El mercado de las berlinas premium es de los pocos que resiste la fiebre SUV, segmento donde el Mercedes Clase E es uno de sus claros referentes. La berlina premium por excelencia de Mercedes, con permiso del Mercedes Clase S, ha apostado en esta generación por un cóctel atrevido donde tecnología, diseño y tradición debían de casar para seguir convenciendo a sus clientes. Nada fácil desde luego, y por ello ponemos a prueba el Mercedes Clase E 220d para descubrir cómo ha conseguido Mercedes que la berlina premium se adapte a los tiempos del SUV y el infoentretenimiento.
En la actualidad pensar en la compra de un vehículo cuyas proporciones sean los clásicos 3 volúmenes parece una locura para muchos, pero sin lugar a dudas hablamos de una de las mejores configuraciones para afrontar largos trayectos, gozar de amplios habitáculos y un buen nivel de confort para el uso en ciudad. Mercedes es toda una experta en eso de fabricar berlinas de lujo, y ahí la Clase E es todo un referente que generación tras generación vive una encarnizada batalla con el BMW Serie 5 y el Audi A6, además de otros rivales como el Jaguar XF o el Lexus GS.
Mercedes-Benz Mercedes Clase E
Lo primero que hemos de resaltar en el Mercedes Clase E es su diseño exterior, una estética notablemente influenciada por el Mercedes Clase S y Mercedes Clase C. El aire de familia es de tal magnitud que la diferenciación entre berlinas apenas se encuentra en ciertos detalles y las diferentes proporciones. Mercedes consiguió en el estreno del Clase S ofrecer una imagen renovada que habla de modernidad y elegancia a partes iguales, un diseño que aún se mantiene completamente vigente y que indudablemente resulta atractivo desde todas sus vistas.
Es cierto puntualizar que quizás Mercedes haya abusado de ese aire de familia, y es que como ya os comentaba la diferenciación entre berlinas de la marca se antoja difícil cuando carecen de insignias o no están ubicadas una frente a otra. Esta estrategia es común en el grueso de los fabricantes de coches a día de hoy, e indudablemente ofrece una continuidad a lo largo de toda la gama que hacen que el Mercedes Clase E pueda entenderse como un «mini» Mercedes Clase S.
En el interior el aire de familia es muy similar, siendo protagonista su doble pantalla LCD (2 pantallas de 12,3″ cada una) que inunda todo el cuadro de mandos y parte del salpicadero al más puro estilo Clase S. Estas pantallas se han convertido en la seña de identidad de la Mercedes más moderna, y aunque no es un diseño que pueda gustar a todos y es opcional en los acabados más modestos, lo cierto es que ofrece una calidad de visionado e información de lo mejor del mercado. Mercedes arriesgó en el estreno de esta interfaz digital, pero pasado el tiempo sigue siendo una de las interfaces de referencia que además cuenta con bastante potencial para mejorar e integrar nuevas funciones.
El habitáculo rezuma espacio y calidad, esto último especialmente en lo que a tapizados y ajustes se refiere, con unas butacas bien finalizadas y de un alto nivel de confort incluso en este acabado AMG Line para el interior que añade un toque más deportivo. El tapizado en textil y piel garantizan un buen tacto, quizás no sea el más lujoso, pero se trata de una solución más práctica para climas cálidos y facilidad de limpieza – estos asientos son además calefactados -. En materia de acabados toda raya a un nuen nivel, lamentando tan solo el uso del acabado en piano lacado para la consola que luce tan bien el primer día, pero que con los primeros usos demuestra una excesiva facilidad para mostrarse sucio y arañado. El resto de molduras del habitáculo ofrecen un motivo más vanguardista y un buen acabado en casi todas sus piezas, casi todas porque existen algunos plásticos cuyos crujidos y tacto no termina de convencer para una berlina de este porte que supera los 60.000 euros.
El apartado de infoentretenimiento merece un análisis especial. Todo fabricante que se precie está invirtiendo escandalosas cantidades en recursos y personal para ofrecer a sus clientes una experiencia de uso de primer nivel. En el Mercedes Clase E esto se ha conseguido, y con creces. El entorno gráfico se muestra atractivo, fluido y repleto de funciones, realmente el Clase E permite configurar un sinfín de elementos, desde el color de la iluminación ambiental del habitáculo hasta los asistentes de seguridad, pasando cómo no por navegación, multimedia, etc. Puedes pasarte horas navegando por los menús para conseguir explorar todo el potencial que posee. Además desde el sistema de infoentretenimiento se gestiona la interfaz del cuadro de instrumentos digital, pudiendo escoger hasta 3 diseños diferentes para el cuadro, desde el más clásico al más deportivo, pasando por un diseño más gráfico donde desaparecen los clásicos relojes duales.
El sistema de control es quizás el punto más discutible de todo el conjunto, el mando que emplea Mercedes (COMAND Controller) cuenta con botones físicos, táctiles, giratorios y hasta reconocimiento de gestos. Esta abrumadora capacidad de manejo puede llegar a ser contraproducente ya que en lugar de facilitar las funciones, consigue el efecto contrario, especialmente en personas no familiarizadas con el amplio abanico de posibilidades de un sistema como el Mercedes COMAND. En el volante nos encontramos con la misma sensación al manejar sus mandos táctiles, mandos que requieren de cierto periodo de adaptación para navegar por las funciones del cuadro de instrumentos. Una vez cogido el truco a todo el entorno, la experiencia de uso es muy buena, pero tendremos que invertir cierto tiempo para hacernos con el control de los sistemas de infoentretenimiento.
El punto más importante donde el Mercedes Clase E ha conseguido dar un salto de envergadura es en asistencias a la conducción y sistemas de seguridad, destacando el sistema de conducción semiautónoma Drive Pilot con asistencia sobre la dirección y cambio de carril automatizado, el Head-Up Display y la iluminación adaptativa Multibeam LED. Los 3 sistemas son opcionales en el Mercedes Clase E, pero a todas luces son las mejores funciones que puede equipar la Clase E y de los mejores sistemas que se pueden instalar en un vehículo a día de hoy. En este punto cabe destacar que el precio de partida de la unidad que hemos probado es de 51.525 euros, pero a poco que naveguemos por el extenso catálogo de opcionales podemos superar fácilmente los 60.000 euros.
Nuestra unidad de pruebas correspondía a la especificación 220d. Esta denominación cuenta con un motor turbodiésel de nueva generación de 2 litros con 194 CV de potencia máxima a 3.800 rpm y 400 Nm de par máxima desde 1.600 rpm. Este motor está asociado obligatoriamente al cambio automático de 9 relaciones por convertidor de par 9G-Tronic. El conjunto es una apuesta por el confort y la eficiencia, pudiendo aún así seleccionar diferentes modos de conducción para alterar la respuesta del grupo motopropulsor: Eco, Confort, Sport, Sport+ e Individual. Esta nueva generación de propulsores de 2 litros sustituyen al veterano 2.1, aún así comparten el grueso de sus características de funcionamiento a excepción del consumo de carburante que se ha rebajado hasta los 6,1 l/100 Km reales de media a lo largo de un recorrido de 1.600 Km con un 30% en ciudad y 60% en autovía.
El Mercedes Clase E 220d se ha destapado como un rutero nato, con capacidad de sobra para devorar kilómetros y afrontar todo tipo de carreteras sin inmutarse. El cambio automático trabaja de forma satisfactoria y sabe acomodar la relación adecuada según exijamos al propulsor, sin titubeos o tiempos muertos. Es un propulsor que podemos catalogar como eficiente en términos generales, ofreciendo en todo momento capacidad de sobra para mover con bastante soltura la carrocería con todas sus plazas ocupadas. Cómo único punto a mejorar encontramos una sonoridad elevada en frío, percibida en mayor grado en el exterior, pero que resta refinamiento al conjunto.
En definitiva el Mercedes Clase E ha conseguido cumplir con la receta que prometió. Su esencia se mantiene intacta, algo que valoraran muy positivamente los clientes incondicionales de la firma, pero aún así ha sabido evolucionar e integrar las últimas tecnologías y tendencias en diseño sin caer en la ruptura. La competencia en el segmento es feroz con un BMW Serie 5 recién estrenado y un Audi A6 que está a la vuelta de la esquina, aún así el Mercedes Clase E sigue fiel a su espíritu y se mantiene como un referente en el segmento.