Cambio de rumbo en el futuro del grupo Volkswagen, un golpe de timón que va a traer importantes consecuencias, aunque no todas malas. Y una de las más importantes tiene que ver con el destino del mítico Volkswagen Golf, un coche que el nuevo compacto eléctrico ID.3 parecía haber condenado, pero que ahora podría tener reemplazo como parte de una estrategia más ambiciosa y aspiracional en forma de coche eléctrico.
Los problemas que está sufriendo el grupo Volkswagen con el desarrollo de la nueva plataforma SSP y el software asociado a ella, está provocando que la próxima generación de coches eléctricos del grupo haya tenido que ser retrasada. Hablamos de retrasos importantes y en modelos clave de Volkswagen, Audi, Bentley y Porsche, lo que unido a los problemas de software ya presentes en la plataforma MEB, ha terminado por provocar la marcha de Herbert Diess como CEO del grupo.
Volkswagen Golf
El reemplazo de Diess por Oliver Blume ha supuesto la confirmación de estos retrasos en plazos de 1 a 4 años con respecto a las fechas previstas inicialmente, focalizando ahora todos los esfuerzos del grupo en su filial de software CARIAD en pos de evitar más retrasos, pero también de pulir el software actual. Y esto es algo especialmente importante, pues a diferencia de Diess, Blume sí que está dispuesto a seguir desarrollando y evolucionando la plataforma modular MEB, lo que supondrá pulir sus defectos actuales, mejorar sus capacidades y posibilitar la llegada de más modelos en el corto-medio plazo.
Tal es la revisión de planes que está acometiendo Volkswagen, que incluso ya se ha pospuesto a 2030 el lanzamiento de su nuevo buque insignia, el conocido como proyecto Trinity basado en la plataforma SSP que estaba previsto para 2026. Este coche habría de ser el nuevo referente tecnológico de la marca, y del grupo, ofreciendo hasta 700 Km de autonomía 100% eléctrica y un nivel 4 de conducción autónoma.
¿Y en qué afecta esto al Golf? Ante esta situación de retrasos, Volkswagen está barajando nuevas ideas en pos de seguir adelante con sus planes de electrificación, haciendo uso de las plataformas actuales y pudiendo sacar provecho de la capacidad productiva prevista en factorías como la de Wolfsburgo. Así las cosas, sobre la mesa de Volkswagen está ahora la posibilidad de lanzar al mercado un Golf y/o un Tiguan totalmente eléctricos, no para sustituir a los ID.3 e ID.4, sino para complementarlos a partir de una visión diferente del vehículo eléctrico de la que ofrece la gama ID.
Con esta jugada, Volkswagen podría mantener sus planes de electrificación y dar trabajo a sus fábricas, haciéndolo además sin requerir una gran inversión dado que los nuevos modelos eléctricos serán fabricados sobre la plataforma MEB. Y es que no debemos olvidar que otro de los puntos clave del proyecto Trinity estaba en la reducción de los costes de fabricación, algo en lo que el ex-CEO Herbert Diess estaba muy comprometido en pos de equiparar sus costes con los de Tesla.
Fuente: AutomotiveNews 1 | 2