Nadie en su sano juicio diría que al Ford Mustang GT le falta potencia. El deportivo de Ford es uno de los coches más puristas actualmente a la venta: es el único deportivo con motor V8 atmosférico y cambio manual disponible en Europa en estos momentos. Su maravilloso motor Coyote desarrolla 450 CV, supera las 7.500 rpm, y en su versión Bullitt se va hasta los 459 CV. Ahora, Ford Performance ha lanzado una nueva optimización electrónica para este propulsor, que eleva su potencia en 20 CV adicionales. ¿En qué consiste la mejora de Ford Performance?
Antes de nada, hay que recalcar algo importante. Este artículo se refiere a un kit producido para Estados Unidos, cuya llegada a Europa no ha sido confirmada – y es posible que no se produzca. Para poder instalarlo, debemos tener un Mustang GT de última generación, de al menos Model Year 2018. Conviene mencionar que en Estados Unidos, el Mustang GT convencional ya desarrolla 460 CV, fruto de normativas anti-emisiones más laxas, y que el Bullitt se va a los 480 CV en su configuración de serie – son 10 CV y 21 CV más que sus homólogos europeos.
Ford Mustang
El kit que ha diseñado Ford Performance está pensado para elevar el nivel prestacional de un Mustang GT al nivel de un Bullitt. En el paquete, cuyo coste al otro lado del charco es de 1.275 dólares, se incluye la admisión y el filtro de aire del Mustang Bullitt y su cuerpo del acelerador, cuyo diámetro aumenta hasta los 87 mm. Este cuerpo es igual al del Shelby Mustang GT350, la versión más deportiva y purista del pony car estadounidense. A estas modificaciones físicas se añade una reprogramación de la electrónica de control del motor.
El resultado es que por 1.275 dólares podemos tener un Ford Mustang GT con 480 CV de potencia, y 595 Nm de par motor, con respecto a los 460 CV y 570 Nm de par motor originales. No solo es un incremento de potencia y par máximo, si no que su entrega es mucho más directa e instantánea. La respuesta al acelerador es más rápida, y a solo 2.000 rpm, el par motor aumenta en 57 Nm con respecto al de un Mustang GT de serie. Es una excelente forma de conseguir las prestaciones de un Bullitt, pagando una pequeña fracción de su coste adicional.
Eso sí, tendrás que vivir en Estados Unidos para poder disfrutarlo.
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