Contenido
- Exterior: Un argumento más de compra que juega muy a su favor
- Interior: Muy buena calidad, pero el tridente alemán es el tridente
- En marcha: Sin miedo a ninguna carretera de montaña
- Precio, equipamiento y rivales: Con tanto equipamiento se acerca en precio a las premiums
- Conclusiones y opinión personal
- Características técnicas y galería fotográfica
Con el 508 la gente de Peugeot ha apuntado a lo más alto, queriendo crear una berlina y un familiar a la altura de cualquier modelo premium, no sólo por calidad de materiales, posibilidad de equipamiento o tecnología, sino también por imagen, además de atreverse a seguir apostando por un segmento de capa caída con tanto SUV y crossover, ofreciendo en su gama de motores una versión híbrida enchufable, con la tan deseada etiqueta CERO de la DGT, que promete muchas prestaciones y poco consumo. Para averiguar qué tal va este 508, y si realmente es tan bueno como un A4, un Serie 3 o un Clase C, nos hemos puesto al volante de la versión familiar SW Hybrid 225 durante una pequeña toma de contacto. A continuación, te dejamos todas nuestras impresiones y si merece la pena comprar este francés.
Exterior: Un argumento más de compra que juega muy a su favor
Si me dicen hace diez que comenzaría el apartado estético de un Peugeot alabando su diseño, al igual que haría con un Alfa Romeo, no me lo hubiese creído. Y es que aunque la belleza es una cualidad subjetiva, la mayoría de la gente con la que he hablado sobre el diseño de este 508, especialmente en la versión SW de carrocería familiar en la que se centra esta toma de contacto, coinciden en afirmar que es francamente bonito.
Peugeot 508
Así pues, al frente nos encontramos con la actual nueva imagen de la firma gala con una mirada de ópticas rasgadas, una parrilla que sin ser prominente destaca por sus detalles cromados y sobre todo, por la integración de la iluminación diurna en forma de colmillos. De ahí pasamos a un lateral en el que en el que podemos apreciar cierta caída del techo en la parte posterior, la cual es más marcada en los cristales traseros y del maletero, lo que ayuda a aumentar esa percepción de techo descendente otorgándole un aire shooting break o de familiar coupé que se ve acentuado por sus ventanillas sin marco. Igualmente, el aspecto más deportivo de nuestra unidad se debe al acabado GT, el cual integra ciertos elementos en color negro, como los retrovisores, el difusor trasero o los contornos de las ventanas. De esta forma, y a pesar de que estamos ante un familiar del segmento D de considerable tamaño, 4,78 metros de largo y 1,86 metros de ancho, se ve bastante compacto y proporcionado.
Finalmente, la zaga vuelve a hacer un guiño a ese león con las ópticas traseras con tecnología LED que parecen las marcas dejadas por las uñas de unas zarpas, y que se esconden tras un cristal (que es plástico) oscurecido que conforma una franja horizontal, uniéndolas y aportando una sensación de mayor anchura al conjunto. Asimismo, también nos encontramos con un pequeño alerón en la parte superior, la serigrafía de “PEUGEOT” integrada en la zona inferior de la luneta de forma muy exquisita y un difusor que da cabida a las dos salidas de escape circulares que ¡son reales!
Interior: Muy buena calidad, pero el tridente alemán es el tridente
Empecemos por lo que seguramente te estás preguntando: ¿está a la altura de un premium? La gente de Peugeot hizo especial hincapié en que su 508 está a la par en calidad de materiales con un Audi A4, un BMW Serie 3 o un Mercedes Clase C, por citar a los más conocidos. Sinceramente, yo creo que ahí se vinieron un poquito arriba. Sin duda alguna la sensación que transmiten sus materiales y ajustes es muy buena, con plásticos blandos en las zonas más a mano, no tanto en la zona inferior de los paneles de las puertas o la cúpula de la instrumentación, unas molduras que sin ser madera de la buena no eran plástico del barato y elementos como los agarraderos de las puertas o partes de la consola central tapizados en cuero con pespuntes en contraste. Así pues, podemos decir sin temor a equivocarnos que se trata de la berlina generalista con mejor calidad de acabados, incluso al nivel de un Volkswagen Passat o Alfa Romeo Giulia (habría que sacar la libreta e ir punto por punto en una comparativa a fondo), pero no llega a alcanzar a los alemanes.
En cuanto al i-Cockpit, esta peculiar disposición del puesto de conducción de Peugeot con un volante doblemente achatado (arriba y abajo) y un cuadro de instrumentos colocado un poco más arriba, he de decir que con mi estura (1,85 metros) logré encontrar una posición de conducción cómoda en apenas unos segundos, aunque es cierto que hay compañeros de otras tallas que no se sienten tan cómodos. Además, los asientos de corte deportivo, tapizados en cuero y una suerte de alcántara, sujetan muy bien, siendo cómodos para largos viajes y contando también con un diseño y tacto muy agradable. A partir de ahí, acostumbrarme a mirar la instrumentación por encima del volente no me supuso ningún esfuerzo, pero tampoco encuentro ninguna ventaja notable respecto a una disposición de mandos convencional. Hablando de disposición de mandos, durante la pequeña toma de contacto, en general puedo decir que cuenta con una relativa buena ergonomía y con detalles muy curiosos como la botonera con los accesos directos del sistema de infoentretenimiento imitando la forma de un teclado de un piano, pero echo en falta un control físico para la temperatura del climatizador y una mejor ubicación para el selector de modos de conducción, pues al ser un botón un tanto pequeño y quedar “escondido” por detrás de la palanca de cambios no es muy cómodo de operar.
Por espacio, como sucede en cualquier coche de este segmento y dimensiones, las plazas delanteras son aptas para cualquier talla, con una fila posterior homologada para tres ocupantes pero que en la práctica sólo viajarán con comodidad dos de ellos, salvo que midan más de 1,85 -1,90 metros, pues les rozará la cabeza en una protuberancia del techo como consecuencia del techo solar que llevaba nuestra unidad de prensa. Respecto al maletero, que contaba con el extra de apertura eléctrica, cubica 530 litros en unas formas muy regulares, aunque su doble fondo testimonial sólo tiene cabida para el cable de recarga.
Sobre el sistema multimedia y de infoentretenimiento, dada la brevedad de la prueba no pudimos examinarlo a fondo, pero en líneas generales se mostraba intuitivo (yo diría que incluso más que los últimos de Volkswagen) y fluido, encargándose del sonido un equipo hi-fi firmado por Focal con subwoofer en el maletero y que proporcionaba una buena calidad de audio, aunque sin llegar a niveles top de otras firmas de lujo (mucho más caras).
En marcha: Sin miedo a ninguna carretera de montaña
El otro aspecto en el que me ha sorprendido este 508 SW es en su dinámica, y para bien, pero antes de nada vayamos a los números y dejemos para más adelante las sensaciones. Como reza al principio del artículo, la versión probada es el 508 SW GT Hybrid 225 e-EAT8, es decir, un híbrido enchufable con una potencia total combinada de 225 CV y 360 Nm de par. En concreto, su planta motriz está integrada por un 1,6 turbo de gasolina denominado PureTech de 180 CV y un motor eléctrico de 110 CV en combinación con un cambio automático de 8 relaciones de tren epicicloidal y embrague multidisco bañado en aceite. Con todo ello, según datos oficiales, logra un 0 a 100 km/h en 8,2 segundos y una velocidad punta de 240 km/h.
El apartado eléctrico lo completa una batería de iones de litio de 11,8 kW de capacidad bruta y 300 V ubicada bajo el asiento trasero, por lo que no resta espacio al maletero, sólo al depósito de gasolina que se conforma con 43 litros, y con la que puede recorrer una distancia de 52 km en modo totalmente eléctrico según el ciclo WLTP. De serie incorpora un cargador de a bordo de 3,7 kW y de 7,4 kW de forma opcional, el cual permite recargar completamente la batería en 1h45. Además, dispone de un modo e-Save para reservar la energía de la batería y otro de frenada regenerativa (B) que se selecciona por medio de la palanca de cambios y que permite disminuir la velocidad del coche considerablemente con sólo levantar el pie del acelerador y sin pisar el freno. Así pues, gracias a este sistema híbrido es portador de la etiqueta CERO de la DGT, homologando un consumo medio de 1,5 litros a los 100 km según el ciclo WLTP.
Pero dejando a un lado tanto palabrerío, ¿cómo va realmente este 508 SW Hybrid? En ciudad o retenciones con los modos Electric e Híbrido se muestra bastante acertado, con una conducción suave, cómoda y económica, contando además con una buena maniobrabilidad y gracias a la cámara de visión trasera (un elemento que considero imprescindible dadas sus dimensiones y no abundante visibilidad a través de la ventanilla trasera) es relativamente fácil de aparcar. Además, gracias a la ayuda del motor híbrido sale con brío en esos primeros metros de un semáforo. Respecto al modo Confort, es el recomendable para hacer un viaje por autopista, pues se nota como apuesta por un tarado más blando de suspensiones, aunque lo cierto es que no conduje mucho tiempo con él y ahora te cuento por qué.
Sin embargo, el modo de conducción que mejor le sienta es el Sport, modo que deberías usar cada vez que salgas de la urbe y en el que te encontrarás con un tarado de suspensión firme y durito, que sujeta muy bien la carrocería en curva, incluso de carreteras secundarias, a la vez que absorbe las irregularidades del firme sin grandes sacudidas. No es que se trate de un deportivo o esté a la par de referencias como un Serie 3 o un Giulia, pero sí que aporta ese puntito sobre otros rivales. En cuanto al tacto de la dirección de los frenos, podemos calificarlos de correctos, mostrando sus 225 CV un empuje suficiente para salir airoso en todo tipo de situaciones, aunque espera de él unas prestaciones similares a las de un turbodiésel de unos 180 CV salvo por la inmediatez en reemprender la marcha desde parado, y no de un gasolina de semejante caballería, pues los más de 1.800 kg que pesa este francés están ahí. No obstante, la lluvia que nos acompañó durante la prueba y que en algunos momentos se tornaba más copiosa no ayudó mucho.
Por el contrario, el desempeño del cambio automático no me acaba de convencer en algunas situaciones. En conducción urbana o sosegada funciona a las mil maravillas, pero en el momento que se le pide reducir de forma rápida para ganar velocidad tarda un poco más de lo deseado, dando la sensación que le “cogemos con el pie cambiado”.
Finalmente, en este apartado dinámico cabe mencionar que en líneas generales cuenta con un buen aislamiento acústico, sobre todo si tenemos presente que no posee marcos en las ventanillas. Asimismo, el asistente de mantenimiento de carril me parece que su forma de actuar es menos intrusiva que en la de otras marcas, sin la incómoda sensación de volantazo, pero por otro lado, cuando nos disponemos a cambiar de carril (obviamente, indicando la maniobra con el intermitente) parece que no acaba de ir fino, pues ofrece una leve resistencia al girar el volante. Llegados a este punto te estarás preguntando por el consumo, la parte más interesante de cualquier coche con mecánica híbrida enchufable. No se me ha olvidado, pero prefiero no pronunciarme sobre ello, pues el estado del tráfico, el tiempo que nos acompañó y una corta ruta en la que no tengo mis habituales referencias, no me permite dar una valoración que crea real y acertada, y sobre todo útil para su posible comprador, ya que los casi 9 litros a los 100 km del ordenador me parecen excesivos y más bien fruto de ese cúmulo de circunstancias.
Precio, equipamiento y rivales: Con tanto equipamiento se acerca en precio a las premiums
El Peugeot 508 SW GT Pack Hybrid 225 e-EAT8 de esta prueba tiene un precio de configurador de 50.040 € (54.750 € oficiales), el cual incluye como único elemento opcional el color blanco nacarado (790 €). Por 2.100 € adicionales es posible elegirlo con una vistosa tapicería de cuero, el lugar de la de cuero y alcántara de esta unidad. Respecto al nivel de equipamiento, el GT Pack es la versión tope de gama, la cual incluye elementos como el equipo hi-fi Focal de doce altavoces con subwoofer en el maletero, cámara de marcha atrás, navegador, faros con tecnología LED, asientos calefactables con memorias y masaje, techo solar, control por voz…
Salvo que PSA se anime a lanzar una versión con esta mecánica en el Opel Insignia, estamos casi ante un modelo único en su especie, ya que las principales alternativas las tenemos en marcas premiums, como el BMW 330e Touring (292 CV) por 57.150 € o el Volvo V60 T6 Twin Engined AWD Inscription Expression (341 CV) por 55.450 €, a excepción del Volkswagen Passat Variant GTE (218 CV) por 53.885 € €. Es cierto que todos estos, salvo el Passat, son unos 5 mil euros más caros, compensando esa diferencia de precio sus mejores prestaciones y niveles de acabados, pero no es menos cierto que los tres son versiones básicas (incluido el Volkswagen), mientras que el Peugeot es el tope de gama, encontrándonos este 508 SW híbrido enchufable desde “sólo” 48.050 € en su nivel de acceso Allure, el cual ya cuenta con una dotación de elementos más que razonable. De hecho, en el momento de escribir estas líneas está en promoción por 34.150 € esa versión Allure asociada a financiación (35.050 € para quienes no financien), incluyendo las ayudas del Plan Renove.
Conclusiones y opinión personal
En líneas generales podemos decir que este Peugeot 508 SW GT Hybrid es un buen producto, con un diseño francamente bonito y acertado, una calidad interior que sin considerarse premium está por encima de la mayoría de las propuestas generalistas y con un tacto de conducción que no le hace temer ninguna carretera de montaña, lo que lo convierte en una opción muy a tener en cuenta frente a cualquier SUV de tamaño medio, y casi la única si lo que buscas es una familiar del segmento D, generalista e híbrido enchufable, ya que las demás alternativas similares nos las encontramos en las firmas premiums tradicionales, como el BMW 330e Touring, mucho más potente (292 CV) y caro (57.150 €).
¿Me compraría este 508? Si tuviera esas necesidades de especio sí que me compraría un 508 SW en acabado GT Pack, pero no con esta mecánica, sino con el PureTech 180 (1.6 gasolina turbo), ya que al ser unos 300 kg más ligero sus prestaciones son similares y supone un ahorro económico de más de 9.000 €, cantidad que para amortizar será necesario hacer muchísimos desplazamientos urbanos de corta distancia haciendo uso del modo 100 % eléctrico, y para tan cortos desplazamientos, un consumo inferior a 7 litros es más que asumible.
Características técnicas y galería fotográfica
Versión | 508 SW Hybrid 225 |
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Potencia máxima | 225 CV combinados |
Par máximo | 360 Nm combinados |
Motor térmico | 1,6 litros turbo gasolina 180 CV |
Motor eléctrico | 110 CV y 300 V |
Batería | iones de litio – 11,8 kWh brutos |
Caja de cambios | automática 8 relaciones |
Velocidad máxima | 240 km/h |
0 – 100 km/h | 8,2 segundos |
Consumo combinado WLTP | 1,5 l/100 km |
Autonomía EV | 52 km |
Etiqueta DGT | CERO |
Combustible | Gasolina 95 / 98 – electricidad |
Longitud | 4.778 mm |
Anchura | 1.859 mm |
Altura | 1.420 mm |
Batalla | 2.793 mm |
Peso | 1820 kg |
Capacidad maletero | 530 litros |
Plazas | 5 ocupantes |
Cx | n.d. |
Superficie frontal | n.d. |