En un momento en el que la factura de la luz, a la mayoría, nos trae de cabeza, con el coste de la energía disparado en la subasta eléctrica, y en un momento en el que se nos invita a comprar coches eléctricos y abogar por una movilidad más sostenible, no está de más hacer un breve repaso a la producción energética española. Lo cual nos puede resultar muy útil para entender, también, de dónde proviene la energía con la que alimentamos nuestros aparatos eléctricos y recargamos nuestros coches eléctricos, e híbridos enchufables, con su etiqueta Cero Emisiones de la DGT. El 46,3% de la energía producida el pasado mes de junio de 2021 provino de fuentes renovables. Y eso no es todo. Porque un 65,4% de la energía que se produjo en España el mes pasado provino de tecnologías que no emiten CO2.
Si observamos el cómputo total de la primera mitad de 2021 nos encontraremos con otro dato interesante. Más de la mitad de la producción española en la primera mitad de 2021 ha provenido de fuentes renovables, que ha supuesto un 51,3% de la producción. Un 73,4% de la producción provino de tecnologías que no emiten CO2.
Ahora bien, ¿cuáles son las fuentes de energía renovable que han liderado la producción española?
La producción de energía renovable española
La fuente de energía predominante en la primera mitad de 2021 ha sido la energía eólica, que con un 24,7% ha supuesto prácticamente una cuarta parte de la producción. Sin ser una energía renovable, pero sí una productora de energía que no emite CO2, la energía nuclear se situó en segunda posición tras la eólica, con un 20,9% de la producción.
Regresando a la energía renovable, la hidráulica sigue destacando, con un 15,1% de la producción, seguida de la solar fotovoltaica, que ha supuesto un 7,7% de la producción.
La éolica es también la fuente de energía con mayor potencia instalada en España, con 27.760 MW, seguida del ciclo combinado, con 26.250 MW, y la hidráulica, con 17.093 MW.
Según Red Eléctrica de España, la demanda energética en junio, comparada con la del mismo período de 2019, antes de la pandemia, y corregidos los efectos de laboralidad y las temperaturas, descendió un 2,7%. Si extendemos la misma comparación al primer semestre de 2021, con respecto al mismo período de 2019, la demanda fue un 4,8% superior.