En plena fiebre SUV parece que la berlina tradicional está condenada, y aunque ciertamente se han reducido sus ventas, no es menos cierto que este tipo de coches siguen teniendo gran peso a nivel de ventas. De este modo, hoy ponemos a prueba una de las berlina más vendida en España, el Opel Insignia, concretamente en su versión diésel de 136 CV para descubrir qué esconde el Opel Insignia para ser uno de los favoritos del público.
En 2017 el Opel Insignia consiguió vender 7.095 unidades en España, convirtiéndose en una de las berlina más vendidas de su segmento. En lo que va de 2018 se mantiene esta tendencia gracias a su renovación, demostrando una consolidación total que han convertido al Insignia en el enemigo a batir para modelos como el Volkswagen Passat, el Ford Mondeo o el nuevo Peugeot 508.
Con la llegada de su última generación el Opel Insignia se reinventó por completo para reafirmar su posición, un cambio que se centró en mejorar la dinámica del vehículo, la calidad de su interior y las posibilidades a nivel de equipamiento. La receta era la acertada y en la línea de todos sus rivales, por lo que el Insignia creció hasta los 4,9 metros para convertirse en una enorme berlina que presume de mucho confort y un enorme maletero de 490 litros. Sí, a nivel de diseño nos encontramos con una estética elegante, incluso deportiva a través de la caída de su portón, pero nada de ello camufla su gran envergadura que incluso lo colocan muy cerca del segmento superior.
Motor y consumos del Opel Insignia
Nuestra unidad de pruebas instala el motor 1.6 CDTI de 136 CV de potencia máxima, un motor todavía 100% Opel, asociado a un cambio automático por convertidor de par de 6 relaciones y con tracción delantera. Hablamos de una configuración pensada por y para una conducción relajada, sin grandes pretensiones en tanto a prestaciones, pero sí con la idea de devorar kilómetros con un consumo muy ajustado. Durante nuestra prueba el consumo medio real quedó en 5,6 l/100 Km a lo largo de 1.700 kilómetros con un mix 70/30 autovía y ciudad respectivamente. Una cifra bastante buena que convierten al Insignia en un perfecto rutero.
Aún así, es justo subrayar que este motor se queda algo justo para mover con agilidad al Opel Insignia cuando queremos circular de forma alegre o con más pasajeros y/o equipaje. El cambio automático es otro punto que no ha terminado de convencernos en esta versión, pues aunque en condiciones normales trabaja de forma correcta y se muestra eficiente, echamos de menos una mayor suavidad y una respuesta más rápida para la transmisión. No tenemos dudas, este Insignia está diseñado para ser el rey en autopistas y así nos encontramos con un conjunto que aprueba como rutero tranquilo, pero si el presupuesto lo permite no deberíamos descartar la posibilidad de de dar el salto hacia el motor 2.0 CDTI de 170 CV que además va asociado a un más sofisticado cambio automático de 8 relaciones.
Así es el Insignia de puertas hacia dentro
En el habitáculo del Opel Insignia se respira un ambiente de calidad, posiblemente uno de los interiores más conseguidos de su categoría gracias al uso de buenos materiales, grandes posibilidades en equipamiento y buenos ajustes. Opel ha cuidado con bastante buen tino la calidad percibida en el interior del Insignia, tanto a la vista como al tacto, pero también ha conseguido un buen aislamiento del exterior que sólo se ve perturbado en ciertos momentos por las vibraciones del motor diésel a ralentí. Nuestra unidad se beneficiaba además de la suspensión adaptativa, sistema que permite hasta 3 perfiles de conducción diferentes y que muestran de forma notable cambios en el comportamiento del vehículo en tanto a la dureza o el filtrado de amortiguadores. También se ha cuidado las posibilidades en tanto a equipamiento, otro de los grandes puntos fuertes del Insignia, encontrando unos magníficos asientos con masaje, calefacción, ventilación y múltiples reglajes eléctricos certificados por AGR, volante calefactable, control de crucero adaptativo, faros LED adaptativos de impecable funcionamiento, asistente para el mantenimiento de carril, avisador de objeto en ángulo muerto, etc.
En definitiva el Opel Insignia defiende una receta donde prima el confort, la calidad y la sobriedad, con un un resultado bastante satisfactorio en todos esos apartados que le permiten seguir siendo un candidato obligado a considerar si quieres llevar a tu garaje una berlina. La llegada del Peugeot 508 con más diseño y deportividad han supuesto una revolución, sin embargo los verdaderos enemigos del Insignia son Mondeo y Passat con los que comparte un planteamiento más clásico. El Opel Insignia está a la venta desde 25.005 euros (ver ofertas del Opel Insignia).