Opel ha vivido un 2019 de lo más interesante, con la integración de la marca dentro del grupo PSA y con la llegada de nuevos modelos como el Opel Corsa, pero eso no es motivo para dejar de lado al Opel Astra, uno de sus mayores baluartes en los últimos años, que acaba de recibir una pequeña actualización que hace de este modelo, el Opel Astra 2020, uno de los compactos más equilibrados del momento. Nosotros ya lo hemos probado.
La actual generación del Opel Astra -la sexta ni más ni menos- data de 2016, año en el que se presentó una generación completamente nueva que llegaba cargada de tecnología, con un nuevo diseño y la promesa de mejorar sustancialmente la eficiencia y la dinámica de conducción utilizando una nueva plataforma mucho más ligera que la de su antecesor.
Opel Astra
Nos tuvimos que despedir eso sí de las versiones más deportivas, aquellas con apellido OPC, dejando sólo las versiones «normales» dentro de la gama de un vehículo, el Opel Astra, que se las tiene que ver con matagigantes del segmento como el SEAT León, el Peugeot 308 o el Ford Focus. Ahora recibe una pequeña actualización, desarrollada aún bajo la tutela de General Motors, pero lanzada ya bajo el paraguas de la nueva dueña de Opel, la francesa PSA.
Un diseño casi sin cambios
El Opel Astra 2020 ofrece una imagen casi idéntica a la del modelo precedente: hay que fijarse mucho para detectar los cambios. Personalmente creo que la parrilla delantera, con los nuevos «bigotes», le sientan especialmente bien al nuevo Opel Astra, haciendo que su apariencia sea más deportiva. No se modifican las medidas, con 4.37 metros de longitud, lo que le sitúan como una de las alternativas más compactas del segmento.
Pese a ser un diseño que básicamente tiene ya cuatro años, no me da la sensación haber envejecido mal: no lo veo especialmente antiguo, gracias también a unas líneas suaves y fluidas que huyen de las estridencias, haciendo que el paso del tiempo no haga mella de la misma manera que lo ha hecho con otros modelos de la competencia. No destaca, ni por defecto ni por exceso.
El interior: espacioso y equipado
Paso al interior del nuevo Opel Astra y la primera sensación es la de que me he equivocado de coche: éste habitáculo no parece esconder ninguna modificación. Poco a poco, cuando el ojo comienza a fijarse en los detalles, me doy cuenta de que algunos puntos sí que han cambiado. Es el caso de la instrumentación, mixta digital-analógica, y el sistema de infoentretenimiento, con un nuevo software más potente.
Hablando de la instrumentación, me ha gustado especialmente la cantidad de información que ofrece, con datos ya casi imposibles de encontrar en vehículos de calle como un voltímetro o un indicador de la temperatura del aceite del motor.
Los materiales utilizados para la construcción del nuevo Opel Astra siguen siendo los mismos que hasta ahora, con revestimientos acolchados en las zonas altas de salpicadero y puertas. No faltan también las superficies agradables al tacto en los apoyabrazos de las puertas que, por cierto, son de las pocas que aún conservan los pilares superiores revestidos, un detalle que al menos visualmente mejora la sensación de calidad. No por conocidos dejan de ser destacables: los asientos del Astra son de los mejores del mercado, pudiendo contar con masaje, ventilación y calefacción.
Nuevos motores: la clave de la renovación
La verdadera clave de la renovación del Opel Astra se encuentra bajo el capó: todos sus propulsores son nuevos, tanto diésel como gasolina, ofreciendo además nuevas cajas de cambio. Por contra, no está previsto que el Opel Astra reciba mecánicas con ningún tipo de electrificación, por lo que no habrá un Opel Astra híbrido ni, por supuesto, eléctrico.
Así pues, la gama del nuevo Opel Astra se articula en torno a dos motores de gasolina y un bloque diésel. Cabe destacar que, pese a haber sido lanzado ya bajo el paraguas de PSA, todos los desarrollos mecánicos de éste modelo son aún de General Motors. En gasolina los bloques son un 1.2 turbo con 110, 130 y 145 CV y un 1.4 turbo con 145 CV. Ambos son de tres cilindros. La caja de cambios es siempre manual de 6 velocidades menos en el motor 1.4, que cuenta con una caja CVT.
En el caso del diésel, el bloque es un 1.5 de nuevo con tres cilindros, estando disponible con dos niveles de potencia: 105 y 122 CV. La caja de cambios de serie es una manual de 6 velocidades, aunque la opción más potente puede contar con una automática de convertidor de par con 9 relaciones, un desarrollo nuevo de GM que estrena el Astra.
En mi caso he podido conducir el motor 1.2 turbo de 145 CV, una opción muy agradable para el día a día: ofrece fuerza suficiente para cualquier situación con una sonoridad muy baja y un consumo que, siempre que no hagamos el «tonto» con el acelerador, no superará los 6.5 litros. Sin duda es una gran opción, aunque probablemente la opción de 130 CV ya será suficiente para el 99% de los potenciales compradores de éste Opel Astra
Me gusta la calidad de rodadura del Astra: es firme, contiene bien los movimientos de la carrocería pero no resulta demasiado rígido, mostrándose confortable. Echo de menos algo de «conexión» con el conductor, pero es cierto que las pretensiones de éste modelo no son esas, por lo que si queremos n compacto generalista que ofrezca más implicación al conductor, habrá que optar por otras opciones.