El Ford Focus RS me ha ganado. Me ha encantado su comportamiento. Sí, lo quiero dejar claro desde los primeros metros de esta prueba, de este nuevo viaje en el que hemos puesto rumbo al Cabo de Gata, a Almería, pasando por el desierto de Tabernas, desfilando sobre su grava. Un buen puñado de kilómetros, de nuevo, para conocer a uno de los compactos más sugerentes, para conocer al Ford Focus más deportivo, al heredero del Ford Escort RS Cosworth. Hace un par de meses me volvía a encontrar con el BMW M2 y me dejó una sensación similar a la que me ha dejado este Ford Focus RS… pero no adelantemos acontecimientos, vayamos paso a paso…
Llueve en Madrid, el frio, la lluvia, hacen que de los escapes del Ford salga una tenue columna de humo en cada tintineo. Hace sólo unos pocos minutos recogía sus llaves en las oficinas de Ford. Su azul, espectacular, rompe el gris de este mañana de otoño. He parado en Chamartin. No, no tengo que recoger a nadie en la estación, tampoco voy a ningún lado. Sólo quería contemplar, en la tranquilidad de su desierto aparcamiento, las formas de este compacto, tantear por primera vez los detalles específicos de su equipamiento, los elementos que hacen especial a esta versión…
350 caballos, tracción total, cambio manual… y un sitio en el mercado a medio camino entre los compactos deportivos generalistas y los premium, cerca del Subaru WRX STI
Ford Focus RS
Azul Nitro. Así es como Ford ha bautizado este tono de azul, esta pintura que tan bien le sienta al Focus RS. Cuesta 1.250 euros más, pero casi lo considero un imprescindible. Desde luego si estuviera pensando en comprarme un Focus RS no dudaría en el tono a elegir. Deja claro, desde el primer vistazo, su condición, hace evidente que no es un “Focus más”, por si no fuera suficiente con esa doble salida de escape… y además realza a la perfección el músculo añadido a esta versión.
El frontal cambia por completo para enmarcar la parrilla hexagonal con un nuevo splitter, una nueva parrilla y unas tomas laterales en las que se ubican los faros antiniebla y que se encargan de enviar aire fresco a los frenos delanteros… pero sin duda lo más llamativo, estéticamente, del Ford Focus RS queda emplazado en su zaga.
La parte posterior del Ford Focus RS queda realmente bien aderezada por el nuevo difusor, por ese pronunciado alerón y por la también mencionada salida de escape que exhala en cada latido un suave ronroneo, suave ahora a ralentí claro…
El broche final lo ponen sus llantas, de 19 pulgadas y con un acabado negro mate. Son opcionales, tienen un precio de 450 euros y tras ellas las azuladas pinzas de freno firmadas por Brembo.
¿Macarra? No me lo parece especialmente aunque obviamente no es tampoco tan sobrio como un Peugeot 308 GTI (ver prueba del Peugeot 308 GTI) o un SEAT León Cupra Ver prueba del SEAT León Cupra 290). Para mi gusto es tal y como tiene que ser un compacto de esta categoría, un GTI, bien diferenciado, con un toque algo llamativo (que en este caso queda muy propiciado por su color).
Aprovecho el desierto parking para preparar algunas de las primeras fotos, para contároslo en el Instagram de Diariomotor y me lanzo a su interior. Por suerte Ford España ha decidido equipar esta unidad con los asientos tipo bucket.
Recaro es el encargado de firmar estos asientos, como también firma los asientos deportivos de serie. Estos, más radicales, con un gran agarre, una pinta espectacular y más cómodos de lo que en principio podría parecer, tienen un precio de 1.900 euros. Si estas decidido a montar estos asientos, totalmente recomendables, es aconsejable escoger uno de los paquetes opcionales que incluyen las llantas pintadas, el navegador, el equipo de sonido Sony y estos asientos por 2.150 euros.
Visten a un habitáculo que sin ellos se siente un poco falto de carácter deportivo. Sí, hay una insignia RS en el volante, hay unos nuevos relojes sobre el salpicadero encargados de advertirnos de la presión del aceite y su temperatura y de la presión del turbo, hay un buen despliegue de costuras azules en cada rincón, molduras de acceso, pedales con un acabado metálico… pero sin duda en mi Ford Focus RS no faltarían los asientos Recaro opcionales.
Hay buenos ajustes, materiales blandos y la posición de conducción es buena, es fácil sentirte rápidamente bien integrado en su puesto de conducción pero he de confesar que no me siento del todo en sintonía con su diseño. Me gustan los salpicaderos algo más sencillos, minimalistas y con una disposición más horizontal, algo así como lo que vimos en el interior del Peugeot 308 GTI. Obviamente esto es un matiz subjetivo y habrá a quien le ocurra al contrario, de hecho me habéis comentado en más de una ocasión vuestro descontento con el diseño del interior del Peugeot 308 GTI.
Sentado ahora en el asiento y con el móvil en la mano, que si preparando algún vídeo, que si subiendo algo a Twitter, miro el precio del Ford Focus RS en el configurador, 41.335 euros y repaso mentalmente el conjunto mecánico que durante los próximos 7 días me va a acompañar.
Ford se ha valido de la mecánica de 4 cilindros y 2.3 litros, con la etiqueta EcoBoost, que ya conocíamos del Ford Mustang para dar vista a este vitaminado Ford Focus. Este bloque desarrolla en el vano del Focus una potencia de 350 caballos a 6.000 rpm y un par de hasta 470 Nm gracias a la función overboost, ya que en condiciones normales desempeña hasta 440 Nm entre las 2.000 y las 4.500 rpm.
Esta mecánica se ha unido para la ocasión a un sistema de tracción total capaz de mandar hasta un 70% de la potencia al eje posterior y de este 70% hasta un 100% de manera independiente a cada rueda, listo para conseguir el mejor paso por curva y Ford ha culminado el conjunto con una caja de cambios manual que hace evidente su intención de satisfacer a los más quemados, a los más puristas y fanáticos del motor.
Me encanta que esto haya sido así, que Ford haya renunciado a la eficacia de una transmisión de doble embrague para ponernos a nuestra disposición una palanca con la que juguetear, con la que sentir cada reducción, con la que añadir complejidad en la conducción a cada sucesión de curvas…
Tanto por su configuración mecánica como por su precio el Ford Focus RS se queda en un punto intermedio en el mercado entre modelos como el Peugeot 308 GTI y el audi RS3 o el Mercedes A 45 AMG
A nuestra disposición tenemos por tanto un conjunto con 350 caballos, tracción total, cambio manual y un precio de partida de 41.335 euros, lo que, si repasamos mentalmente el mercado actual nos deja con un coche que se posiciona en un punto intermedio entre los compactos deportivos generalistas, de tracción delantera,menos potencia y más baratos, donde nos encontraríamos al Honda Civic Type R o al Peugeot 308 GTI y los compactos deportivos premium que empiezan a coquetear con los 400 caballos y cuentan con tracción total, el Audi RS3 Sportback y el Mercedes A 45 AMG.
No nos olvidamos de un SEAT León Cupra que ahora tiene 300 caballos y es tracción total, con un precio aún por descubrir. Tampoco del Volkswagen Golf R cuyo futuro aún está en el aire tras el lavado de cara del Volkswagen Golf y por supuesto del que podemos considerar la alternativa más directa a este Focus, el Subaru WRX STI, con 300 caballos, tracción total y un precio próximo.
E incluso habrá quien mire de reojo al Nissan 370Z y sí, el Nissan 370z Nismo es realmente tentador…
Rumbo a Almería, cruzando el desierto antes de llegar al Cabo de Gata:
Para la ocasión hemos vuelto a escoger Almería, hemos decidido volver al Cabo de Gata y al desierto de Tabernas, en esta ocasión con más tiempo que la última vez, cuando desfilamos por sus carreteras al volante del BMW M4 Cabrio (ver prueba del BMW M4 Cabrio). Entonces llegamos al Cabo de Gata al atardecer y aún teníamos que poner rumbo desde allí hasta Sierra Nevada, donde hicimos noche. Una auténtica locura. En esta ocasión haremos noche en el Cabo de Gata y no iremos ni a Córdoba ni a Granada, lo que nos brinda algo más de tiempo a la hora de preparar las fotos y vídeos. De hecho podemos alargar incluso un poco más la hora de partida.
Nuestra primera parada va a ser el desierto de Tabernas, famoso por los numerosos westerns que se rodaron aquí en los 60 y 70. Steven Spielberg, George Lucas o Clint Eastwood, como breves referencias de una larga lista, han pasado por estos valles que ahora surcamos con el Ford Focus RS.
Son cerca de las 2 de la tarde y el desierto se expande ante nosotros con un impactante porte. Solitario, imponente, cargado de unos tonos mostaza que el Azul Nitro se encarga de romper cada vez que colocamos el coche para una nueva foto, para un nuevo plano de vídeo. Parece realmente fotogénico y dispuesto a echar una mano en la sesión.
El viaje desde Madrid, los algo más de 500 km que nos separaban de Tabernas, han transcurrido sin sobresalto alguno, haciendo evidente a nuestra salida de Madrid, en nuestro discurrir por la autopista, esa faceta que los deportivos de hoy en día cumplen tan bien: su capacidad para dar solventar sin demasiados problemas los recorridos diarios. Su consumo se empieza a atisbar como una pega y las suspensiones, regulables, ligeramente duras en su posición más confortable algo que se te olvida inmediatamente cuando enlazas un par de curvas.
Unas galletas y unas patatas fritas, auténtica dieta mediterránea, sacian nuestro hambre. No podemos perder mucho tiempo parándonos a comer.
“Este verano me encontré por aquí un bar que te tengo que enseñar” le comento a Juanma. Se trata del Route 66, un bar que calca la esencia de bar de carretera americano, con un buen toque fronterizo y que para colmo tiene el parking lleno de clásicos estadounidenses. Perfecto para plantar nuestro Ford entre ellos.
El Ford Focus RS cuenta con una gran dinámica, con una puesta a punto realmente bien afinada:
Durante los días previos al viaje, a la sesión, he podido rodar bien con él, por mis carreteras habituales, en mi día a día… y como habréis podido imaginar por las primeras líneas de esta prueba me ha encantado (y no sólo por la buena cantidad de puntos que he sumado a la tarjeta de la gasolinera).
El paso por curva es excelente, con una suspensión que se “traga”, manteniendo bien firme el coche, cada curva; con una dirección que además de informarte, que además de ser realmente directa (muy directa), te hace trabajar; con una tracción total que tan pronto nos permite insinuar la zaga si así lo deseamos como nos permite afrontar con eficacia el viraje, firme y capaz de darnos una buena sensación de confianza sin esa sensación de ir demasiado “sobrerrailes” que nos brinda el Audi RS3 Sportback…
Es noble y su dirección, de buen peso, nos permite trazar con una exquisita precisión, está dispuesto a ser un salvaje si se lo pedimos, los Michelin Pilot Super Sport trabajan realmente bien y sus frenos solventan cada deceleración con contundencia e infatigables. Genial Ford.
Su mecánica, el 2.3 EcoBoost, acelera con contundencia (como no hacerlo con semejante tropel de caballos) y pone a nuestra disposición un grato desempeño desde los primeros compases del cuentarrevoluciones, estirando hasta bien arriba, por encima de las 6.000 rpm. Quizá a la hora de acelerar no sea tan quirúrgico como un Audi RS3, pero el conjunto del propulsor y la puesta a punto de su chasis se muestran realmente divertidos.
Su escape suena realmente bien, invade el habitáculo con una sugerente melodía que se agrava al seleccionar los modos más prestacionales y para colmo cada vez que ahuecamos el acelerador los petardeos se suceden con descaro. Me encanta, un compacto deportivo tiene que sonar así.
Sí, no había hablado hasta ahora de los modos de conducción porque este concepto ya está sobradamente extendido. Un modo normal, un modo Sport, un modo destinado al circuito y el famoso modo Drift. Estos modos actúan sobre la dirección, la suspensión, la respuesta del motor, el trabajo de la tracción total y el sonido del motor. Además podemos actuar sobre la suspensión también en el modo normal pulsando un botón situado en el mando del intermitente.
¿Qué cómo va el modo drift?
Esta sin duda ha sido una de las preguntas que más me habéis hecho desde que probé el Ford Focus RS y evidentemente sí, hice el canelo con este modo de conducción que, por otro lado, para eso está. Pone realmente fácil eso de deslizar la zaga, sólo tienes que descolocarlo, mantener gas y preocuparte de jugar con el volante… lo pone realmente fácil sí y su uso no tiene porque quedar destinado a hacer el bobo en el parking más cercano.
Esa animada zaga le da un toque adicional de agilidad bastante gratificante sin duda. Me alegro de que Ford haya apostado por darle una tracción total al Focus, un movimiento, junto al de los compactos premium, que nos hace pensar en cómo será la próxima generación de compactos deportivos, llegando ya a los 400 caballos con facilidad, abundando este tipo de tracción…
El Cabo de Gata, en esta época del año, es un auténtico remanso de paz:
¿El atardecer… aquí o en el Cabo de Gata? Apunta Juanma.
La idea inicial era aprovechar el atardecer en ya instalados en Rodalquilar, nuestra base para las horas venideras, pero el tiempo se nos ha echado encima y hemos dejado ya una buena base de material sentenciada por hoy. Recogemos todo el equipo, pasamos por la gasolinera para llenar el depósito y limpiar el coche y emprendemos rumbo al parque natural.
El hambre aprieta. No hemos comido prácticamente nada desde que partimos de Madrid y decidimos rememorar el arroz que comimos durante la producción del BMW M4, a pie de Mediterráneo y en esta ocasión con la paz que da el otoño en esta tierra. Silenciosa esta Almería, interrumpida por sólo el arrullo del mar golpeando suavemente las barcas atracadas, nos recibe una Isleta del Moro en la que reponer fuerzas, el primer día ha sido duro y aún nos espera una segunda jornada que no pinta ser más vehemente.
Qué paz.
Después de la locura de día, después de las subidas y bajadas en el desierto, de los “coloca el coche así” y los “¿qué te parece esa toma?” respiramos, aún llenos del polvo del desierto. Una cerveza, los recuerdos de viajes anteriores, el parque natural sumido en una placentera oscuridad y un buen plato de arroz.
Qué maravilla de lugar.
Las blancas fachadas tenuemente iluminadas nos valen para una foto más antes de irnos a dormir.
Con el amanecer empieza un nuevo día de sesión. El Playazo nos aguarda a menos de 5 minutos de nuestra habitación. El sol empieza a brillar sobre el horizonte y la vista desde las palmeras que dan acceso a la playa es increíble. El rocío baña aún el techo del coche y el efecto de la condensación vuelve a alzar una pequeña columna de humo, eso sí, hoy abrigados por el sol almeriense.
Hora de sacar el trípode del maletero.
Nuestra mañana se resuelve en esa larga recta que discurre desde la carretera de Rodalquilar al Playazo. Fotos, tomas de vídeo… y el brillante centelleo del agua dorada de esta playa como fondo.
Los “vecinos”, en sus autocaravanas y furgonetas acondicionadas, empiezan a despertarse y lógicamente acuden curiosos a ver la estampa. Por suerte el Cabo de Gata no ha sucumbido al caos urbanístico y aunque en verano se ha vuelto una auténtica locura venir a ciertas playas del parque en esta época del año es un auténtico remanso de paz.
Y qué luz.
A un lado el mar, al otro el Valle del Rodalquilar y Las Negras esperándonos para un encuentro con Pepe y David, que se han animado a bajar desde Granada y Málaga para conocer ellos también a nuestro azulado compañero en un breve encuentro que queda dictaminado por la dura vara del tiempo, que nos obliga a emprender rápidamente la vuelta a la acción, la vuelta al tras las cámaras.
Yo que creía que el principal encanto del Ford Focus RS iba a estar en el arrojo de su aceleración y resulta que está en la conjunción de su tracción total y su chasis… y esa banda sonora y esa buena comunión con su dirección y esa capacidad que tiene todo el conjunto de “encenderte”.
Rodalquilar ya no luce esa encantadora desolación que tanto me asombraba de pequeño. Ahora sigue desierta sí, pero bien reconstruida. Con la salvedad de la parte más alta del pueblo y cercana a la explotación, una zona que se convierte, bajo el yugo de las ruinas de la mina, en el último escenario en el Cabo de Gata para nuestra sesión.
Aún restan un par de horas para que de comienzo el último atardecer de este roadtrip y decidimos terminar la sesión dando forma a unas tomas que quedaron pendientes en el desierto. Nos «pilla» de camino, es el principio del ascenso hasta el centro de la península…
Sí, el viaje va llegando a su fin. La vuelta a la autopista se siente ya como algo realmente próximo y el silencio, provocado por el cansancio, hasta Tabernas bien me vale para ir recapacitando sobre las conclusiones de este contacto con el Ford Focus RS.
Me ha fascinado el resultado de su puesta a punto, me parece un auténtico coche para petrolheads, divertido y eficaz, sin caer, hablando sobre su eficacia, en la sobriedad aséptica. Te verás trabajando con su dirección, con su cambio, a los pocos minutos de haberte embutido en esos bonitos Recaro. Querrás hacer petardear más y más sus escapes y pronunciar más su trasero a la salida de la siguiente curva. No se trata de ser el más rápido sino de ser realmente divertido… y creedme que lo consigue.
Y hombre, este “pitufo” no es precisamente una tortuga.
¿Caro? ¿Barato? Su precio, su potencia, su condición de compacto y claro, su tracción total, lo sitúan en una posición intermedia, haciéndonos pensar en los candidatos antes mentados, buscándolo como rival del Subaru WRX STI, del Volkswagen Golf R, siendo estos menos potentes.
Parece, si tenemos en cuenta las sensaciones de este Ford Focus RS, de coetáneos como el BMW M2, que no son tan malos tiempos para la lírica…
De nuevo el polvo del desierto en el aire, de nuevo los antiguos paisajes de cine en el fondo del visor de la cámara. El atardecer luce sus últimos destellos azulados y exaltados por el final de la sesión celebramos una última gran foto, retratado derrapando sobre la arena, subiendo una radio en la que suena, cortesía de Turbo 3, Alakazam, el nuevo hit de Justice.
El sol desaparece. La gasolinera vuelve a recibirnos, 10 l/100 km en lo que podríamos considerar una conducción “normal”, 11.5 l/100 km al explayarnos con su acelerador… Una bolsa de galletas más a modo de cena, el ritmo de la sesión, una vez más, nos había hecho olvidarnos de comer.
La A4 se encarga de devolvernos a Madrid…
Fotografías por Juanma G. Cámara.