El futuro de los coches de altas prestaciones, nos guste o no, está en entredicho. Las normativas anticontaminación no tienen piedad con los coches divertidos, incorrectos e ineficientes, desgraciadamente. Estamos asistiendo a una extinción masiva de coches deportivos, pero puede que haya luz al final del túnel. Esa luz son los híbridos enchufables deportivos, coches que prometen combinar prestaciones, eficiencia y diversión al volante. Coches como el Peugeot 508 PSE. ¿Será capaz de convencer a un petrolhead de pura cepa?
PSE significa Peugeot Sport Engineered, y es el apellido que los deportivos de Peugeot tendrán a partir de ahora. Hay grandes posibilidades de que las siglas GTi jamás vuelvan al portón trasero de un Peugeot, ya que el futuro se presenta de una forma muy diferente. Los coches ligeros, asequibles y animados exclusivamente por motores potentes de combustión interna dejan paso a los híbridos enchufables. Pero Peugeot quiere que nos sigamos emocionando al volante, y para ello, nos presentan una berlina deportiva de 360 CV y aspecto sencillamente escultural.
Peugeot 508
Antes de entrar en harina, quiero hacer una breve reflexión sobre el diseño del Peugeot 508 PSE. Personalmente, creo que Peugeot se encuentra en una era dorada en lo que a diseño se refiere, y el coche que mejor lo representa es el Peugeot 508. Las siglas PSE aportan al precioso 508 la agresividad que podíamos echar en falta en sus versiones GT Line. Los GT Line se muestran en cierto modo comedidos, pero los 508 PSE enseñan sus garras sin avergonzarse. Lo hacen con multitud de detalles específicos de diseño, que en conjunto, marcan claramente la diferencia.
Para empezar, el color «Gris Selenium» de la unidad de pruebas es exclusivo de los PSE. También lo son sus llantas negras de 20 pulgadas y diseño aerodinámico, envueltas en neumáticos Michelin Pilot Sport 4S. Su calandra pasa a ser de color negro, cuajada de lamas de diseño agresivo. Un diseño agresivo patente en su paragolpes específico, en el que destacan tanto los labios aerodinámicos inferiores como los acentos en color «verde kryptonita». Tres barras diagonales, símbolo de Peugeot Sport Engineered, pueden encontrarse en el capó, pilar C y emblema trasero.
El «verde kryptonita» también se encuentra en los labios aerodinámicos, de forma más sutil, y en las pinzas de freno, de las que os hablaremos algo más tarde. En la zaga contamos con un difusor de color negro y dos colas de escape muy reales. El color negro une ambas ópticas traseras y está igualmente, presente en los marcos de las ventanillas o espejos retrovisores. El interior es quizá la zona donde hay menos cambios: más allá de los paspuntados o las grafías de la instrumentación i-Cockpit, bien podría pasar por el de un 508 GT Line.
Antes de probarlo, el coche ya nos ha dejado noqueados a nivel estético. Solo un Volvo V60 Polestar Engineered podría aguantarle la mirada, y es una apreciación realmente subjetiva.
360 CV híbridos para el Peugeot de producción más potente de la historia
A nivel técnico, el Peugeot 508 PSE es un híbrido enchufable que toma como punto de partida, la mecánica enchufable de los Peugeot 3008 Hybrid4. Hasta la fecha, la versión híbrida enchufable del Peugeot 508 contaba únicamente con un motor eléctrico y dos ruedas motrices. En el Peugeot 508 PSE contamos con un motor eléctrico delantero – situado entre el motor térmico y la caja de cambios e-EAT8 – de 110 CV y un motor eléctrico trasero, sin conexión con el eje delantero, de 113 CV. El motor térmico es un probadísimo 1.6 PureTech de gasolina y 200 CV de potencia.
En conjunto, este coche desarrolla 360 CV y 520 Nm de par motor máximo. Cuenta con tracción total y es capaz de hacer el 0 a 100 km/h en solo 5,2 segundos, con una velocidad punta de 250 km/h. La batería del sistema híbrido enchufable tiene 11,8 kWh de capacidad bruta, y permite una autonomía eléctrica modesta, de 42 km. Aunque por los pelos, este coche cuenta con etiqueta CERO de la DGT y unas emisiones homologadas de 46 g/km de CO2. El cargador de a bordo permite 7,4 kW de potencia de carga opcional, siendo 3,7 kW su potencia de carga de serie.
A nivel de tren de rodaje, el Peugeot 508 PSE tiene una puesta a punto específica, con suspensión adaptativa y una altura al suelo inferior – 10 mm en el eje delantero y 1 mm en el eje trasero. Además de sus neumáticos de medidas 245/35 ZR20, el ancho de vías crece 24 mm en el eje delantero y 12 mm en el posterior. El equipo de frenado ha sido reforzado, con pinzas delanteras de cuatro pistones y discos ventilados de 380 mm. Necesarios, ya que en vacío la berlina pesa 1.850 kilos, y el familiar marca 1.875 kilos en la báscula.
Al volante: una receta con margen de mejora
Lo que realmente queréis saber es cómo va el coche en conducción deportiva, por lo que os remitiré a las pruebas que ya tenemos de los Peugeot 508 para conocer cómo es su habitabilidad, calidades o funcionamiento del sistema de infotainment. Tras una salida del Circuito del Jarama con la batería cargada y el modo Hybrid activado, llego al inicio del tramo de curvas y activo el modo Sport. Sin contemplaciones, hundo el pedal derecho y sin apenas vacilación, el coche sale disparado hacia delante, combinando la fuerza de sus tres motores.
El coche gana velocidad con una facilidad pasmosa, y pronto me encuentro jugando con el límite de la legalidad. Lo primero que me llama la atención es el excelente tacto y peso de la dirección, que resulta mucho más comunicativa y precisa que en otros Peugeot 508. La puesta a punto de la suspensión resulta excelente: recuerdo que el 508 Hybrid de 225 CV era un coche relativamente blando y poco ágil, al contrario que el PSE. Los balanceos son mínimos y el peso del coche, cercano a las dos toneladas, está sorprendentemente bien camuflado.
Como es lógico, estamos ante un coche de casi 4,80 metros y un peso elevado. Hay ciertas inercias, pero solo se manifiestan en curvas muy cerradas, o al límite. En un tramo de curvas rápidas y buen firme, es un coche fulgurante. De hecho, en el modo Sport, con el ESP ligeramente relajado, la zaga del coche nos ayuda a redondear algunas curvas. El tacto de los Michelin Pilot Sport 4S ayuda, como es lógico, a este excelente paso por curva.Otro punto que quiero destacar es el tacto de la frenada, que suele ser antinatural y extraño en muchos híbridos.
En una conducción deportiva el mordiente de los frenos es incisivo y de nuevo, muy natural y dosificable. El tamaño de los frenos ha evitado el temido fading o calentamiento, al menos en esta toma de contacto. Hasta aquí podría parecer que el Peugeot 508 PSE es un coche dinámicamente perfecto… pero me temo que toca dar una de cal y otra de arena. Mi principal queja se debe al funcionamiento de la caja de cambios e-EAT8: es rápida para subir de marchas, pero no es rápida en reducciones. Y cuando la reducción tiene lugar, cuesta percibirla.
Sin embargo, mi principal queja es que no existe la posibilidad de fijar un modo manual en esta caja de cambios. Podemos cambiar de marchas usando las levas tras el volante, pero tras unos pocos segundos con la misma marcha engranada, el coche toma el control e introduce marchas más largas. Esto puede significar que entremos bastante «vendidos» en esa curva para la que estábamos manteniendo la segunda. El otro problema es la dosificación de la entrega de potencia de sus dos motores eléctricos, especialmente en una conducción en tramo.
Cuando han de entregar su potencia al completo no hay queja, pero cuando pedimos una potencia más modulada, entregan más o menos potencia de lo que esperamos, creando una sensación de conducción artificial. Otro efecto secundario de esto es que si soltamos el acelerador al completo después de acelerar a fondo, durante unos breves instantes seguimos teniendo empuje de los motores eléctricos, produciendo una desagradable sensación de descontrol durante esos pocos segundos. En resumen, conducir «fino» en un tramo de montaña resulta difícil.
En esta toma de contacto también pudimos conducir el coche durante tres vueltas en el Circuito del Jarama. A un ritmo modesto y con un Peugeot 508 Hybrid de 225 CV como «liebre», pudimos certificar las impresiones tomadas en los tramos de montaña, y los buenos mimbres con los que Peugeot Sport ha trabajado en su puesta a punto. No es un coche de circuito y la toma de contacto no tenía como objetivo explorar sus límites dinámicos. Para ello recurriremos a una prueba a fondo en nuestros tramos de montaña favoritos del norte peninsular.
Hay margen de mejora en este 508 PSE, pero con todo, he de confesar que esperaba encontrar un producto menos pulido. Como primer esfuerzo por parte de Peugeot Sport Engineered hemos de otorgarle un muy merecido «progresa adecuadamente». Cuando Peugeot pula el comportamiento de la caja de cambios y modifique la entrega de potencia de los motores eléctricos, será un coche casi redondo.
Ya a la venta desde 64.200 euros
Los Peugeot 508 PSE ya están a la venta en la red de concesionarios de Peugeot. No están disponibles en todos los concesionarios: la comercialización arranca en los 14 concesionarios designados como PSE Expert Center por la filial española de la marca. El precio del Peugeot 508 PSE es de 64.200 euros para la versión de cinco puertas, y crece hasta los 65.400 euros en la versión SW familiar. Es un precio elevado, pero es un coche auténticamente «full-equip», además de gozar de un nivel de prestaciones digno de alternativas premium.
La marca considera que sus rivales son coches con apellido AMG, M o RS. Aunque es más potente y rápido que coches como los BMW 330e o las versiones enchufables de los Mercedes Clase C o Volvo V60, no hace falta explicar que su orientación no es tan visceral ni purista como la de un BMW M3 o un Mercedes-AMG C 63. Es un coche con margen de mejora, pero es un coche muy interesante. Una de sus bazas es que llega muy pronto a un segmento en el que apenas hay alternativas – más allá de los Volvo V60 Polestar Engineered, considerablemente más caros y exclusivos.
Es ahora momento de ver si el mercado es capaz de entender al Peugeot 508 PSE, un anticipo de cómo serán los Peugeot más deportivos de esta década.