Os presentamos una nueva comparativa 4×4 de las que más nos gustan, en el Circuito de Ocaña Raid Aventura. En esta ocasión enfrentamos al SsangYong Rexton en acabado Line, el más básico de la gama pero con tracción 4×4 y reductora contra el Toyota Land Cruiser Limited, que es el tope de la gama Land Cruiser. Para hacer que las cosas se equilibren un poco y teniendo en cuenta que el Rexton tiene un precio 30.100 € y el Land Cruiser alcanza los 70.000 €, desconectaremos la electrónica del Toyota para intentar superar todas las pruebas sin su conocido Crawl Control ni el Multi-Terrain System. ¡Empezamos!
Diferencias de planteamiento entre ambos coches
Lo primero que hay que señalar son las importantes diferencias de planteamiento base que existen entre los dos coches. Por filosofía, el Toyota Land Cruiser es un todoterreno puro y el SsangYong Rexton es un SUV con una gran altura al suelo, 4×4 y reductora. Esta diferencia de planteamiento se deduce de una serie de características bastante evidentes, que serían las siguientes:
1 – Ángulos de ataque, salida y ventral: El Toyota Land Cruiser goza de unos ángulos de ataque, salida y ventral de 31º, 26º y 22º respectivamente, mientras que el Rexton se conforma con 20,5º de ataque, que es muy escaso, 22º de salida, también muy pobre, y 20º de ángulo ventral, de nuevo algo justo. Dicho esto, la altura al suelo del Rexton sí es superior en 9 mm a la del Toyota.
2 – Depósito de combustible de 87 litros para el Toyota y 70 litros para el Rexton. El Toyota está más preparado para circular largas distancias por lugares donde no es posible repostar.
3 – Las protecciones inferiores del Toyota Land Cruiser son de acero, incluyendo un cubrecárter suficientemente sólido como para sostener el peso del coche sin pestañear, mientras que las protecciones del Rexton son prácticamente las de un coche convencional, con un cubrecárter de plástico mucho más frágil.
4 – El Toyota Land Cruiser lleva una rueda de repuesto del mismo tamaño que las demás, bajo el piso del maletero, mientras que el SsangYong Rexton se conforma con un kit reparapinchazos que sería de poca utilidad en campo.
5 – El eje trasero del Land Cruiser es rígido, el esquema de suspensiones más duro y más adecuado para la práctica del todoterreno por su resistencia y por los recorridos de suspensión que favorece, empujando hacia abajo la rueda que tiene que pasar por un bache profundo en la misma medida en que la rueda contraria recibe más peso. El Rexton lleva suspensión independiente a las 4 ruedas, mucho más adecuada para rodar por asfalto.
Vida a bordo y comportamiento en carretera
Aunque esta es una prueba todoterreno pura y dura, creo que es interesante mencionar el desempeño de estos dos vehículos en asfalto, donde al fin y al cabo pasarán la mayor parte de su vida.
En carretera, el SsangYong Rexton supera al Toyota en todo: su motor empuja mucho más, mientras que la potencia del Toyota queda engullida por el cambio automático por convertidor de par, la dirección del Rexton es más precisa, su comportamiento es más ágil e incluso su interior es más moderno, goza de mayor conectividad y es bastante más amplio.
El Toyota es un buen familiar, pero el SsangYong es un rutero excelente con 815 litros de maletero (con 5 plazas) y la opción de incorporar dos plazas adicionales hasta llegara un total de 7. En resumen, podemos decir que el Rexton es más coche y el Land Cruiser es más camión.
Primera prueba 4×4: dubbies profundos
En los dubbies profundos nos encontramos con el problema de que el Rexton no puede pasar por el primer obstáculo porque toca el suelo con la parte inferior de la defensa delantera. Este es el problema de tener un ángulo de ataque de tan solo 20,5º, frente a los 31º del Toyota.
Por su parte, el Land Cruiser pasa sin dificultad haciendo gala de una articulación de suspensiones formidable y con un balanceo mínimo de su carrocería.
En esta primera prueba empieza a quedar claro que el Toyota ha nacido para esto y el Rexton es un coche de carretera con capacidades mucho más limitadas fuera del asfalto.
Segunda prueba 4×4: camino roto
Nos enfrentamos a un camino roto con importantes pendientes, piedras sueltas y alguna cresta, para comprobar la sensación que nos da cada uno de los vehículos.
Comenzando con el Rexton, hay que reconocer que su notable altura al suelo y su cómoda suspensión lo convierten en un coche muy apto para este tipo de terrenos. La reductora nos permite circular con mucha fuerza, a poca velocidad y con un control absoluto, mientras que el silencio de marcha y la altura al suelo nos dan un gran confort y seguridad. Con las 4 ruedas bien apoyadas en el suelo, el Rexton tracciona bien y avanza sin problema.
El Land Cruiser es un viejo conocido en estas pruebas y se mueve como pez en el agua en caminos rotos. En este caso su ángulo de ataque contribuye a no tener miedo a nada a la hora de avanzar por terreno difícil, mientras que sigue siendo un coche cómodo y altamente eficaz sobre terreno roto.
Resulta difícil establecer diferencias en este punto, si bien es cierto que en última instancia el ángulo de ataque del Rexton nos pondría en apuros mucho antes de que el Toyota nos pudiese hacer dudar.
Tercera prueba 4×4: cruce de puentes
El cruce de puentes de esta comparativa es un pequeño escalón en pendiente, en el que vamos a dejar dos ruedas de diferentes ejes prácticamente sin tracción.
El Rexton se queda literalmente clavado en el punto en el que las dos ruedas opuestas dejan de apoyar bien en el suelo. Esto es debido a que carece de bloqueos delantero y trasero y el control de tracción es tan tímido que, al volante, su acción resulta imperceptible. Se muestra así la principal limitación del Rexton: es incapaz de avanzar con dos ruedas sin tracción.
Al tratarse de un cruce de puentes muy pequeño, es fácil superarlo por inercia, con lo que se demuestra que el Rexton puede subirlo gracias al impulso inicial, pero no por tracción real.
Llega el turno del Land Cruiser y, sorprendentemente, a pesar de llevar diferencial Torsen trasero, este cruce de puentes le resulta insalvable sin electrónica. Sería igual de fácil que con el Rexton pasarlo por inercia, pero en vez de eso conectamos el Multi-Terrain System y dejamos que sea la electrónica quien nos lleve hasta arriba con total facilidad.
Cabe destacar que en las versiones básicas del Land Cruiser (GX y VX) no contamos con el Multi-Terrain System, pero posiblemente sí con un control de tracción efectivo que haría subir al Toyota a la primera sin mayor complicación.
Cuarta prueba 4×4: La Pared
En nuestra última prueba nos enfrentamos a una pared de inclinación algo superior al 70% de tierra suelta y nos disponemos a subirla de tres formas diferentes: la primera vez parando en el punto más crítico, la segunda subiendo sin parar pero muy lentamente y la tercera con una cierta inercia.
Comenzamos con el Rexton y pronto queda claro que no subirá desde parado, ni tampoco lo hará si el avance es demasiado lento. Hay que abrir un poco de gas, coger una mínima velocidad, y con esa pequeña inercia sí logra superar al tercer intento este obstáculo. Es un gran logro para un coche sin bloqueos más allá de la ausencia de diferencial central, pero la reductora hace un trabajo excepcional y lo lleva hasta arriba.
Llega el turno del Land Cruiser y, en este caso sí, logra subir desde parado en dos ocasiones, arrancando en el punto de máxima inclinación y sin que sea necesario emplear la inercia. Posiblemente sea el diferencial trasero Torsen el que marca aquí la diferencia y hace innecesaria la intervención de la electrónica de tracción.
Conclusiones
Tal como era previsible, el SsangYong Rexton es un coche bastante inferior al Toyota Land Cruiser en 4×4. Por mucho que en carretera y como coche familiar me haya gustado más, y aún teniendo en cuenta que es un coche enorme y muy económico, al final el Toyota impone su ley en cuanto salimos del asfalto.
Por ángulos de ataque, salida y ventral, por construcción y por aptitudes 4×4, el Toyota Land Cruiser es el rey de esta comparativa, aunque por la antigüedad de su diseño, su torpeza en carretera y su elevadísimo precio se quedaría en segundo lugar como coche para cualquier otro fin que no sea el de superar obstáculos.