Ya hemos podido probar el nuevo Renault Rafale E-Tech 4×4, un SUV coupé híbrido enchufable (PHEV) que despliega un arsenal tecnológico y mecánico abrumador. Este modelo ofrece una potencia combinada de 300 CV, gracias a un motor térmico de 1.2 litros, 3 cilindros y 150 CV y tres motores eléctricos adicionales. Con una autonomía total de hasta 1,000 km y un consumo WLTP excepcionalmente bajo de 0,5 l/100km en ciclo combinado (primeros 100 km con la batería llena) y 5,8 l/100km una vez agotada la batería, este SUV coupé representa el tope de gama y el escaparate tecnológico de Renault.
Los SUV coupé han llegado para quedarse, y la marca francesa aprovecha de nuevo la plataforma del Renault Austral y Renault Espace para sacarse de la manga un coche más deportivo y «sexy» que cualquiera de los dos, pero también más caro y exclusivo, en el que desplegar toda la tecnología disponible en las estanterías del grupo a un precio algo vertiginoso para un coche con la marca del rombo en su frontal, pero que se justifica con los números en la mano.
Renault Rafale
Vamos a verlo en detalle y os cuento qué tal está construido y cómo va al volante.
Diseño exterior y medidas del Renault Rafale
El Renault Rafale cuenta con una estética sólida y moderna, con dimensiones que lo posicionan en el segmento de los SUV-D, por encima del Renault Austral. El segmento D, que entra ya en el terreno de los coches realmente grandes y caros, se le ha resistido a Renault a lo largo de los años, probablemente desde el maravilloso Renault 25 de 1984.
Mide 4,71 metros de largo, 1,86 metros de ancho y 1,61 metros de alto, con una distancia entre ejes de 2,74 metros. Las llantas disponibles, de 20 y 21 pulgadas, ayudan a aligerar una presencia visual más que interesante.
Renault Rafale (mm) | |
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Longitud total | 4.710 |
Distancia entre ejes | 2.738 |
Anchura con retrovisores abatidos | 1.866 |
Anchura con retrovisores desplegados | 2.085 |
Altura | 1.613 |
Distancia al suelo | 180 |
Cuenta con una parrilla de rombos 3D y luces traseras de tecnología microóptica, aportando una distintiva “firma luminosa” que enfatiza su carácter deportivo. Da la sensación de que Renault quiere que «nos creamos» el coche, y pone toda la carne en el asador con una preciosa pintura prelada semi-mate en azul eléctrico, que no pasa desapercibida.
Diseño interior del Renault Rafale
En el habitáculo, el Rafale combina elementos de confort con detalles de diseño que intentan representar un toque deportivo. El logo de Alpine en los asientos y los acabados en azul en guanteras y moqueta crean un ambiente diferenciado respecto a sus hermanos de gama, aunque los materiales están lejos de lo que sería un vehículo premium.
Existen plásticos mullidos en la parte superior del salpicadero y puertas delanteras (no en las traseras) y el resto de materiales son plásticos duros con un excelente ensamblaje y buen aspecto, pero sin pretensiones. El sonido de las puertas al cerrarse, especialmente las traseras, también se queda un punto por detrás de lo que se podría esperar en este precio.
Volumen del Maletero | Volumen máximo con banqueta abatida | |
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Renault Rafale | 469 l VDA | 1.541 l VDA |
La habitabilidad es generosa, con un maletero de 469 litros. Destaca el techo panorámico «Solarbay», que permite ajustar su opacidad según la preferencia de los ocupantes y promete mejorar la temperatura interior mediante la reducción del efecto invernadero en el habitáculo.
Lo cierto es que es una chulada ver cómo las bandas electrocrómicas se van haciendo transparentes en un efecto animado súper atractivo y mucho más espectacular que una cortinilla física, aunque a cambio el techo no se puede abrir en ningún tramo, siendo un cristal totalmente fijo.
Equipamiento de confort y seguridad
Es interesante destacar que Renault ha apostado por el sistema openR link, de Google, en lugar de desarrollar su propio sistema operativo como han hecho otros fabricantes con terribles resultados (Volkswagen-Audi).
Las pantallas están dispuestas en una configuración en forma de “L”. Este sistema incluye una pantalla horizontal de 12,3 pulgadas (321 cm²) ubicada en el cuadro de mandos, que proporciona al conductor toda la información esencial en un formato claro y de alta resolución (1,920 x 720 píxeles). Mejor aún que el cuadro de mandos, cuyo diseño está algo saturado de información, es el head-up display multicolor que nos proporciona toda la información esencial que necesitamos para conducir sin apartar la vista de la carretera.
Complementando esta configuración, la pantalla táctil central vertical de 12 pulgadas (453 cm²) está situada en el centro de la consola, con una resolución de 1,250 x 1,562 píxeles. Esta pantalla no solo permite un control fluido del sistema multimedia openR link, sino que también integra la tecnología Android Automotive 12, lo que convierte al sistema en uno de los mejores del mercado, precisamente porque no es de Renault (que sabe hacer coches) sino de Golgle (que sabe hacer software).
Gracias a su integración con el ecosistema de Google, los ocupantes pueden acceder a aplicaciones como Google Maps, Google Assistant y más de 50 aplicaciones adicionales, proporcionando una experiencia similar a la de un dispositivo móvil.
Ambas pantallas ofrecen compatibilidad tanto con Android Auto como con Apple CarPlay, permitiendo la conexión del smartphone de manera inalámbrica o por cable. Los ajustes del vehículo, desde la climatización hasta el sistema multi-sense, son accesibles desde la pantalla central, pero Renault ha dejado fuera de la interfaz táctil una serie de botones justo debajo de la pantalla para manejar las funciones pricipales del climatizador, lo que evitará distracciones al volante. Es una solución más costosa que meterlo todo en la pantalla pero, en mi opinión, mucho más cómoda y segura para el conductor.
En el apartado de seguridad, entre las 32 ayudas a la conducción (ADAS), cuenta por supuesto con el sistema Active Driver Assist, que combina control de crucero adaptativo y centrado en el carril, además de innovaciones como Safety Score y Safety Coach, diseñadas para evaluar y mejorar la conducción del usuario (una de esas cosas que nadie va a utilizar).
Gama de motores del Renault Rafale
El motor del Rafale E-Tech 4×4 combina un motor de gasolina de 3 cilindros y 1.2 litros, que produce 150 CV, con tres motores eléctricos, logrando una potencia combinada de 300 CV, como ya se ha señalado. La configuración permite una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos, una autonomía en modo eléctrico de hasta 105 km WLTP y una autonomía total de hasta 1.000 km. La batería de 22 kWh se recarga en menos de 3 horas con un cargador de 7,4 kW en corriente alterna (que es su potencia máxima de recarga).
Batería | |
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Tipo | Ion Litio |
Voltaje (V) | 400 |
Capacidad (kWh) | 22 |
El sistema admite modos de conducción como “Eco”, “Confort”, “Sport” y «Snow» para optimizar la experiencia según las condiciones y preferencias. La autonomía eléctrica de 105 km lo convierte de facto en un coche 100% eléctrico para el día a día con una autonomía casi ilimitada en ciudad.
En los modos Eco y Comfort tendremos el coche en modo eléctrico por defecto, para ahorrar el máximo combustible, mientras que en modo sport el motor térmico permanecerá encendido en todo momento para darnos la máxima respuesta y no permitir que baje el nivel de la batería. El modo Snow tendrá especial cuidado con la adherencia.
Prestaciones | |
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Velocidad máxima (km/h) | 180 |
Aceleración 0 – 100 km/h (s) | 6,4 |
1.000 m desde parado (s) | 26,9 |
Recuperación 80-120 km/h | 4 segundos (modo Sport) |
El sistema 4×4 con motor independiente en el eje trasero y sin árbol de transmisión permite cualquier distribución de par entre ejes (desde 100% delante hasta 100% detrás).
Comportamiento dinámico
Nos ponemos al volante del nuevo Rafale PHEV y las primeras sensaciones son algo contradictorias.
Estamos en un coche de 300 CV totales, con tracción 4×4, dirección a las 4 ruedas y suspensión pilotada con amortiguadores de dureza variable. Esa suspensión pilotada depende de una cámara en el centro del parabrisas (como tantas cosas hoy en día) que va leyendo la carretera por delante de nosotros y, supuestamente, identifica la forma de un bache o un badén permitiendo que el coche se haga más confortable o más firme en cada instante.
La realidad es que la suspensión es bastante firme en todos los modos y tengo serias dudas de que con una sola cámara (es decir, sin visión de profundidad) pueda distinguir un bache de la sombra de un árbol, por ejemplo. El coche es suficientemente confortable como para viajar con él al fin del mundo, pero resulta difícil distinguir el efecto entre modos de tanta tecnología. Siempre equivale a un coche de tarado firme, diseñado para aguantar la inercia de los casi 2.000 kg en orden de marcha que tiene que mover y meter en las curvas.
La dirección es directa y precisa pero, de nuevo, nos deja a medio camino con un tacto que no transmite nada al conductor y que no acaba de redondear la experiencia deportiva prometida que el coche sugiere.
Respecto a las prestaciones puras, a pesar de las cifras apabullantes de aceleración y recuperación, lo cierto es que tendremos que ir en modo «Sport» si queremos una respuesta instantánea al acelerador (lo cual le quita un poco el sentido a un coche tan eficiente) y en cualquier otro modo tardaremos alrededor de un segundo desde que pisamos a fondo hasta que sentimos todo el empuje disponible en la espalda. Este efecto es común a muchos vehículos PHEV en los que hay que combinar varios motores diferentes para obtener el empuje total.
En definitiva, estamos ante un coche familiar que destaca por una eficiencia sobresaliente, una autonomía formidable tanto en modo eléctrico puro como en total, cuenta con la etiqueta Cero de la DGT con todas sus ventajas y nos permitirá ir en modo eléctrico prácticamente siempre salvo en viajes largos, pero que nos deja a medias como coche con aspiraciones deportivas y no nos permite disfrutar del todo de esos modos de conducción disponibles, cuya diferencia es de matiz.
Conclusiones
El Renault Rafale E-Tech 4×4 300 CV se posiciona como un gran SUV coupé que combina rendimiento, autonomía y tecnología avanzada. Su conjunto de motores híbridos y la tracción total proporcionan, sobre todo, una eficiencia de campeonato, mientras que el equipamiento de confort y las ayudas a la conducción aseguran una experiencia completa y segura para todos los ocupantes.
A partir de aquí, el peor enemigo del Renault Rafale es su precio, superior a los 50.000 € en la versión Esprit Alpine y superior a 55.000 € en la versión Atelier Alpine, el tope de la gama Renault, y la pregunta que tendrá que responder el Rafale sería… ¿cuánta gente se va a gastar ese dinero en un Renault, por más que tenga más tecnología, potencia y equipamiento que cualquier coche de su precio?