Nos hemos desplazado a Niza para hacer la primera prueba del nuevo Ford Focus, un coche que se presenta con un nivel de equipamiento notable y un chasis soberbio que me ha enamorado al volante. Posiblemente el nuevo Ford Focus es el mejor coche que haya hecho Ford hasta la fecha pero ¿es eso suficiente?
El Ford Focus sale al mercado con grandes virtudes, pero habrá de enfrentarse a dos importantes problemas: la competencia feroz del segmento de los compactos y la fuga de ventas hacia el formato SUV. El Focus cuenta con elementos objetivos más que suficientes para volver a posicionarse como uno de los líderes del segmento, pero tengo algunas dudas de que sea un coche suficientemente especial y atractivo.
Ford Focus
Vamos a verlo con todo detalle.
Ford Focus: diseño y calidades
La cuarta generación del Focus es un coche totalmente nuevo. Su diseño tiene un aire de familia con la generación anterior, al tiempo que se moderniza notablemente y se afina para lograr un coeficiente aerodinámico Cx de 0,273, una cifra impresionante para un coche con esta forma exterior, que se traducirá en consumos, prestaciones y sonoridad mejoradas.
El nuevo Focus gana mucho en habitabilidad, sobre todo en las plazas traseras donde sobra espacio longitudinal, anchura para 3 pasajeros y altura al techo, si bien su maletero se queda en unos suficientes 375 litros, algo limitado por la suspensión independiente del eje trasero que se incorpora en los motores a partir de 150 CV, pero similar a sus principales rivales. El familiar llega a 608 litros, una cifra sobresaliente y acorde con los mejores estándares del segmento.
En directo es un coche moderno, de aspecto dinámico y cuyas superficies están llenas de curvas y matices pero, personalmente, no me parece un coche “especial” sino un compacto más. Lo cierto es que este segmento, en general, se caracteriza por jugar con estéticas para no disgustar a nadie (con muy contadas excepciones).
En el interior sucede algo parecido. El cuadro de mandos de relojes clásicos podría pertenecer a la generación anterior y el salpicadero, presidido por una gran pantalla central, está bien resuelto pero se queda lejos de ser innovador.
En ajustes y acabados, salvando una cierta holgura en la consola central que pudimos apreciar en algunas unidades pero no en todas, todo está muy bien ensamblado sin crujidos ni desajustes, aunque los colores y materiales empleados no destacan. Todo es gris oscuro y los plásticos están en la media del segmento, sin llamar la atención para bien o para mal.
Es extraño que el botón de Start-Stop se encuentra en una posición bastante escondida y tiene una orientación hacia el volante que lo hace algo incómodo de pulsar. Nada grave.
Mi sensación después de haberlo visto y probado en versiones compacto y familiar es que es un coche que no va a girar cabezas por la calle, sino que pasará desapercibido desde el primer minuto. Personalmente, esperaría un punto más vanguardista o más diferenciado, pero estoy seguro de que gustará a muchos miles de usuarios precisamente por eso. Ahí están las fotos, cada uno se puede hacer una idea.
Ford Focus: tacto de conducción
Llegamos aquí a uno de los puntos fuertes del coche, el que para mí es el aspecto más destacado de este nuevo modelo: el tacto de conducción.
Desde la primera generación, el Focus se ha caracterizado por romper las reglas de lo que se considera un comportamiento adecuado para un compacto y, a lo largo de los años, ha permanecido a la vanguardia por sus cualidades dinámicas.
Tanto en acabado ST-Line con suspensión levemente rebajada y más deportiva como en acabados Titanium o Vignale, con un punto más de confort, goza de un comportamiento sobresaliente. La versión Active no estaba disponible para la prueba, pero tengo bastante confianza en que sus 3 centímetros adicionales respecto a Titanium y Vignale o 4 frente a ST-Line no estropearán demasiado este excelente tacto de conducción.
La suspensión alcanza un equilibrio perfecto entre firmeza para sujetar muy bien el coche en las curvas y suavidad para filtrar las arrugas del asfalto. Es muy notable el nivel de comodidad y silencio de marcha que se alcanza y, al mismo tiempo, parece mentira lo bien que va en curvas de todo tipo.
La dirección termina de redondear el producto, con un tacto suave, comunicativo y con un ratio en el punto justo entre directa y fácil de llevar. En curvas enlazadas es uno de esos coches que te sacan una sonrisa rápidamente y te hacen disfrutar al volante, incluso regulando con el acelerador la trayectoria marcada.
Como guinda del pastel, el cambio manual es delicioso, al igual que el tacto de los pedales con una frenada potente y progresiva, con un recorrido y resistencia del pedal para mi gusto perfectos. En la unidad diésel había un problema con un disco de freno, pero en las demás que he probado ese problema no se reproducía con lo cual lo interpreto como un fallo puntual.
Ford Focus: motores disponibles
Hemos podido probar el Focus en dos combinaciones: con motor EcoBlue diésel de 1.5 litros y 120 CV con el nuevo cambio automático de 8 relaciones y acabado Titanium (suspensión normal) y también con motor EcoBoost de gasolina, también de 1.5 litros y 182 CV en acabado ST-Line (suspensión deportiva).
Vamos a analizarlos por separado.
Comenzando por el diésel EcoBlue 1.5 de 120 CV, hay que entenderlo como un motor tranquilo y de alta eficiencia con el que buscar en todo momento un rodar suave y consumos ridículos. Si buscamos prestaciones, mejor mirar algo más arriba.
El cambio automático es de tipo convertidor de par con 8 marchas. Se trata de un desarrollo propio de Ford que funciona bastante bien pero tal vez no esté a la altura de lo mejor de la competencia en rapidez a la hora de circular con el programa deportivo, o al menos esa sensación me ha dado en el motor diésel.
En condiciones normales es un cambio suave y agradable, con una selección acertada de las marchas en cualquiera de los modos Eco, Normal y Sport. El manejo con las levas del volante es suficientemente rápido y me parece una opción recomendable para el conductor medio, sobre todo si pasa mucho tiempo en ciudad.
A partir de aquí, cabe señalar dos fallos menores: por un lado, tiende a empujar ligeramente el coche cuando estamos parados con el freno pisado y hay que hundir un poco el pie en el pedal de freno. Este comportamiento podría estar relacionado con el fallo en el freno que detectamos en la unidad diésel, que también obligaba a pisar bastante fuerte el pedal. Por otro lado, en modo Sport pierde parte de ese refinamiento y se hace algo brusco en conducción decidida.
También es curiosa la ruleta de selección que sustituye a la clásica palanca para cambiar de marchas. Está bien hecha y te acostumbras rápidamente a ella, pero tal vez resulte más intuitivo el manejo de una palanca para avanzar y retroceder que un mando circular.
El segundo motor que hemos podido probar es el nuevo 1.5 EcoBoost de 182 CV, que sería el tope de gama en el momento del lanzamiento. Tenía grandes expectativas con este motor, pero no acaba de ser todo lo que me esperaba. Me explico.
Este propulsor es suave y silencioso, imperceptible al ralentí y con un sonido de baja intensidad a cualquier régimen que sólo invade el habitáculo en la zona alta del cuentavueltas, y lo hace con el característico ronquido de un tres cilindros, en este caso con un agradable toque «racing». El resto del tiempo se diría que son 4 cilindros, la verdad.
Sobre el papel el nivel de prestaciones es notable, pero en conducción normal no parece que el coche disponga de este nivel de potencia y de ahí mi ligera decepción. A pesar de tratarse de un motor turboalimentado, a bajas revoluciones me ha hecho dudar si se trataba de la versión inferior con 150 CV o incluso el 1.0 con 125 CV.
Sólo a partir de unas 4.500 rpm es cuando comienza a despertar, pero incluso entonces lo hace de forma tan gradual que no nos pega al asiento en ningún momento. La potencia está, pero está tan arriba que la mayoría de conductores no sé si llegarán a encontrarla alguna vez.
Para que el coche se sienta rápido hay que llevarlo en marchas muy cortas, exprimiendo la mecánica y flirteando con el corte de inyección, pero el resto del tiempo es un motor suave, progresivo y más bien tranquilo. Tengo la sensación de que los consumos y emisiones gobiernan con mano firme su mapa de inyección.
En definitiva, tiene ese punto deportivo de motor puntiagudo que, combinado con el chasis, nos hará disfrutar al volante, pero en recuperaciones desde abajo (que es con lo que conducimos habitualmente) le falta algo de musculatura.
Ford Focus: novedades y equipamiento destacado
El principal argumento de ventas de Ford con su nuevo Focus es la incorporación de equipamiento tecnológico inédito en la marca y pionero en la categoría. Creo que es importante destacarlo, porque es cierto que incorpora todo lo conocido y más, alcanzando un nivel de autonomía 2 en la famosa escala de 5 pasos hasta la autonomía completa. Es el máximo legal permitido a día de hoy.
El control de crucero adaptativo (ACC) es capaz de leer y adaptarse a las señales, mantener distancia con el coche precedente, asistirnos en atascos de arranque-parada (función stop&go) y lleva una función de centrado en el carril que nos quitará gran parte del cansancio de conducir por autopista. Muy bien.
Otro elemento notable es el aparcamiento 100% autónomo en las versiones automáticas, en las que el conductor sólo tiene que mantener pulsado un botón mientras el coche maniobra totalmente solo. Con cambio manual habrá que insertar primera y marcha atrás cuando el coche nos lo indique, manejando los pedales inevitablemente.
Otro elemento notable de seguridad son los faros predictivos, capaces de adelantarse a las curvas, leer e interpretar señales de tráfico y ajustar el haz de luz a cada circunstancia, pudiendo circular con luces largas sin deslumbrar al resto de conductores. No hemos podido probarlos, pero tienen una pinta excelente.
Por lo demás, el sistema Sync 3 de Ford nos ofrece una conectividad sencilla y total con nuestro teléfono móvil (Apple Car Play + Android Auto), y añade una app que nos permite conectarnos al coche desde fuera y realizar acciones como ponerlo en marcha (con cambio automático) para que empiece a funcionar la climatización, minutos antes de llegar al coche.
Muchas de estas funciones son realmente pioneras en el segmento de los compactos, como lo es el sistema de amortiguación activa que detecta los baches e impide que la rueda se descuelgue dentro de ellos eliminando el impacto con la salida del agujero y mejorando el confort. No he tenido la suerte de probarlo, al no coincidir en las unidades que conduje.
El Head-up display aporta información y mejora la seguridad al no tener que apartar la vista del asfalto, a la vez que reduce el cansancio al no tener que reenfocar tantas veces ni tan cerca la vista. Es muy completo y totalmente configurable con la información que queramos tener a la vista.
Precios del nuevo Ford Focus
La lista de versiones tiene más de 60 combinaciones de motores, acabados y cambios, así que te recomendamos ver aquí los precios actualizados del Ford Focus.
A modo orientativo dentro del bosque de versiones, cabe decir que el precio de partida para el modelo básico Trend con motor 1.0 EcoBoost de 100 CV y cambio manual parte desde los 19.575 €.
La versión más cara en el momento de lanzamiento sería el SportBreak Vignale con motor EcoBlue de 150 CV y cambio automático de 8 relaciones, por 32.725 €.
Estos son los precios oficiales sin descuento, que lógicamente tendrán que ajustarse en el momento de salir a la venta al menos con mínimas promociones de concesionario.
La carrocería 5 puertas ya está a la venta, mientras que la versión SportBreak llegará a España justo después del verano.
Conclusiones
El nuevo Ford Focus es un coche técnicamente brillante, tanto por su calidad de rodadura y comportamiento dinámico como por su nivel tecnológico general. Me parece una opción recomendable, una propuesta práctica y razonable para viajar con comodidad, seguridad y disfrutando al volante como pocos coches nos harán disfrutar… pero no estoy seguro de que todo eso, que es mucho, sea suficiente.
El problema es que hoy en día muchos compradores quieren algo más, un coche especial y diferente con el que sentirse identificados.
Entiendo que las diferentes personalidades de las 4 versiones disponibles están pensadas para encajar al máximo con esa imagen que quiere proyectar su comprador, pero la diferenciación que ofrecen no puede ser muy grande por razones de costes y fabricación (sobre todo en el interior) y toda esa paleta de colores no termina de alejar al Focus del coche algo “gris” que no debería ser.
Jugando con esas cartas tengo dudas de que pueda detener la fuga de ventas hacia un segmento SUV con mayores consumos, peor comportamiento, menores prestaciones, pero también con ese sex-appeal que entra por los ojos y que los compactos deberían ofrecer cuanto antes en grandes cantidades. Ni siquiera el Active llega a ese nivel, a mi entender.
El Focus lo intenta y lo consigue sobre el papel, pero la balanza de la compra se inclina muchas veces por factores emocionales que un Volkswagen Golf o un SEAT Ateca, por razones distintas, me temo que van a seguir satisfaciendo un poco mejor aunque no sean necesariamente mejores coches que este.