El discurso del Gobierno, acerca de uno de los asuntos que más ha preocupado a la industria, y a los compradores, a lo largo del último año, ha cambiado. De mensajes incluso catastrofistas, como «el diésel tiene los días contados» y plazos que, aún siendo muy holgados, anticipaban el fin del motor de combustión interna, de la gasolina, y el diésel, hemos pasado a una situación de prudencia, en la que se habla de ese escenario evitando el mensaje más temido, el de la prohibición. GANVAM, como portavoz de la industria del automóvil, hablaba de la prohibición del diésel y la gasolina, y del último borrador del anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, mencionando sus incoherencias.
La incoherencia en el asunto de la prohibición del diésel y la gasolina
La Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (GANVAM) criticaba un apartado de este anteproyecto de Ley que, según ellos, es incoherente. El último plan presentado por la ministra para la Transición Ecológica da dos mensajes que son clave. El primero, el de conseguir que la «comercialización y matriculación de turismos y vehículos comerciales nuevos en España en 2040 se limite a vehículos con emisiones de CO2 de 0 g/km».
Es decir, que para entonces solo se comercialicen vehículos eléctricos, ya sea de baterías, o de pila de combustible, de hidrógeno. En 2040 dejarían de comercializarse diésel, gasolina, híbridos y todo aquello que no sea un coche eléctrico.
El segundo, es un mensaje aún más ambicioso. Si bien es cierto se evita hablar de prohibiciones, el proyecto de Ley propondría que en 2040 se consiguiera que «el parque de turismos y vehículos comerciales ligeros no emita CO2«. Es decir, ya no solo se habla de que para entonces haya cesado la comercialización de todo vehículo que no sea eléctrico, sino que el parque circulante sea eléctrico.
La industria ve incoherencias en este proyecto y critica «la sutileza» con que se ha transformado el mensaje de la prohibición, en unos plazos que en el fondo hablan de objetivos. Si bien es cierto, GANVAM se congratula de que se hayn introducido otras propuestas, como planes para apoyar la renovación del parque de automóviles e impulsar el coche eléctrico, y que se haya evitado la fórmula del Real Decreto-Ley en la tramitación.
Imágenes del SEAT Minimó, la propuesta eléctrica, y urbana de SEAT, para su futuro «coche» eléctrico y compartido.
La prudencia en la prohibición del diésel y la gasolina
Ahora bien, ¿hablamos de incoherencias o de prudencia? Es cierto que la Unión Europea no habla de descarbonizar el parque circulante hasta 2050, diez años más tarde que los objetivos propuestos en este proyecto. Pero también que la prudencia pasa tanto por evitar mensajes que confundan al comprador, por ejemplo hablando del fin del diésel, y que generen desconfianza, el de la prohibición, como el de no estar preparados para una situación a la que necesariamente se va a llegar en la Unión Europea, aquella en la que el coche eléctrico sea hegemónico, y no se venderán coches diésel, ni gasolina.
Mientras tanto, el Gobierno ha puesto en marcha los procedimientos para aprobar la Ley de Cambio Climático y Transición Energética que, como decíamos, no se aprobará por la fórmula del Real Decreto-Ley. El anteproyecto de Ley llegará al Parlamento y por lo tanto será discutida en el Congreso de los Diputados, una solución decorosa, que permitirá que los diferentes partidos debatan la propuesta, y que se halle algún tipo de consenso, por otra parte necesario en un tema crucial como es el de la transición energética.