Seguramente no te pille por sorpresa el hecho de que bajo la piel del Fiat 124 Spider hay un Mazda MX-5, es algo que te hemos mencionado siempre que hemos hablado del nuevo descapotable de Fiat, del resurgir del mítico roadster italiano, pero… ¿qué tal le sentará al tantas veces elogiado chasis del Mazda MX-5 la presencia de un motor turbo? ¿Se notará o no se notará la mano de Fiat en su puesta a punto? Son las 6 de la mañana y estoy pasando el control de seguridad de Atocha para montarme en un AVE que me llevará a Girona, donde me espera el primo italiano del Miata. Por delante una ruta por la Costa Brava en un plan que se torna idílico si le sumamos la temperatura casi veraniega que nos acompaña y la presencia de un Fiat 124 Spider clásico. Hora de poner a prueba al Fiat 124 Spider.
Fiat ha sabido dejar una muy buena impronta en el chasis del Mazda MX-5
Pocos datos hay que repasar de este modelo. Una gama comedida ayuda a que en mi cabeza, al pensar en el Fiat 124 Spider, salte inmediatamente una breve “ficha técnica” con un bloque de cuatro cilindros y 1.4 litros de cubicaje que, turbo mediante, envía una potencia de 140 caballos al eje posterior de la mano de un par de 240 Nm.
Fiat 124 Spider
A diferencia del Fiat 124 Spider el Mazda MX-5 recurre a dos mecánicas atmosféricas, a un motor 1.5 de 131 caballos y a un 2.0 de 160 caballos, ofreciéndonos ya desde el primer peldaño una grata experiencia deportiva en la que los ritmos de infarto dejan paso a sensaciones, a muchas sensaciones, a un dócil conjunto donde cada curva se traduce en una sonrisa, a unas mecánicas que se sienten sencillas, con el encanto añejo de lo atmosférico y que se estiran y estiran al son de una dulce y metálica melodía.
Te hemos hablado largo y tendido del Mazda MX-5 en seis pruebas diferentes (incluida una del Mazda MX-5 RF y dos del cup) que puedes releer en los siguientes artículos:
– Mazda MX-5 2015, a prueba: amor a primera curva
– Mazda MX-5 Cup 2016 a prueba: nos ponemos al volante del Miata de carreras
– Prueba del Mazda MX-5 con motor de 2,0 litros: cómo alterar para siempre tu preconcepto de coche deportivo
– Probamos el Mazda MX-5 RF: el cabrio es el que mola, pero este es el que hay que comprarse
– #FriendsOfMX5 O como pasar de probar un Mazda MX-5 Cup a firmar el Miata 1 millón
– 25 años del mito, 25 años de Mazda MX-5: cara a cara entre la primera y la última generación
Ahora bien, ¿cómo se siente frente al Mazda MX-5?
Tengo bastante recientes el nuevo Mazda MX-5. Lo he conducido en numerosas ocasiones y un curso de conducción de Mazda en el circuito de Albacete se ha encargado de refrescar mis impresiones, con la idea bien presente de que es uno de los productos con mejor relación precio/sensaciones y reconozco que llevo bastante tiempo con ganas de ver hasta que punto Fiat ha hecho una opción igual de tentadora, algo que voy a poder solucionar en unos pocos minutos: una unidad blanca, con una tapicería de cuero en color tabaco, me espera en el parking de la estación de Girona.
Efectivamente el habitáculo de este Fiat es igual al del Mazda MX-5, pequeños detalles distancian al italiano del japonés e irremediablemente este interior me hace echar en falta una tapicería semejante entre las opciones del Miata ya que sólo nos encontramos un acabado semejante, con este bonito color marrón, si acudimos al Mazda MX-5 RF, la versión “targa”, con techo duro, del Miata, una alternativa que bien se merece, por su diseño, todos nuestros vítores.
Lo bueno del Miata es que seguramente en alguna edición especial luzca una tapicería similar a esta.
Una buena postura de conducción, con el culo cerca del suelo, con el volante y el pomo del cambio realmente bien dispuestos… ¡arrancamos!
Desde los primeros kilómetros el Fiat 124 Spider hace evidente su condición de coche turbo algo que se hace aún más notable cuando empezamos a abordar una carretera secundaria, con la el Mediterráneo a nuestra izquierda y una interminable sucesión de curvas y es que el Fiat 124 Spider nos pone fácil eso de conducir en una carretera así uniendo al buen chasis del Mazda MX-5 un motor que no te exigirá en ningún momento bajar marcha alguna para disponer del par y de la potencia suficiente para afrontar con dulzura el siguiente viraje. Hacemos todo en 3ª y 4ª cuando con el MX-5, en más de un viraje, tendríamos que bajar a 2ª y subiríamos menos veces a 4ª.
Por la parte baja se muestra enérgico, muy capaz y dispuesto a satisfacer rápidamente nuestra demanda de potencia pero en la parte alta, cuando empiezas a coquetear con las 5.000 vueltas, desaparece esta predisposición a empujar, justo cuando el Miata empieza a pedir guerra y a tornarse aún más divertido.
El Mazda MX-5 te verás obligado a jugar más con el cambio, querrás ir alto de vueltas para sacar todo el potencial de su mecánica atmosférica (e incluso el “pequeño” el de 131 caballos te invitará a ir un paso más allá en el cuenta revoluciones) mientras que el Fiat te pondrá fácil la gestión de cada curva, sin tener que cambiar de marcha.
Para gustos, motores.
El tacto a la dirección me resulta muy semejante al Mazda MX-5, con un buen tarado, precisa y comunicativa algo similar a lo que ocurre con el cambio, con exquisitas transiciones, con un buen nivel de dureza y marchas bien guiadas.
Pero vaya sorpresa su suspensión.
El paso por curva del Fiat 124 Spider se resuelve con un balanceo menor al del Miata. El MX-5 tiene un gran paso por curva sí, pero se resuelve con un curioso balanceo que en el Fiat 124 no está presente. Se siente por lo tanto la suspensión más firme, decidida a contener mejor la carrocería de este descapotable en cada curva y sorprendentemente lo hace con un conjunto que en ciudad, al afrontar zonas bacheadas, badenes… se siente incluso más confortable. Bien hecho Fiat.
Tenemos por tanto una dócil mecánica que nos da potencia desde bien abajo, sin necesidad de “pelearnos” con el cambio (algo negativo para muchos si tenemos en cuenta su buen tacto), un motor que queda unido a un chasis de reacciones similares a las del Miata, pero con un paso por curva más estable, más firme que en ningún momento repercute negativamente en el confort del coche. La nota negativa, a esta fácil entrega, a esta bien afinada plataforma, llega desde el sonido de su escape, excesivamente tímido y falto de carácter.
Y eso, estarán de acuerdo conmigo, es algo importante al hablar de un divertido descapotable.
Algo me dice que el Abarth 124 Spider se encargará de solucionar semejante tacha y no puedo evitar no pensar en la versión mejorada del 124 Spider… ¿cómo irá con las nuevas suspensiones? ¿Qué tal le sentará ese extra de potencia? Espero averiguarlo pronto.
S’Agaró. La plácida Taverna del Mar (esa “v” no es una errata) nos recibe ejerciendo de primer punto de avituallamiento y de perfecta ocasión para abordar a Ramón y a su Fiat 124 Spider, una bonita unidad plateada que luce la insignia de Pininfarina al frente, signo inequívoco de que esta unidad es una de las últimas del modelo original, de comienzos de los años 80 y que pone de manifiesto la enorme cantidad de guiños estéticos del nuevo Fiat 124 Spider al modelo original, nacido en 1966 y en producción hasta mediados de los 80, con unas 200.000 unidades vendidas.
Esas ópticas, la forma del capó, los pasos de rueda posteriores… Las referencias al diseño del modelo original son evidentes y en este punto se pone de manifiesto uno de los principales reclamos para escoger al Fiat en lugar del Mazda. No creo que el Fiat 124 Spider sea más bonito que el Mazda MX-5, como tampoco creo que este sea más bonito que el Fiat 124 Spider. Ambos abordan el segmento desde dos perspectivas estéticas muy diferentes, clásica en el caso del Fiat, más agresiva y “japonesa” en el caso del Mazda MX-5 y esto ayudará a polarizar a los posibles clientes, como también estoy seguro de que muchos de los más “quemados” escogerán al Mazda MX-5 por sus mecánicas atmosféricas.
Simplificando demasiado la estética puede ser el principal motivo para decantarse entre uno y otro mientras que si profundizamos más el motor atmosférico del Mazda te brindará una conducción más participativa mientras que el Fiat te invitará a practicar una conducción más relajada.
La mañana transcurre entre una preciosa sucesión de calas con el Fiat 124 Spider clásico en mi retrovisor, con la temperatura perfecta, con un sol aún lo suficientemente benévolo como para no precisar en ningún momento de capota alguna, con poco tráfico… una estampa idílica que cuenta además con el aliciente de lo italiano, como si circuláramos por alguna carretera solitaria del sur de Italia.
Me gusta bastante la dinámica del Fiat 124 Spider y en Fiat han sabido crear un coche muy diferente partiendo de una misma base. No se trata, ni mucho menos, de un simple cambio de carrocería, hay muchos más matices en la conducción de ambos que hacen que discurran por sendas muy dispares, ambas muy tentadoras.
El reloj, como suele ser habitual, dicta que seamos prestos con el ritmo, desenfundo la cámara para una rápida foto de los dos 124 a orillas del mediterráneo y nuestra ruta sigue atravesando la Gi-682 con una breve visita a la “carretera de las mil curvas”, un tramo en el que el modelo original se alzó con el triunfo en el rally Costa Brava de 1972.
Tossa de Mar ejerce de punto final antes de regresar a Girona, antes de volver a un AVE con destino a Barcelona, no sin antes dar buena cuenta de una rueda de prensa en la cual la marca recalca los evidentes lazos con el pasado, mencionando la relevancia del modelo para el mercado norteamericano (se presentó en el Salón de Los Angeles de 2015) e introduciéndonos una edición especial de la que pronto os daremos más detalles en un nuevo artículo.
Sin duda alguna hay que dar la enhorabuena a Fiat por haber adaptado tan bien su producto a la plataforma creada por Mazda. Me llevo una grata sensación con este Fiat 124 Spider. Era fácil imaginar que iba a ir bien, era más difícil imaginar que dos productos tan semejantes, que parten desde un mismo punto, iban a ser capaces de encontrar cada uno su hueco.
¿Cuánto cuesta un Fiat 124 Spider?
Enfrascado en una antigua libreta de Jeep, dando forma a las notas sobre la prueba ya en un hotel de Barcelona, con una maleta sin deshacer que mañana estará en Sitges, acompañándome en la puesta de largo del nuevo KIA Picanto, reviso en la web de FIAT el precio del Fiat 124 Spider.
La gama del Fiat 124 Spider no puede ser más sencilla. Hay una motorización y dos niveles de acabado, el “Base” y el “Lusso”.
El primero arranca desde 26.500 euros y ya nos ofrece unas llantas de aleación de 16 pulgadas, el aire acondicionado, el control de crucero, el sistema multimedia con pantalla a color… mientras que la versión Lusso nos lleva ya hasta los 28.500 euros ofreciéndonos, como equipamiento adicional, un acabado cromado para el marco delantero y los escapes, unas llantas de aleación de 17 pulgadas, antinieblas delanteros, climatizador, tapicería en piel…
Además por 30.500 euros y de la mano del acabado Lusso nos encontramos con una versión con cambio automático.
La gama del Mazda MX-5, mucho más compleja, con dos motorizaciones, más acabados, dos carrocerías… arranca en 25.000 euros en el caso de la versión de 131 caballos y desde 27.800 euros en el caso de la versión de 160 caballos hablando en ambos casos de la versión con techo de lona.
Precios en definitiva muy próximos para dos coches que te conquistarán antes de probarlos por su estampa, que te proponen dos opciones mecánicas muy diferentes pero igualmente tentadoras (aunque yo muestre mi debilidad por el atmosférico) y que en definitiva hablan de eso que los aficioandos al motor no deberíamos permitirnos el lujo de perder: la búsqueda de una conducción animada a través de la sencillez, sin desorbitadas cifras de potencia, sin precios desorbitados, con un peso comedido y claro, con el encanto de que nada medie entre nuestra cabeza y el aire que discurre por la carretera.