Mercedes ha decidido ampliar su gama SUV con una fórmula inédita hasta la fecha, pues con el nuevo GLB la firma alemana se mete de lleno en el segmento de los todocaminos de hasta 7 plazas. Se trata de una apuesta ambiciosa, un concepto de SUV de claros tintes familiares con los que pretende llegar a un público mayor, situándose como alternativa más polivalente a la que ofrecen los Mercedes GLA y GLC. Por ello, hoy ponemos a prueba el Mercedes GLB 2020 para descubrirte sus claros y oscuros como SUV de carácter familiar.
El Mercedes GLB defiende una fórmula muy interesante en la que encontramos un SUV que pretende hacer suyo lo mejor de los coches de tipo monovolumen, de ahí su diseño exterior, su batalla de 2.829 milímetros o la prioridad por aprovechar al máximo su espacio interior pudiendo albergar hasta 7 asientos. Con ello Mercedes pretende convertir al GLB en la principal alternativa de modelos como el Volkswagen Tiguan Allspace o el Land Rover Discovery Sport, pero al mismo tiempo este GLB también pretende arañar ventas a monovolúmenes de enfoque premium como el BMW Serie 2 Active o Gran Tourer.
Mercedes-Benz Mercedes GLB
En el mercado español el Mercedes GLB se comercializará en torno a 5 motorizaciones: dos diésel y 3 gasolina. La oferta diésel se compone de un motor 2.0 turbodiésel disponible en potencias de 150 y 190 CV, mientras que el portfolio gasolina está compuesto por el motor 1.33 Turbo de 163 CV, un 2.0 Turbo de 224 CV y un tercer escalón firmado por AMG con un 2.0 Turbo de 306 CV, dando vida así al Mercedes-AMG GLB 35. Las posibilidades en tanto a transmisión se articulan en torno a una caja de cambios automática de doble embrague de 8 relaciones para todos los motores, siendo de 7 marchas para el motor gasolina de 163 CV. La tracción será 4×2 en los motores diésel de 150 y gasolina de 163, aunque opcionalmente se podrá instalar un sistema 4×4 que sí que viene equipado de serie en el resto de motores.
Tal y como puedes ver en nuestra vídeo prueba sobre esta primera toma de contacto, el Mercedes GLB sigue la senda de otros modelos de reciente lanzamiento como el Mercedes Clase A o el Mercedes Clase B, esto significa que en materia de infoentretenimiento y asistencias a la conducción encontramos un amplio despliegue, de lo mejor del mercado en su segmento. Destacando especialmente la interfaz MBUX con doble pantalla LCD de hasta 10,25″, sistema que ofrece una experiencia muy completa en calidad, información y posibilidades. A ella se añade un sistema HUD a color y un asistente por voz que hace muy sencillo interactuar con el vehículo.
En materia de calidad y espacio interior este Mercedes GLB hace valer sus cotas para cumplir la máxima del aprovechamiento, encontrando hasta 7 asientos en su habitáculo. La segunda fila de asientos cuenta con suficiente espacio para acomodar a dos adultos de gran envergadura, viéndose únicamente limitada por una plaza central que solo recomendaría para el uso por parte de niños. Eso sí, la segunda fila cuenta con regulación longitudinal de hasta 14 cm, posibilidad de reclinar los respaldos y división 40:20:40 para compartimentar el espacio interior de una forma sobresaliente. A ello sumamos el hecho de contar con dos aireadores dedicados y dos tomas USB tipo C.
Si queremos instalar la tercera fila de asientos nos encontramos con dos plazas extras, dos plazas que según Mercedes no se recomiendan para estaturas mayores de 1,68 metros de altura, por lo que hablamos de un SUV de 7 plazas enfocado principalmente en el transporte de niños. Más que el compromiso por la altura disponible, quizá la mayor penalización de estas plazas está en un acceso difícil desde las puertas laterales traseras. Una vez sentados el espacio es correcto, en la media de su categoría, teniendo además dos tomas USB Tipo C adicionales, dos anclajes ISOFIX (hasta 4 en total en los GLB de 7 plazas) y el suficiente confort para realizar trayectos de corta y media distancia.
¿Y qué sucede con el maletero del GLB? Pues nos encontramos uno de los puntos fuertes de este SUV, pues con 570 litros disponibles en la configuración de 5 plazas, las posibilidades carga son muy amplias. En el caso de aprovechar sus 7 plazas el maletero restante es de 150 litros.
Llegada a la hora de ponernos al volante del Mercedes GLB nos encontramos con un coche que como cabía esperar hace del confort su prioridad. Sin embargo ello no quita para que las maneras de este GLB destaquen por un buen compromiso entre confort y estabilidad, encontrando un coche que no sufre en exceso de las inercias de su tamaño y peso, y que además ofrece un nivel de agarre elevado en las versiones 4×4 que probamos durante esta presentación. El motor diésel de 190 CV es sin lugar a dudas mi principal recomendación para todos aquellos que quieran sacar buen provecho a las posibilidade del GLB como familiar, un motor con empuje más que suficiente y consumos ajustados para acumular kilómetros sin tener que parar a repostar de forma asidua. Su alternativa gasolina más interesante la encuentro en el motor 1.33 Turbo, por suavidad y su balance entre consumo y prestaciones, si bien será un motor que se quedará algo más justo en los momentos donde viajemos con todas las plazas ocupadas, momento donde el diésel se convierte en la opción más inteligente.
En definitiva Mercedes ha sabido crear el SUV familiar que le hacía falta, un coche que sigue la moda de los SUV para reinventar el concepto de coche familiar y convertirlo en una muy seria alternativa al Mercedes Clase B. Su oferta de espacio con hasta 7 asientos, las posibilidades en equipamiento e infoentretenimiento y una gama de motores convincente hacen del GLB un familiar a tener muy en cuenta dentro del segmento premium. Un SUV que parece que lo tiene todo para convencer a su público objetivo, y en donde solo hemos echado en falta una apuesta más ambiciosa en tanto a sus posibilidades offroad, un apartado donde este GLB se limita a cumplir como todocamino.