Hace unos días mi compañero Juanma se puso al volante de uno de los últimos lanzamientos de Mazda. Aunque el Mazda3 al que se subió ya lo habíamos probado en varias ocasiones, el verdadero cambio estaba bajo el capó. Estamos hablando de la mecánica e-Skyactiv X, una evolución de la revolucionaria mecánica Skyactiv-X, que combina el encendido por chispa con el encendido por compresión, en busca de una eficiencia y rendimiento óptimos. La pregunta, en este momento, es sencilla: ¿qué aporta este e-Skyactiv X? ¿Es realmente una revolución?
Antes de entrar en harina, habéis de saber que el Mazda3, como coche, no cambia un ápice. Sigue siendo un coche de excelente calidad de construcción, tacto premium y gran dinámica de conducción. No evoluciona a nivel de calidades, tecnología o materiales, por tanto, nuestras pruebas previas del Mazda3 siguen siendo perfectamente válidas. Los cambios están única y exclusivamente en su mecánica e-Skyactiv X. Una mecánica que reemplaza al completo a los Skyactiv-X previos, que no pueden ser «reprogramados» a este nuevo estatus.
Mazda Mazda3
Y el motivo de que no puedan ser «reprogramados» es que los cambios que ha sufrido el motor son más profundos de lo que pudiera parecer. Para empezar, se ha rediseñado la cabeza de los pistones del motor, que ha permitido reducir la relación de compresión del motor de 16:1 a 15,3:1. Esta reducción de la relación de compresión amplía el funcionamiento en encendido por compresión, redundando, por tanto, en una mejor eficiencia. También se han rediseñado las válvulas de admisión, así como el sistema de hibridación ligera.
El sistema de hibridación ligera ahora es capaz de funcionar en un rango más amplio de ocasiones, contribuyendo a la entrega de potencia del motor térmico. Esto es posible gracias a una nueva gestión electrónica de funcionamiento. El motor e-Skyactiv X también recibe una reprogramación electrónica. ¿En qué se traducen todos estos cambios? En primer lugar, en un incremento de potencia de 6 CV y 17 Nm de par máximo. El resultado es que ahora desarrolla 186 CV y 240 Nm de par máximo, además de homologar un consumo hasta 0,5 l/100 km menor.
Sigue manteniendo la etiqueta ECO, y con el paso a referenciar el Impuesto de Matriculación en base al consumo WLTP, gran parte de la gama sigue sin pagar el impuesto. Ahora bien, las versiones automáticas sí pagan IEDMT, y los Mazda CX-30, que también pueden equipar la mecánica, siguen teniendo que pasar por caja. A la hora de la verdad, mi compañero Juanma puede certificar que este motor se siente tal y como se sentía antes. No cambia su refinamiento o su sonido, pero sus prestaciones se sienten marginalmente mejores, especialmente a alto régimen.
Puede ser una simple actualización, pero esta mejora incremental sigue contribuyendo a mejorar una gran experiencia de conducción. En lo tocante al consumo, tendremos que someter al motor a una prueba a fondo para certificar esa mejora en consumos. Si quieres comprar un Mazda con motor e-Skyactiv X, los precios arrancan en 27.645 euros para un Mazda3 en acabado Origin, o en 32.075 euros para un Mazda CX-30 en acabado Evolution. Como es habitual, los precios y ofertas de ambos vehículos los encontrarás actualizados en nuestra web Qué Coche Me Compro.