Hablar del Subaru Impreza es hacerlo de un modelo que casi todos los petrolhead tienen en su lista de favoritos. Con cinco generaciones en sus ruedas, la deportividad del compacto japonés ha dado paso a una versión más comedida que ha rasgado las vestiduras de más de uno. Por nuestras manos ha pasado el primer híbrido de la saga y en la prueba del Subaru Impreza 2021 nos preguntamos si cualquier tiempo pasado nos parece mejor.
A veces para avanzar hay que cerrar capítulos. Y esta postura es la mejor que podemos adoptar cuando nos cruzamos con el actual Subaru Impreza. Un compacto que mide 4,475 metros de largo, 1,775 de ancho, 1,515 mm de alto y tiene una de distancia entre ejes de 2,670 metros. Tras un primer vistazo, su diseño civilizado evidencia que le falta algo de personalidad.
La paleta de colores ha sumado un par de nuevos tonos (Magnetite Grey Metallic y Horizon Blue Pearl) para ofrecer hasta siete opciones y con el último restyling la parte frontal ha estrenado nuevo diseño para la parrilla, los paragolpes, las luces antiniebla y los grupos ópticos buscando esa deportividad perdida por el camino. Las llantas son, ahora, de 17 pulgadas en gris antracita.
Un interior amplio
Tras este primer repaso, nos subimos a bordo del Subaru Impreza 2021 y lo primero que nos llama la atención es su amplitud; algo extensible a la fila trasera donde el espacio para piernas, hombros y cabeza es holgado… siempre que esté ocupada por un par de pasajeros. Con tres comenzarán las estrecheces. El maletero, por su parte, pierde 45 litros respecto a las versiones de gasolina y su capacidad se queda en 340 litros, un poco por debajo de la media del segmento.
Si ponemos el foco en el diseño, Subaru ha dado algo más de prestancia al habitáculo del Impreza apostando por materiales y ajustes cuidados que generar una buena percepción visual. Cuenta con tres pantallas: la TFT para el cuadro de instrumentos, una de 6,3 pulgadas en la parte superior de la consola que muestra información muy útil sobre el consumo, las funciones del EyeSight… y la central, que puede ser de 8 pulgadas y alberga el sistema de infoentretenimiento. Conserva los botones físicos para los ajustes más empleados, pero abusa, en exceso, del negro piano.
Antes de ponernos en marcha, es momento de repasar el equipamiento del Subaru Impreza que sólo está disponible con el acabado Urban. Y si alguien está pensando que al contar con un solo nivel puede que los japoneses se hayan quedado cortos… nada más lejos de la realidad puesto que, entre otros, incluye arranque y acceso sin llave, faros full LED direccionales, retrovisores eléctricos y térmicos, asientos delanteros calefactables, climatizador bizona con ajuste por voz, siete airbags, sistema de seguridad preventiva EyeSight, cámara de visión trasera…
El motor del Subaru Impreza ecoHYBRID
El Subaru Impreza ecoHYBRID está impulsado por un sistema híbrido compuesto por un motor de gasolina bóxer de cilindros opuestos 2.0 que entrega 150 CV y 194 Nm; un bloque eléctrico de 17 CV integrado en la caja de cambios y una batería de 0,57 kWh. Un conjunto que va de la mano de una transmisión Lineartronic (CVT) de siete velocidades en la que han introducido un salto de marchas que, junto al modo manual y a las levas del volante, hacen que la conducción sea algo más artesanal. La tracción, por supuesto, es integral permanente y simétrica (Symmetrical All-Wheel Drive).
El Subaru Impreza en acción
Hechas las presentaciones es momento de pasar a la acción y lo hacemos en modo eléctrico: el Subaru Impreza elige la configuración más adecuada para cada momento y, además, también nos permite jugar con los modos de conducción: Intelligent y Sport.
Comenzamos a hacer kilómetros por Madrid y descubrimos que en ciudad ofrece una buena visibilidad, pero sí es cierto que echamos de menos que recurra al motor eléctrico con más frecuencia: la velocidad es baja y las calles de la urbe son el escenario perfecto para que entre en acción. Y es que cuando le exigimos un poco más de la cuenta, salta el bloque térmico.
En carretera, sin embargo, tiene aceleración y pegada suficiente. El tacto de la dirección es bueno y rápido, el habitáculo está bien insonorizado y el trabajo de las suspensiones es impecable: el Subaru Impreza mantiene su firmeza y, al mismo tiempo, filtra correctamente las irregularidades de la calzada. El motor es muy lineal y se comporta con suavidad dando lugar a una conducción confortable en todos los aspectos.
Nuestra media de consumo se queda en 7,4 l/100 km: no es la mejor cifra para un compacto híbrido, pero nos damos por satisfechos teniendo en cuenta que el dato oficial es de 7,7 l/100 km según el Ciclo WLTP.
Tras compartir nuestro día a día con el Subaru Impreza 2.0i ecoHYBRID durante una semana llegamos a la conclusión de que, a veces, cualquier tiempo pasado no es mejor sino diferente. No tiene sentido, por tanto, comparar un modelo que emanaba deportividad con uno que abraza la bandera de la racionalidad. Subaru ha hecho un compacto para todos los públicos poniendo especial énfasis en aquellos conductores que buscan un coche cómodo, fácil de conducir en cualquier escenario y amplio. Si es tu caso, desde 33.250 euros podrás conducir un vehículo muy completo con un satisfactorio comportamiento dinámico.