Con la llegada de los días de vacaciones, uno empieza a buscar proyectos DIY para aprovechar el tiempo. Pues bien, si lo tuyo son los coches, pero no quieres fabricar tu propio Tesla Roadster, y quieres saber si estarás preparado para el futuro, ahora puedes producir tu propio hidrógeno en casa para tu coche FCEV.
Advertencia: intentar producir hidrógeno en casa puede ser peligroso
Antes de comenzar, una advertencia importante es que desarrollar este proceso sin conocer a fondo los peligros y sin tener suficientes conocimientos puede no ser lo ideal.
Según el Departamento de Energía de los Estados Unidos, producir hidrógeno en casa no es tan complicado como podría parecer, pero ellos no te acompañarán cuando tengas que ir a urgencias. Así que lo mejor es actuar en todo momento de forma prudente.
¿Cómo producir hidrógeno?
La forma más sencilla que conocemos de producir hidrógeno es a partir del agua. Recordemos que la composición química del agua son dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Así, si separamos estos elementos tendremos oxígeno por un lado, e hidrógeno por otro. Así de fácil.
El proceso puede lograrse mediante diversas tecnologías, desde el uso de combustibles fósiles hasta la electrólisis del agua con electricidad.
Sin embargo, si queremos conseguir producir hidrógeno de forma limpia y en casa, es mejor optar por el proceso de la electrólisis del agua.
Experimentos de ciencia en casa: producir hidrógeno
El entusiasmo por la ciencia llega a casa con experimentos simples de electrólisis. Un proyecto común involucra una batería de 9 voltios, dos trozos de alambre (o incluso clips de papel) y un recipiente con agua. El resultado es la liberación de gas de hidrógeno y oxígeno. Este experimento no es especialmente peligroso.
Pero la electrólisis puede volverse aún más intrigante con materiales adicionales como sal y lápices (ricos en grafito) o incluso utilizando ácido clorhídrico y zinc granulado. Ojo, el uso de algunos de estos productos sí puede ser notablemente más peligroso, como es el caso del ácido clorhídrico.
Estos experimentos, aunque fascinantes, tienen sus limitaciones: un litro de agua produciría aproximadamente 111 gramos de hidrógeno, una cantidad insignificante para alimentar un vehículo.
El problema: la cantidad de energía necesaria
La única limitación no es la cantidad de hidrógeno que podemos producir con un litro de agua, sino también que producir esta cantidad de hidrógeno nos ha hecho consumir electricidad, la de una pila de 9 voltios.
Para producir hidrógeno necesitamos energía, y esa energía tiene un coste. Si producir hidrógeno implica gastar más energía de la que nos proporciona más tarde el hidrógeno, solo el proceso no tiene sentido.
Hoy en día hay formas eficiencias de producir hidrógeno desde un punto de vista energético y de forma limpia por medio de energías renovables, a esto lo llamamos hidrógeno verde.
La guerra del hidrógeno: el futuro parece pasar por el hidrógeno verde, superior al azul
La carrera por encontrar hidrógeno verde que sea rentable
Sin embargo, estas formas siguen siendo más caras que otras formas de producción de hidrógeno contaminantes que hacen uso de combustibles fósiles: hidrógeno gris.
La clave de todo reside en encontrar una forma de producir hidrógeno de forma limpia, o hidrógeno verde, por menos dinero.
Eso, o tener una producción de electricidad con sistemas renovables tan sumamente importante que la energía «sobrante» se utilice para la producción de hidrógeno, siendo por tanto una forma de rentabilizar una energía que de otra forma se perdería.