El Renault Kadjar 2019 se presenta con sutiles novedades estéticas, diversas mejoras en el interior y una gama de motores totalmente renovada de acuerdo con la última normativa anticontaminación y el proceso de homologación WLTP. Se trata de un coche familiar amplio, confortable y de actitud tranquila que se aleja de las modas de deportividad SUV y se postula como una compra racional de estética campera, pero con luces y sombras como veremos a continuación.
Principales novedades del Renault Kadjar 2019
Las principales novedades de este pequeño restyling del Renault Kadjar ya las detallamos en su día en un artículo específico sobre todo lo nuevo del Kadjar 2019. Repasamos aquí lo esencial antes de entrar en los detalles de la prueba acerca de su tacto y comportamiento.
En el interior, la gran beneficiada es la consola central, ahora más limpia, con una pantalla más grande y más moderna y un rediseño completo de los controles del climatizador, con mandos que comparte con el Dacia Duster con muy buen criterio en mi opinión.
Lo importante llega en el apartado de motores, en el que todo es nuevo. En la gama gasolina nos encontramos con dos opciones derivadas del nuevo bloque 1.3 TCe con 140 o 160 CV, mientras que en el apartado diésel tenemos un renovado Blue dCi 1.5 de 115 CV (evolución del anterior de 110 CV) y un nuevo 1.7 DCi de 150 CV.
Todos los motores son compatibles con cambio manual de 6 velocidades o automático EDC de 7 relaciones. En cuanto a la tracción integral, sólo está disponible con el dCi de 150 CV, que la lleva obligatoriamente. No hay posibilidades ni perspectivas de hibridación.
Sensaciones en el interior del Renault Kadjar 2019
El interior del Kadjar sigue siendo espacioso y cómodo, sin variación de cotas en ninguna dimensión. La calidad ha mejorado y se respira un aire más moderno gracias a la simplificación de la consola central y a una pantalla más limpia de botones.
La interfaz de la pantalla no es de las mejores, ya que hemos de recorrer menús y submenús para llegar a funciones tan habituales como el ordenador de a bordo, que no se muestra en el cuadro de mandos principal. Su estética muy cuadriculada con tipografías y gráficos sencillos se queda algo por detrás de lo mejor de la categoría.
La conectividad con Apple CarPlay y Android Auto son muy bienvenidas, y aportan un plus importante de compatibilidad con el móvil que hoy en día se ha vuelto imprescindible en el mercado. Abundan también las tomas USB, con un guiño a los pasajeros traseros, lo cual es otro plus.
Pequeñas ausencias de equipamiento, como el control de crucero adaptativo (hoy en día un estándar incluso en segmentos inferiores), la ausencia de banqueta trasera deslizante (sólo es abatible), o la falta de un punto de carga inalámbrico para el móvil muestran que Renault no ha puesto al Kadjar a la última con este restyling, sino a la penúltima, manteniendo los costes a raya.
El tacto general es bueno, a excepción de algunos plásticos en la consola central que sitúan al Kadjar cerca de la media del segmento, pero incluso tras este lavado de cara se mantiene un punto por detrás de los SUV compactos mejor construidos de marcas generalistas (SEAT Ateca, Peugeot 3008, Kia Sportage, Skoda Karoq…)
Sensaciones al volante del Renault Kadjar 2019
El Renault Kadjar tiene un tacto muy característico y una personalidad claramente familiar. La dirección es suave, muy desmultiplicada y con un nivel de información escaso de lo que sucede entre las ruedas y el asfalto. Es un coche muy tranquilo.
La principal característica del coche es la de ser un rodador suave, para hacer kilómetros con comodidad y baja sonoridad, pero está todo lo alejado que puede estar de sensaciones deportivas o diversión al volante.
En curva, la suspensión mantiene un buen control del balanceo, pero se percibe como un coche grande y algo pesado, que tiende a irse mucho de morro y que hay que ayudar a entrar en las curvas pisando el freno en pleno apoyo si queremos ir a un ritmo alto, cosa que el coche no pide en absoluto.
Siendo este el carácter del coche, posiblemente el motor más sensato de los dos que hemos probado sea el 1.3 TCe de 140 CV, ya que el de 160 CV aporta una diferencia marginal, casi imperceptible a la hora de la verdad y el de 140 ya va muy bien en recuperaciones. Pero si he de ser sincero, este coche pide a gritos un motor diésel ahorrador, y con un par de giro a medio régimen más o menos decente iría de maravilla porque no necesita más.
Conclusiones
El Renault Kadjar cuenta con importantes virtudes como familiar amplio y confortable. Creo que podría ser una buena opción de compra en versiones bajas o intermedias de equipamiento, motor básico, con un precio bien ajustado y acorde a la calidad del producto.
Dicho esto, el Kadjar apenas es capaz de mantener el ritmo del segmento en equipamiento y tecnología, tampoco destaca por una calidad sobresaliente y lo cierto es que en comportamiento es donde quizás tenga su punto más débil, salvo para conductores tranquilos que no valoren especialmente este aspecto.
Si buscas un familiar amplio, sencillo, bien de precio y te convence la estética, puede ser un coche interesante. Si buscas un familiar deportivo y divertido, con lo último de lo último en calidad y tecnología, definitivamente este no es tu coche.