Pocos coches han generado tanta expectación como el retorno del Renault 5. En este artículo, y en el vídeo que lo acompaña vamos a enseñártelo en detalle, y lo vamos a probar, con un único objetivo en mente. Averiguar si es un coche tan prometedor como parece. Spoiler: habría que reescribir ese dicho que reza “segundas partes nunca fueron mejores”.
Diseño y posicionamiento del Renault 5
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Renault 5
Lo primero es lo primero. Este coche es un coche 100% eléctrico y es un utilitario del segmento B. Ni tiene ni tendrá versiones de combustión interna. No reemplaza al Renault Clio, pero sí al vetusto Renault Zoe. Mide 3,92 metros y solo se venderá en la carrocería de cinco puertas que estás viendo.
Fotos del Renault 5 2024 en Niza
Dimensiones Renault 5 | |
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Largo | 3,92 metros |
Ancho | 1,77 metros |
Alto | 1,60 metros |
Distancia entre ejes | 2.540 mm |
La principal arma del Renault 5 es su diseño. Es sencillamente precioso. Tiene toques retro, pero no abusa de ellos, y se siente moderno y futurista, sin dar la espalda a su pasado. La mirada del Renault 5 es retro y es futurista. Sus faros cuadrados evocan al Cinco original y al Supercinco, mientras que sus LED diurnos inferiores son un guiño al mundo de los rallys, y a modelos tan icónicos como los Renault 5 Maxi Turbo. Del frontal me gustaría destacar esta ventanita, donde podemos ver el estado de carga del vehículo mientras está enchufado, cuando abrimos una de sus puertas o cuando lo desbloqueamos. Un bonito guiño a la toma de aire del capó de los Cinco originales.
Su lateral tiene muchas líneas rectas, un claro aire al Supercinco y detalles como unos pasos de rueda, o una línea de techo de color rojo inspirados en el primer Renault 5 Turbo, el “culo gordo”. Sus llantas son siempre de 18 pulgadas y tienen diseños francamente logrados.
En la parte trasera, sus pilotos recuerdan al Supercinco, con una sencilla franja negra y un logotipo descentrado cerrando el conjunto. La personalización es clave en el Renault 5, y será posible aplicar diferentes vinilos decorativos en su techo o puertas.
Un interior sofisticado y neoretro
El interior del Renault 5 es la viva definición de ese palabro, “neoretro”. El salpicadero en doble altura es un claro guiño al 5 de 1972, con un tapizado acolchado similar al del clásico. Su instrumentación y pantalla central están agrupados en un clúster rectangular – otro detalle de inspiración setentera – y sus asientos, tapizados en denim hecho a partir de botellas recicladas, evocan a los asientos de un Renault 5 TX o un Copa. Su salpicadero está orientado al conductor y es voluminoso. En ese sentido, no se siente tan diáfano como alguno de sus rivales.
Aunque el Renault 5 es un utilitario del segmento B, es un coche eléctrico. Sus baterías son voluminosas y están bajo el habitáculo. Esto hace que su posición de conducción, ligeramente elevada (sin llegar a ser un SUV, ni mucho menos), nos obligue a llevar las piernas bastante estiradas. Los asientos y volante tienen buenas posibilidades de ajuste, y la visibilidad de las pantallas es correcta, al igual que la posición de los aireadores. No obstante, el tamaño de las ventanillas y el parabrisas son bastante discretos – al igual que la visibilidad hacia fuera.
Renault ha conservado mandos físicos en el volante y sus satélites, así como en su climatizador. Entre la consola central y el resto de huecos de almacenamiento, el Renault 5 suma 19 litros de espacio portaobjetos. A nivel tecnológico, el Renault 5 es un coche convincente. Su instrumentación digital presenta mucha información, puede mostrar el mapa del navegador y tiene unos grafismos francamente cuidados. La pantalla central openR link tiene 10,1 pulgadas y su sistema operativo es Google Automotive de última generación.
Es muy fluida, emplea Google Maps de forma nativa, y presenta su información de forma clara y fácil de entender. Me parece uno de los mejores sistemas de su segmento, con diferencia. La calidad del interior del Renault 5 es buena. Aunque no hay plásticos acolchados en su salpicadero, sí tenemos zonas con tapizado mullido frente al copiloto y en las puertas, además de plásticos duros muy bien ajustados, de aspecto y tacto variado. A excepción del marco de la instrumentación digital, la solidez de sus ajustes es digna de elogio.
La presencia del “negro piano” es relativamente modesta, y solo es realmente molesta en los mandos del volante – que por otro lado, siguen siendo físicos. Pasando a las plazas traseras entramos en uno de los puntos más conflictivos del Renault 5. Aunque dejan un hueco suficiente para entrar y salir, y su altura ligeramente alta facilita colocar a un niño en su sillita infantil, son plazas de tamaño escaso en todas sus cotas. Son escasas en términos absolutos, pero también escasas con respecto a otros utilitarios.
Con el asiento del conductor en su posición más baja, es imposible meter los pies bajo el mismo. El espacio para mis rodillas, con el asiento delantero regulado para mis 1,83 metros, es nulo: van ancladas a la espalda del conductor y ni siquiera voy cómodo con las piernas abiertas. Mi cabeza está a un dedo del techo, y llevo el pelo muy corto. La banqueta es insuficiente para dos adultos y un niño, o incluso para dos adultos si su talla es superior a la media. El espacio es aceptable con un conductor de estatura media, con el asiento en una posición diferente a la más baja.
Al maletero del Renault se accede mediante un portón sencillo de accionamiento manual. Cubica 277 litros según el estándar VDA, una cifra algo por debajo de la media en el segmento B, pero suficiente para las aspiraciones del coche. En esta cifra se incluyen 27 litros de un doble fondo, donde es posible guardar el cable de carga y el típico kit anti-pinchazos. Es un maletero de formas regulares, aunque con una boca de carga alta, y un salto notable entre esta y el piso de carga. Abatiendo los asientos traseros no se forma una superficie de carga plana.
Al volante del Renault 5 2024 por la Costa Azul
Hemos podido probar el Renault 5 por carreteras de la Costa Azul y la ruta Napoleón y os hago un spoiler… este R5 me está gustando y mucho. Pero vamos a hablar un momento de la gama de motores del Renault 5 antes de entrar en harina. El Renault 5 eléctrico se ofrece en tres niveles de potencia, 95, 120 y 150 CV. Los dos primeros se asocian a una batería “urbana” de 40 kWh de capacidad y 300 km de autonomía WLTP. El de 150 CV, el más interesante, se asocia a una batería “confort” con 410 km de autonomía. La versión de 150 CV ya está a la venta, y la versión de acceso de 95 CV, que costará menos de 25.000 euros antes de ayudas, llegará a lo largo de 2025.
El que estamos probando en esta prueba es el de 150 CV. Lo primero que os quiero contar es que este es un coche muy ligero para ser un eléctrico. Pesa 1.450 kilos, un peso más o menos equivalente a un compacto de combustión. Esto redunda en una buena agilidad e inercias muy manejables. Renault ha querido crear un coche divertido de conducir y a esto contribuyen una dirección muy poco desmultiplicada (2,6 vueltas entre topes) y una distancia entre ejes muy cortita, de solo 2,54 metros. El tren delantero es igual al de un Renault Clio, pero su suspensión trasera es de tipo multibrazo, independiente.
Tiene un control de los movimientos de carrocería muy logrado, sin penalizar un buen filtrado de baches, algo valioso en la ciudad, donde también demuestra un buen aislamiento. Su suspensión es firme pero no intratable, y está unida a un centro de gravedad bajo. Esto es garantía de un buen paso por curva en zonas reviradas como estos tramos costeros en los alrededores de Niza. Este Renault 5 tope de gama, con sus 150 CV de potencia y 245 Nm de par, firma el 0 a 100 km/h en 8 segundos exactos. Aunque su punta está limitada a solo 150 km/h, es capaz de pasar de 80 a 120 km/h en 6,1 segundos, un dato francamente bueno.
Al ser eléctrico, la entrega de potencia es instantánea y contundente, especialmente en el modo Sport, el más agresivo de los cuatro disponibles. Es más que suficiente para divertirse al volante y en el día a día, y si necesitas mas, tienes la posibilidad de comprar un Alpine A290 con más de 200 CV y un chasis aun más deportivo. Aunque este coche homologa 410 km de autonomia y 14,9 kWh/100 km de gasto medio, hemos firmado un consumo medio en esta toma de contacto de unos 16 kWh/100 km. La orografía no fue favorable, llovió de forma intensa, y no cuidamos la eficiencia en ningún momento. En su favor contó con una velocidad media baja.
Recargando el Renault 5
La potencia máxima de carga de los Renault 5 de 150 CV es de 100 kW en corriente continua, que se reduce a 80 kW en las versiones de 120 CV con batería pequeña. La versión de acceso solo es compatible con carga en corriente alterna a 11 kW de potencia, y a mi juicio, a causa de ello, es la versión menos aconsejable.
El Renault 5 soporta carga bidireccional V2L, es decir, podemos usar nuestro coche para carga o alimentar otros dispositivos eléctricos con una potencia máxima de 3,7 kW. La carga bidireccional también nos permitiría “volcar” energía a nuestro hogar o la red eléctrica, algo que a futuro puede ser interesante.
¿Cuánto cuesta el Renault 5?
El Renault 5 ya está a la venta, aunque no llegará a los concesionarios hasta finales de año. Sus precios, por el momento, solo se han anunciado para su versión de 150 CV en los acabados evolution, techno e iconic cinq. Sus precios de tarifa son de 27.900, 32.900 y 34.900 euros. En 2025 llegará el R5 más barato, con un precio de partida de 24.900 euros antes de ayudas. A estos precios se aplican descuentos comerciales y por financiación, además de un Plan MOVES de hasta 7.000 euros que Renault adelanta al cliente.
En pocas palabras
¿Cuándo fue la ultima vez que un coche eléctrico te emocionó? La expectación que el retorno del Renault 5 ha logrado es una verdadera excepción a día de hoy, y demuestra que la denostación que sufren los coches eléctricos quizá no sea solo causa de su forma de propulsión, si no de la forma en la que nos es presentada. El Renault mola, con perdón de la expresión coloquial. Y molaría igualmente si su motor fuese de gasolina. Tiene muchísimo carácter, es precioso, está bien hecho y está a un gran nivel tecnológico.
Es divertido al volante y no se toma demasiado en serio a si mismo. Es el eléctrico que el mercado necesita. El eléctrico al que ningún petrolhead mirará de soslayo.