Que la industria del automóvil se halla en plena transición tecnológica no es ninguna novedad. Pero hay marcas que, ya en 2023, están llevando esta evolución a otro nivel. Es el caso de Renault y su último prototipo de coche eléctrico, que ha sido desarrollado por Software République, un ecosistema de innovación abierta cuyo fin es mejorar la movilidad en términos de sostenibilidad, automatización y seguridad. El fabricante francés participa, junto con otras seis grandes empresas, en este ambicioso proyecto.
El vehículo conceptual en cuestión, el cual podría incubar un producto comercial que no vería la luz hasta dentro de, como mínimo, un lustro, ha sido bautizado como H1st Vision. Cuenta con unas dimensiones relativamente compactas, equivalentes a las de un Mégane de la generación anterior a la actual. Más allá de su sistema de propulsión, con cero emisiones directas, y de su diseño, futurista y agresivo al tiempo que original y escultural, este turismo se caracteriza por una dotación de equipamiento tan soberbia como auténtica que haría las delicias de los apasionados por las “nuevas ciencias”.
Un baúl lleno de progresos tecnológicos: los últimos avances en sonido, conectividad y monitorización del piloto
Revolucionario como pocos, no sólo por su aspecto, el Renault H1st Vision se adelanta a la década de 2030 con perfeccionamientos u optimizaciones de funcionamiento en distintas materias. Es el caso de la seguridad de acceso, que incorpora un complejo proceso de identificación del usuario apoyado tanto en software como en hardware. Por ejemplo, la apertura del coche se realiza sin llave o mando a distancia alguno. En su lugar, varias cámaras detectan la manera de andar del consumidor, así como su rostro, previamente registrados mediante un vídeo. A continuación, un avatar holográfico se proyecta sobre la luneta y pregunta a la persona, ya verificada, si desea abrir la puerta.
Otra novedad interesante está en el sistema de sonido, envolvente y fundamentado en 16 altavoces de alta calidad y potencia. Unos quedan instalados en los reposacabezas de los asientos para que cada ocupante pueda mantener conversaciones telefónicas independientes y manos libres con cancelación de ruido. Además, en el caso del conductor, avisan de la presencia de vehículos de emergencia en las proximidades.
También es curiosa su tecnología de conectividad vinculada al equipo multimedia. Esta, entre varias cosas, localiza las plazas de estacionamiento libres más cercanas con base en los datos generados por otros automóviles, así como combinaciones inteligentes con transporte público en pos del ahorro económico y de tiempo. Recargas y todo tipo de pagos relacionados con la movilidad se realizan automáticamente a través una aplicación que ha de contratarse antes. Este Renault también comparte sus datos.
Por último, en cuanto al control de la salud humana, multitud de sensores tangibles y virtuales son capaces de monitorizar en tiempo real el estado del piloto, teniendo en cuenta variables tales como la frecuencia cardiaca, la temperatura corporal o el ritmo de la respiración. En función de los resultados, interpretados mediante una inteligencia artificial, el H1st Vision lleva a cabo regulaciones autónomas sobre la iluminación, la climatización y la disposición de las butacas según el número de pasajeros a bordo y del espacio disponible. Aunque lo mejor de todo en este sentido es que puede analizar el estado de ánimo del conductor y sugerirle métodos para relajarse. ¡Menudo futuro!
