La agitación generada en las últimas semanas por la crisis sanitaria derivada de la propagación de la COVID-19 ha copado la atención de la opinión pública, la actualidad de los medios, y el sentido de las decisiones políticas que se han tomado. No obstante, en un momento tan turbulento como este, se ha avanzado en un proyecto en el que hay mucho en juego y que en el largo plazo puede afectar, para bien, o para mal, a la economía, nuestros hábitos y, en definitiva, nuestras vidas. La prohibición del diésel y la gasolina en 2040 en España ha estado en el aire desde que se filtrara el primer borrador de la ley de Cambio Climático y Transición Energética. Ahora bien, ¿ya es oficial? ¿o aún no?
La prohibición del diésel y la gasolina en 2040 en España
Como os decíamos, el tema de situar la fecha de prohibición de la venta de vehículos diésel y gasolina en 2040, y su circulación en 2050, lleva generando polémica desde hace tiempo. Partimos de un primer borrador filtrado que ya mencionaba estas dos fechas y que mencionaba expresamente que «a partir del año 2040 no se permitirá la matriculación y venta de turismos y vehículos comerciales ligeros con emisiones directas de dióxido de carbono». El borrador definitivo, y oficial, constataba estos plazos.
Estos días se remite a las Cortes Generales el Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética que revisa o, mejor dicho, matiza estos objetivos.
Prohibición o intenciones respecto a diésel y gasolina
En estos momentos disponemos de la referencia del Consejo de Ministros del martes 19 de mayo, a la espera de conocer el texto definitivo del Proyecto de Ley. Y si bien es cierto ya no se hace una referencia tan explícita a la prohibición de la venta de vehículos de combustión interna, diésel, gasolina, e incluso híbridos, en 2040, ni tampoco se especifican objetivos finales, ni intermedios, sí se muestra la intención clara de que todas las matriculaciones nuevas «no más tarde del año 2040 sean vehículos con emisiones de 0 gramos de CO2 por kilómetro», añadiendo, que «previa consulta con el sector, se pondrán en marcha medidas que faciliten la penetración de estos vehículos» y una aclaración no menos importante, «de acuerdo con la normativa europea».
En definitiva, no hay prohibición expresa de la venta de vehículos diésel y gasolina, ni tampoco su circulación. Pero es evidente que las intenciones mostradas y, lo que es aún más importante, los acuerdos suscritos con la Unión Europea, van encaminados en esa dirección.
No obstante, tanto las intenciones expresadas en el documento español, como los objetivos de la Unión Europea, estarán sujetos muy probablemente a estrategias que puedan aplicarse para compensar las emisiones generadas. Por no hablar de las barreras tecnológicas que podrían dificultar, o impedir, que todos los vehículos de nueva matriculación en 2040 sean eléctricos, independientemente de la tecnología empleada – baterías o pila de combustible.
El objetivo español es que en 2040 todas las ventas de coches nuevos sean de coches eléctricos, mientras Europa espera que un 35% sean coches eléctricos e híbridos en 2030. Imágenes del Nissan Leaf:
La Unión Europea y la prohibición del diésel y la gasolina
A pesar de la crisis económica generada por la COVID-19, la Unión Europea ha expresado su intención de no dar un paso atrás en sus ambiciones climáticas, e incluso ir más allá de los objetivos que ya se han marcado. Se espera que los objetivos actuales sean revisados y refinados, aproximándose a los objetivos planteados por España, y por otros miembros, que son incluso más ambiciosos. Como os decíamos, si queremos entender lo que sucederá en España en las próximas décadas, en 2030, 2040, y 2050, tendremos que dirigir nuestra mirada a la Comisión Europea y a las decisiones que se tomen en el ejecutivo comunitario. Será el que marque el devenir de la combustión interna, del diésel y la gasolina, en España, y el marco en el que se ha situado la Ley de Cambio Climático para ajustar sus objetivos.
La Unión Europea ya planteó reducir un 60% las emisiones de todo el transporte en 2050, con respecto a 1990. Es importante matizar que hablamos del transporte en toda su extensión, que es responsable de un 30% de las emisiones de CO2 de la Unión Europea y del cual un 72% puede imputarse únicamente al transporte por carretera que, a fin de cuentas, es lo que estamos tratando en este artículo. No obstante, la Unión Europea ahora mismo tan solo ha marcado un objetivo claro y más próximo en el tiempo, en 2030 un 35% de los automóviles registrados han de ser híbridos o eléctricos.
Pero volviendo a la Ley de Cambio Climático y Transición Energética de España, y más allá de que el documento no refleje una prohibición expresa, sino intenciones, aún estamos a la espera del Proyecto de Ley definitivo, y el texto aún tendría que refrendarse en el Congreso de los Diputados. Hasta entonces, lo expresado en este proyecto de ley no es firme. Y, por otro lado, es evidente que los objetivos marcados, y los plazos expresados en esta ley, como la fecha de 2040, aún van a a estar sujetos a cambios, y al rumbo que tome la cuestión climática en la Unión Europea en los próximos años.