Todos los años, Mercedes nos invita a probar sus lanzamiento del año en diversos puntos de nuestra geografía, como es Galicia o Cantabria. Una excelente forma para que los que vivimos en “provincias” podamos estar al día de los últimos coches que la marca ha lanzado. He asistido al Mercedes Test Day en Suances la semana pasada, y uno de los coches que pude probar ha sido el Mercedes GLE 450, la versión tope de gama del todocamino grande de la marca – con permiso de sus versiones AMG. Un todocamino de lujo cuyo atractivo más fascinante es la suspensión E-Active Body Control. No os creeréis de lo que es capaz.
Un enorme salto generacional
El nuevo Mercedes GLE representa la cuarta generación de un todocamino lanzado con el mercado estadounidense en mente, en el lejano año 1997. Recién renovado, es un coche de gustos más globales, y dimensiones innegablemente grandes: mide 4,92 metros y por primera vez en su historia, se ofrece en versiones de siete plazas. Sin embargo, la principal diferenciación con respecto a su anterior generación, e incluso otros modelos de la marca, es su vocación tecnológica y su carácter aventurero. Sí amigos, este todocamino cuenta con reductora y un arsenal de ayudas a la conducción fuera del asfalto, de las que vamos a hablar en breve.
Mercedes-Benz Mercedes GLE
Una de las novedades de esta generación del Mercedes GLE es que estrena una nueva plataforma, preparada desde el primer momento para la hibridación ligera. Su sistema eléctrico es de 48 voltios, y gracias a ello equipa un sistema EQ Boost de hibridación ligera – de momento, solo en la versión GLE 450 de gasolina. Este sistema consta de un generador-alternador, una máquina eléctrica de 22 CV de potencia, situada entre el motor y la caja de cambios. Este motor eléctrico no puede impulsar por sí mismo al coche, pero apoya al motor térmico en ciertas ocasiones y permite un uso más rápido y eficiente de sistemas como el Stop & Start.
Por ejemplo, puede desactivar el motor térmico a más velocidad, arrancarlo más rápidamente y circular a vela a alta velocidad, con el motor completamente apagado. La versión GLE 450 equipa un motor turbo de gasolina y seis cilindros en línea, que con tres litros de cubicaje y la asistencia eléctrica del sistema EQ Boost desarrolla hasta 389 CV de potencia, sin esfuerzo y sin apenas retardo. Este sistema se asocia a un esquema de tracción total permanente, con reductora y un avanzado sistema de modos de conducción todoterreno. Para ello, es necesario equipar el paquete técnico On & Offorad, cuyas funciones más avanzadas requieren de hibridación ligera.
La fascinante suspensión neumática del Mercedes GLE 450
La suspensión E-Active Body Control del Mercedes GLE es fascinante. Se trata de una suspensión neumática con amortiguadores de dos cámaras, controlada electrónicamente. Es una suspensión de dureza regulable, así como grandes posibilidades de regulación en altura: entre su punto más alto y más bajo, hay hasta 140 mm de recorrido. Gracias a ella, el Mercedes GLE 450 tiene una altura libre al suelo máxima de hasta 27 cm, siendo capaz de reducirse en 25 mm en el modoe Sport+. Esto es interesante, pero… ¿y si os dijera que este coche es capaz de inclinarse como si fuera una moto en un tramo de curvas? Nunca había experimentado algo similar en un coche de calle.
Va más allá de los sistemas neumáticos que mantienen la carrocería al nivel en zonas reviradas. Mediante acelerómetros y un sistema de cámaras, cuando activamos el modo “Curve” de conducción, el coche se inclina hacia el interior de la curva. De esta manera, se elimina parte de la inercia que existe en un todocamino de 2.220 kilos de peso. El nivel de inclinación es variable, y va desde un ligero balanceo, a tres grados de inclinación. La magia no termina ahí: la suspensión es capaz de ajustar su dureza en tiempo real mediante una cámara y un radar, que leen las irregularidades del asfalto, variando continuamente su amortiguación.
Esto nos permite un confort de marcha que antes estaba solo reservado a berlinas de representación como el Mercedes Clase S, del que ha heredado parte del hardware. Ahora bien, donde brilla verdaderamente este sistema, es fuera del asfalto. No solo por su gran altura libre al suelo, si no por varios “ases” que guarda en la manga. Uno de ellos se llama “modo para liberar las ruedas” Y hace que la suspensión comience a dar saltos. Resulta cómico desde el interior del coche, y también desde fuera. Pero la comedia termina cuando estos “botes” son capaces de sacar al coche de zonas de arena o barro en las que ha quedado empanzado, sin ayuda de una eslinga.
Otro extra fascinante para el off-road es la posibilidad de poder variar rueda a rueda la altura de la suspensión, desde la comodidad de la pantalla del sistema de infotainment MBUX. Algo que nos puede venir muy bien para circular con la carrocería nivelada por caminos con grandes roderas, o prepararnos para grandes obstáculos asimétricos. Si a ello le sumamos una reductora y modos de conducción todoterreno, nos hayamos posiblemente ante uno de los todocamino más efectivos del mercado – algo que mi compañero David G. Artés pronto nos demostrará en una comparativa contra otro rival muy capaz fuera del asfalto, el nuevo BMW X5.
Un todocamino premium con todas las letras
Dejando a un lado el avanzadísimo sistema de suspensión del Mercedes GLE, estamos ante un producto 100% premium. Es un coche de enorme calidad interior, en el que cuesta encontrar un mal ajuste o un acabado mejorable. El salpicadero está recubierto de madera natural e inserciones metálicas, mientras que los grandes asientos de cuero abrazan nuestro cuerpo. La experiencia de conducción es relajada y extremadamente cómoda, gracias a la suavidad de la suspensión y el gran aislamiento del coche. Además, su sistema de infotainment MBUX lo pone al nivel de los mejores Mercedes en cuanto a infotainment y conectividad.
Tenemos muchas ganas de poder probar a fondo este titán de la tecnología.