Llámalo Audi TT RS, llámalo mini Audi R8, pero sobre todo entiéndelo como el mejor homenaje que hayamos visto a la tracción quattro en los últimos tiempos. Ahora que Audi Sport se ha atrevido a crear “locuras” como el Audi R8 RWS, nos parece un buen momento para poner a prueba el Audi TT más salvaje jamás comercializado. 400 CV de pura raza que convierten al Audi TT RS en el perfecto aliado para devorar curvas sin ceder un milímetro.
Hablar de quattro supone hablar de control sobre cualquier superficie, aún así este quattro no es como los quattro de más solera, por decirlo de algún modo Audi Sport ha querido situarlo a conciencia por debajo de la filosofía que por ejemplo ofrece el R8. El Audi TT RS emplea un sistema de tracción total quattro, sí, pero lejos de ser el eficaz y más divertido diseño de diferencial central LSD del que dimos cuenta en nuestra prueba del Audi RS5, este TT RS recurre a un más polivalente diferencial central Haldex. Y empezamos por este punto porque es el mejor resumen de lo que es y lo que no es este TT RS. Así, la prioridad de la tracción recae en el tren delantero hasta en un 80%, salvo cuando se complican las cosas, momento en el que el Haldex central entra en escena para enviar hasta un 50% del par al tren trasero viéndose apoyado por el control de estabilidad para buscar un reparto ideal del 25% en cada rueda.
La filosofía quattro
Audi TT Roadster
El Audi TT RS es control, mucha tracción y toneladas de grip para salir catapultado tras cada vértice. Esa es su esencia y en esas lides no conoce rival. Posiblemente en un trasera disfrutes redondeando curvas, pero pocas sensaciones hay más impresionantes que abrir gas antes de lo debido y pegarte al asiento desafiando todas las leyes de la física. Domar 400 CV de esta forma no es fácil, pero el TT RS lo consigue, y lo consigue además con pasmosa facilidad. El precio a pagar por esta ventaja táctica es un subviraje que está y que se hace notar cuando buscamos el límite, aunque usando con tiento acelerador y dirección se puede gestionar sin demasiadas complicaciones. El chasis es bueno, qué digo bueno, muy bueno, y aunque la dirección sigue pecando de algo falta de información, el conjunto consigue que los 400 CV puedan ser gestionados sin dificultad para dejar atrás cualquier rival. ¿He dicho ya que hace el 0-100 Km/h en 3,9 segundos?
Llegados a este punto sabemos ya de que coche estamos hablando ¿no? Conocida su tracción quattro, con sus virtudes y defectos, nos colamos bajo su capó delantero para descubrir uno de los mejores motores que Audi ofrece a sus clientes. El 2.5 TFSI es un motor de solera en la marca y también en la industria, 5 cilindros y mucho carácter que se combinan con un turbocompresor como los de antes, con una patada contundente y una zona de trabajo que arranca en la zona media del cuentavueltas para huir de los motores progresivos tan de moda. Los amantes de los motores turboalimentados tienen en esta mecánica un ídolo al que rendir culto, un ídolo que estira hasta las 7.000 rpm firmando un éxtasis que crea adicción en todo petrolhead. Para colmo nuestra unidad instalaba el escape deportivo opcional, un extra obligado para disfrutar con mayúsculas del carácter de esta mecánica.
Para la transmisión Audi Sport confía en la siempre intachable caja de cambios S-Tronic. Doble embrague y 7 relaciones que te permiten sacar lo mejor de sus 5 cilindros sin quejarse en ningún momento, apurando cada relación hasta el corte y sin muestra alguna de fatiga aún forzando el conjunto. Piénsalo detenidamente, este TT RS ofrece la que posiblemente sea una de las mejoras recetas deportivas del momento, incluso para aquellos que piensan en tramos o Track Days y quieren un coche “fácil” de llevar a un ritmo muy alto.
El Audi TT RS ¿Mejor que sus rivales?
Por prestaciones es una seria opción frente a modelos como el Porsche 718 Cayman GTS/718 Boxster GTS, el Jaguar F-Type V6 o el BMW M2, todos rivales que presumen de traseras vivas con las que firmar cruzadas de infarto que el TT jamás va a lograr. Pero el TT RS defiende una idea radicalmente diferente del disfrute al volante, entendiendo que la precisión en la trazada es el punto de mayor peso. Sólo los pequeños de Porsche pueden rivalizar en este campo gracias a una mejor dirección y su neutro comportamiento, pero llegado el momento de valorar la mecánica, el flat four se ve superado por el 5 en línea de Ingolstadt.
Y cuando a nivel técnico rozamos el sobresaliente, recordamos que estamos ante la versión roadster. El diseño del Audi TT ha evolucionado hasta nuestro días ganando carácter y líneas rectas, perdiendo ese aura de concept, cierto, pero ganando en empaque y deportividad. Aún así en sus versiones descapotables siempre hemos visto una apuesta clara por la visión más lúdica. Pero no te engañes, este Audi TT RS Roadster no busca ser un coche de paseo potente, es un RS y con su capota de lona solo persigue que el nivel de disfrute vaya un paso más allá de lo visto en el coupé. He probado el TT RS tanto en versión coupé como roadster y no tengo la menor duda de que el roadster ofrece un nivel de disfrute superior. Para convencerse solo hace falta una carretera de montaña donde poder sentir el eco de sus escapes mientras “pilotas” a cielo abierto. Sublime.