mezcla que apasiona
El propulsor del Ford Mustang 2024 es el conocido V8 Coyote de gasolina con 5 litros de cubicaje, inyección mixta y aspiración natural que, para la ocasión, ha sido dotado de mejoras en el sistema de admisión y en el de escape. Desarrolla un máximo de 446 CV de potencia en la versión GT y 453 en la Dark Horse, aunque el par es idéntico en ambos casos: hasta 540 Nm. En otros países, como EE.UU, este gran motor declara un mínimo de 480 CV y hasta más de 500.
Acoplado a una transmisión manual con 6 relaciones o una automática por convertidor de par con 10, entrega todo el esfuerzo de impulsión al eje trasero, donde se encuentra un diferencial de tipo Torsen que maximiza la adherencia. Para las frenadas se hace uso de un equipo Brembo con pinzas de 6 pistones y discos de 390 mm en el eje delantero. Toda esa mecánica se apoya, opcionalmente, en unos amortiguadores MagneRide con dureza variable que han sido diseñados para lograr una dinámica muy equilibrada.
Prestaciones para continuar emocionando
Si se opta por la versión GT «convencional» (en otros mercados estará disponible una básica con impulsor de 4 cilindros y turboalimentación), se obtiene como estándar el denominado Pack Performance, así como una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,3 s con el cambio manual o en 4,9 con automático. Si en vez de la Fastback, se prefiere la variante de carrocería Convertible (descapotable), este dato empeora en una décima. En todo caso, la velocidad punta siempre queda limitada a 250 km/h.
Elegir la versión «pata negra» Dark Horse mejora muy notablemente unas cifras de rendimiento que ya son buenas de acceso. Estando única y exclusivamente a la venta con el formato de techo rígido y cerrado (en mi opinión, más bonito), puede realizar el «sprint» de 0 a 100 km/h en 5,2 s con transmisión manual o en 4,4 con la automática. Además, la electrónica ya no le impide llegar hasta los 263 km/h. Cualquier equivalente alemán corre más, pero no por ello es más divertido.
Impresiones a los mandos: mucho espacio, mismo confort, más calidad, menos yanqui
Una vez dentro del Mustang 2024, me da la impresión de que es un deportivo con una cabina bastante más amplia que la de la mayoría de sus alternativas. Yo mido 2,01 m de estatura y quepo muy bien (quizá es porque los norteamericanos también son grandes y está diseñada para ellos). La distancia al techo no es excesiva, pero los reglajes del asiento (eléctricos en su mayoría) y de la columna de dirección (100% manuales) me permiten adoptar mi posición de conducción correctamente.
Es un puesto confortable, no especialmente bajo, parecido al de una berlina, que invita a recorrer largas distancias gracias a un buen equilibrio entre la firmeza y el mullido de la butaca, a la que le falta sujeción lateral, pero esto no es novedad en un Mustang. En este sentido, la visibilidad es buena en todas las direcciones y tanto a la vista como al tacto se perciben unos acabados que, tanto por ajustes como por materiales, mejoran respecto a la sexta generación del modelo.
Comportamiento dinámico fiel a su esencia
Al emprender la marcha, lo primero que noto es un sensible aumento del aislamiento acústico y de la calidad de rodadura. Parece un coche más refinado en general. Eso sí, cuando uno apura las marchas, sigue percibiendo todo el relinchar del caballo en la cabina, de paso que se ensorda a quienes quedan fuera. Es un sonido único y se puede modular a través de unas válvulas antes de las salidas. A cambio, hay que afrontar un consumo medio de unos 15 l/100 km (3 más de los que declara Ford).
El V8 5.0 Coyote sigue dando lo mejor de sí a un régimen alto (corta a 7.250 rpm), pero ahora tiene una mejor respuesta a bajas y medias vueltas, traduciéndose en confort. La caja manual de GETRAG (estándar) tiene una función de punta-tacón automático y tiene una palanca con recorridos cortos, buena definición de carriles, escasa distancia al volante y desarrollos breves en las marchas iniciales con una primera sincronizada que admite reducciones desde la segunda a cierta velocidad.
Sin duda, el punto más negativo es la dirección que, aunque es más algo más rápida y precisa que en el Mustang anterior, continúa estando excesivamente asistida, resultado en un tacto artificial que transmite menos que un coche alemán homólogo. A cambio, la puesta a punto del chasis es magnífica porque permite conducir rápido manteniendo un alto grado de comodidad. Tiene un evidente carácter sobrevirador que doma tanto la electrónica como el diferencial.
Los amortiguadores que he probado son los MagneRide pilotados y se perciben de muy alta calidad, pues trabajan de una forma excelente en un amplio rango de frecuencias, mientras que los muelles instalados sostienen muy bien los casi 1.900 kg de masa del coche conmigo dentro (rozar las 2 T es lo normal para esta categoría hoy en día). Por último, modular el nivel de gas o el grado de mordiente en los frenos con exactitud es sencillo. El pedal embrague tiene un recorrido especialmente largo.
Maletero y equipamiento por la versatilidad
Otra característica del nuevo Ford Mustang a la que no se ha renunciado en 2024 es su versatilidad y la posibilidad que ofrece de ser conducido a diario si su consumo no es un problema (por autovía, a 120 km/h, gasta alrededor de 9 l/100 km). Para muestra, está su maletero, con 376 l de capacidad y portón manual. No tiene la boca de carga más ancha ni tampoco es la más cómoda por altura, profundidad o aprovechamiento del volumen, pero es práctico.
Esto queda complementado por una dotación tecnológica que, resumiendo, incluye el último sistema operativo de la marca para equipos multimedia (SYNC4), el cual admite conexión inalámbrica con Apple y Android, así como actualizaciones remotas. También cuenta con varias tomas USB, un cargador inalámbrico, muchas ayudas a la conducción, asientos ventilados y calefactados o 6 modos de conducción que modifican parámetros dinámicos: Normal, Deportivo, Pista, Drag, Resbaladizo y Personalizado.
Precio y conclusión: puede ser tu último tren, querido «petrolhead», y no es inaccesible
El precio del Ford Mustang 2024 (S650) parte de 61.150 €, tarifa que asciende hasta los 74.150 € si se opta por la versión Dark Horse. Para la GT, la carrocería Convertible tiene un sobrecoste de 5.000 € y la transmisión automática uno de 3.330 €. Se obtiene un deportivo de propulsión trasera muy bien construido, con elementos de diseño mejor resueltos y una posición de conducción cómoda en un ambiente moderno, pero con ese toque analógico que lo vuelve especialmente atractivo para los más «quemados».
En cualquiera de sus configuraciones, este es un caballo ganador, pues sigue tratándose del coche con motor V8 más barato del mercado, costando la mitad o menos que sus alternativas europeas. Continúa sin ser una referencia entre los coupés de su categoría por la excelencia de sus acabados, pero tampoco lo pretende. Su cliente busca diversión y un aspecto amenazante, no tanto lujo, y en eso los estadounidenses son expertos.
Adquirir un Mustang es adquirir un trozo de historia automovilística y, probablemente, esta no sólo es la mejor generación de este Ford por el equilibrio que logra entre su rendimiento, su tecnología y su tradición, sino que quizá sea el último automóvil que uno pueda comprar en Europa con un V8 atmosférico y un sonido delicioso. Por tanto, receta fabulosa para seguir siendo el deportivo más vendido del mundo tras más de 10 millones de unidades fabricadas en Flat Rock, Míchigan.
En general, a ritmos divertidos, pero sin intentar buscarle los límites y con las ayudas electrónicas activadas, es un coche dócil y agradable de conducir, pero este animal salvaje se puede enfadar y dar coces muy difíciles de esquivar si el jinete no tiene la experiencia o las habilidades necesarias. Todo un juguete, sí, pero sólo en las manos adecuadas. ¿Serás tú uno de los que se atrevan a domarlo? Personalmente, me encantaría tenerlo en mi cuadra.