No es la del MINI Clubman John Cooper Works una prueba al uso puesto que está a medio camino entre la ‘review’ de un coche y una pequeña guía de viaje. Aprovechando la época estival hemos querido ponerlo a prueba en uno de los rincones con más encanto del sur de España: la Alpujarra de Granada. Hemos recorrido sus pueblos blancos encastrados en la montaña con un modelo que, probablemente, no es el que más piropos ha recibido de los amantes de MINI… pero que puede presumir de tener personalidad y practicidad. Si a eso añadimos el picante de JCW, nos encontramos al mando de un coche potente y ágil con el que es sencillo disfrutar.
Antes de pasar a la acción es necesario hacer las pertinentes presentaciones. La parte granadina de La Alpujarra se encuentra en la ladera sur de Sierra Nevada: nuestro recorrido comienza a los pies del Veleta y el Mulhacén. Nos espera una carretera de montaña, la A-4132, no apta para todos los públicos: aunque presenta muy buenas condiciones, está plagada de curvas, es revirada, serpentea y en ocasiones hay que templar los pedales para que los vehículos que circulan por el carril contrario no nos den un susto. Se necesita, por lo tanto, práctica al volante y una buena dosis de precaución para evitar riesgos innecesarios.
MINI Clubman
A ella añadimos la A-4129, que conecta Capileira (nuestra base de operaciones) con Bubión y Pampaneira, la A-348 que lleva hasta Lanjarón… y un bonus extra del que os hablaremos al final de nuestra prueba-guía de viajes.
Capileira y un motor de 306 CV
Y ya que nos estamos conociendo en profundidad, centramos la atención en el motor del MINI Clubman JCW que tenemos entre manos. Hablar de él es hacerlo del modelo más potente de la marca, un título que comparte con el MINI Countryman JCW. Está impulsado por un 2.0 turbo de cuatro cilindros turbo que entrega 306 CV (73 CV más que su predecesor) y 450 Nm de par máximo. Su pareja de baile es un cambio automático Steptronic con convertidor de par de ocho relaciones y la tracción integral ALL4.
Impulsados por sus algo más de 300 CV llegamos a Capileira, un pueblo ubicado a 1.436 metros. Allí, en el recomendable Hotel Rural Real Poqueira, establecemos nuestra base de operaciones. Si os dejáis caer por este pueblo hay algo que no os podéis perder: sus miradores donde se mezclan los clásicos tinaos de la zona (tejados con chimeneas que parecen estar vestidas con sombrero) y sus fuentes con agua de manantial.
Otras posibles paradas son la iglesia de Santa María de la Cabeza, la Plaza del Calvario o la casa del escritor Pedro Antonio de Alarcón donde se puede apreciar el pasado de la vida en esta zona. Y, por cierto, no os olvidéis de probar su gastronomía típica: el plato alpujarreño de ‘El corral del castaño’ os dará la fuerza necesaria para seguir con nuestra ruta.
Bubión y un cambio automático con espíritu manual
Es momento, ahora, de examinar la transmisión automática del MINI Clubman JCW que puede actuar de manera automática o manual. En la primera posición, las seis primeras marchas son un poco más cortas para fomentar esa sensación de empuje que, eso sí, a veces puede resultar incómoda cuando estás dibujando una carretera de montaña como la de nuestro recorrido. No obstante, su funcionamiento es rápido y eficaz. Si optamos por manejar el cambio del Clubman JCW con las levas ubicadas detrás del volante comprobaremos que la transmisión es mucho más permisiva.
En esta segunda parada llegamos a Bubión, un pequeño pueblo donde se aprecia a la perfección la herencia de la arquitectura bereber que supo adaptarse al terreno. O lo que es lo mismo: te invitamos a perderte por sus estrechas calles, a subir y bajar sus cuestas… No te pierdas los lavaderos que han resistido al paso del tiempo, el estilo mudéjar de la iglesia de la Virgen del Rosario, la ermita de San Sebastián o su Castañar Centenario.
Pampaneira con tracción a las cuatro ruedas
El carácter equilibrado que muestra el MINI Clubman JCW en nuestro recorrido es consecuencia de dos elementos: el diferencial mecánico del eje delantero y el reparto de par variable de la tracción integral. Esta característica tiene su cara y su cruz: por un lado tenemos un compacto perfecto para el día a día y por otro… pierde picante cuando queremos disfrutar de una conducción más deportiva. En carreteras serpenteantes como la de La Alpujarra se muestra menos alegre y menos vivo.
Y así llegamos a Pampaneira: junto a Capileira es uno de los pueblos más turísticos de la zona. Paseamos por la calle Verónica, característica por la acequia que atraviesa su parte central, y por el paseo Federico García Lorca para contemplar la panorámica del Barranco de Poqueira. No nos olvidamos de la Plaza de la Libertad o de ‘La Chumpaneira’, una fuente con poderes mágicos que no os desvelaremos por si decidís pasaros por allí.
Los jamones de Trévelez y el carácter del MINI Clubman JCW
Trévelez es una pequeña localidad que cuenta con una población de apenas 800 personas que viven a 1.476 metros de altitud. O lo que es lo mismo: habitan el segundo pueblo más alto de la Península Ibérica, famoso por sus jamones que cuentan con su propia denominación de origen y que convirtieron a este lugar en abastecedor de la Casa Real cuando Isabel II ostentaba la corona. Al recorrer su plaza o sus calles es fácil cruzarse con numerosos secaderos que aprovechan el aire de Sierra Nevada para curar este alimento de forma natural.
Este es el punto más retirado de nuestra ruta así que hemos tenido tiempo de comprobar el carácter que tiene el MINI Clubman JCW. El compacto británico ha mejorado su firmeza pero, a cambio, a veces le notamos algo pesado y espeso (no olvidemos sus 1.625 kilos). No obstante, su dirección guía de forma precisa y en las curvas no abandona la trazada saliendo de ellas con agarre aunque, eso sí, asoma un ligero subviraje en las carreteras más exigentes. Los frenos, por su parte, han crecido en tamaño y eso mejora sus capacidades en esta maniobra.
La sensación general que transmite es la de un coche noble y equilibrado: como os decíamos antes, sirve tanto para enfrentarse a la rutina como para salirse de ella. Eso sí, cuando optéis por esto último comprobareis la cara B de esta conducción más activa: el consumo. Por la autovía registramos un consumo medio de 9,5 l/100 km (la cifra oficial es de 8,1 l/100 km), pero cuando llegan las curvas los números se dispararán, a veces, sin mucha compasión.
Pórtugos y el modo Sport
Si hacemos referencia a ese doble carácter no podemos pasar por alto los modos de conducción del MINI Clubman JCW: el Mid o el Green están pensados para el día a día mientras que el Sport es el encargado de poner sabor al compacto británico. Al darle paso notamos que dibujamos las curvas sin perder rueda e, incluso, arañando décimas a nuestro tiempo de viaje. Te da la posibilidad de divertirte aunque la pérdida de nervio es evidente. Es menos emocionante y menos agresivo que, por ejemplo, el MINI Cooper S.
Ese picante contrasta con la tranquilidad de Pórtugos. Un pueblecito con casas blancas cuajadas de coloridas plantas en el que todo el mundo destacaría el mismo punto de interés: la Fuente Agria. Lo cierto es que su nombre no deja mucho lugar para las dudas: ese es el sabor del agua que sale de ella y que, según dicen, tiene propiedades minero-medicinales debido a su composición química, física y físico-química. Teniendo en cuenta que la salud nos acompaña, nos ahorramos el trago… nunca mejor dicho.
Soportújar, sus brujas y el interior del MINI Clubman JCW
Terminamos nuestra particular prueba repasando el interior del MINI Clubman JCW. El puesto de conducción mantiene la esencia de la marca: frente a nosotros un pequeño cuadro de instrumento digital (sobrecargado, a veces, de información), un head-up display y un volante multifunción con costuras en contraste. A mano derecha la clásica circunferencia de MINI que, en este caso, aloja una pantalla de 8,8 pulgadas que podemos manejar con el mando iDrive y, debajo, los botones físicos para los ajustes más habituales.
Mención aparte merecen los asientos deportivos del conductor y su acompañante: a pesar de que en el del copiloto no conseguimos la postura ideal, en el del piloto la adaptación fue de lo más natural y cómoda. Su forma nos recoge perfectamente y aunque es algo duro, no resulta incómodo con el paso de los kilómetros.
La fila trasera ofrece espacio de sobra para las piernas y un hueco algo más justo para la cabeza. El acceso es cómodo, pero sí es aconsejable que sea ocupada por dos personas en lugar de tres. La capacidad del maletero es de 360 litros para un espacio con formas completamente cuadradas que facilita mucho la carga del equipaje.
No hay mucho más misterio en el interior del MINI Clubman JCW… al contrario que en nuestra última parada: Soportújar, conocido como el pueblo de las brujas. Sus calles están plagadas de guiños a estos personajes: desde la casa de Hansel y Gretel hasta escobas gigantes pasando por arañas, serpientes e, incluso, algún dragón que guarda celoso el agua de su fuente. Aunque, sin duda alguna, la más famosa del lugar es la Bruja Baba Yaga: además de vivir allí, es la encargada de recibir a todo aquel que visita el lugar después de haber pasado por la Cueva del Ojo de Bruja.
Por cierto, no os vayáis sin pasar por la calle Zanjilla (una de las más estrechas de España) y sin visitar O Sel Ling. Se trata de un centro budista que está en las inmediaciones del pueblo y que contrasta con el ambiente mágico de Soportújar. Abre al público por las tardes y aunque llegar no es fácil porque hay partes del camino que son complicadas, merece la pena la posibilidad de acercarse a esta religión.
Bonus extra: la carretera de Sierra Nevada
Cuando hemos empezado este híbrido entre prueba y guía de viajes os avanzábamos que habría un bonus extra: se trata de la carretera que asciende desde Granada hasta Sierra Nevada. La A-395 es la más alta de toda Europa y cuenta con el puerto de montaña de mayor latitud del ‘Viejo Continente’ (3.367 metros): razones por las que es sencillo encontrar modelos completamente camuflados que están siendo sometidos al pertinente rodaje. Siempre es divertido jugar a adivinar de qué vehículo se trata.
Curiosidades de los ‘petrolhead’ aparte, esta carretera de montaña no sólo ofrece un recorrido plagado de curvas que pondrá a prueba tus maneras al volante hasta alcanzar Pradollano (el centro neurálgico de la estación de esquí) o la Hoya de la Mora, también te regalará un bello paisaje que se puede contemplar desde sus numerosos miradores… tanto en verano como en invierno. ¡Disfruta y feliz viaje!